Por primera vez en el año de gobierno de Alberto Fernández una ley del oficialismo corrió riesgo con la sesión ya empezada. El quórum para iniciar el debate en torno a la transferencia de partidas de Nación a Ciudad en concepto de Seguridad se consiguió con lo justo: 129 diputados que podría retener (o no) a la hora de la votación. Hasta el azar y la conexión a internet juegan en la última sesión ordinaria por eso el oficialismo tuvo que iniciar frenéticas negociaciones. En un momento de la tarde el Frente de Todos contabilizaba sólo 126 votos insuficientes si a la hora de votar hubiera asistencia perfecta. Para evitar una derrota se abrió una instancia de negociación en la que terció el propio Máximo Kirchner. Pasadas las 20.30 desde el oficialismo indicaron que ya tienen los votos gracias a un cambio de último momento: la creación de una comisión entre Nación y Ciudad para consensuar el monto para la Seguridad.
Aunque el oficialismo lo niegue, es casi retrotraer el debate a las negociaciones que se dejaron truncas desde Casa Rosada con el gobierno porteño unos meses atrás. En el kirchnerismo aseguran que no es así, que la ley pesará a futuro y que además en el Senado no se ratificará el primer texto sino que se votará a favor de las modificaciones que introduzcan los diputados nacionales.
Desde el PRO, y por presión de Horacio Rodríguez Larreta, el ex presidente Mauricio Macri accedió a cancelar la cumbre convocada para esta tarde. Ni un solo diputado de Juntos por el Cambio podía dejar su banca o la conexión remota para evitar la quita de partidas a Capital.
Además se sumó otro factor. A medianoche termina el período de sesiones ordinarias, en la que estuvo incluido el Convenio de Transferencias de Nación a Ciudad que fija en $24.500 millones los fondos nacionales a la gestión Larreta. Muchos diputados sostienen que lo importante es el horario de inicio de la sesión que en el tablero figuró a las 13:44:59. Otros creen que en cambio a esa hora no se puede seguir con la sesión excepto que el Presidente prorrogara las sesiones ordinarias, algo que finalmente ocurrió. Para estirar los tiempos, como en el fútbol, diputados de Juntos por el Cambio se anotaron con decenas de cuestiones de privilegios.
Para exponer la estrategia opositora la diputada Cecilia Moreau (FDT) pidió un apartamiento de reglamento y votar el tratamiento de la Ley de Etiquetas que reclamaban desde Juntos por el Cambio. Según fuentes K se quiso mostrar que no había intenciones de votar esa ley sino de alargar la sesión con infructuosos debates. Se votó y 78 diputados conectados no registraron su voto por lo que Massa se vio obligado a preguntarles uno por uno qué habían votado. Eso sólo insumió casi otra media hora. El resultado fue negativo pero un rato después volvió a repetirse la situación.
Durante la tarde varios diputados pasaron por la Presidencia a conversar con su titular, Sergio Massa. Desde el oficialismo también se contactaron con Juan Schiaretti. El gobernador de Córdoba no firmó la solicitada de mandatarios provinciales a favor de la quita a la Capital pero acordó con Alberto Fernández una estrategia de unidad para garantizar la reelección de Juan Manuel Llamosas en Río Cuarto. Esta vez quedó en medio de los tironeos desde ambos lados de la grieta.
Sin quórum ni mayoría propia, el Frente de Todos logró sorpresivos aliados para iniciar la sesión. Por la izquierda sólo dio quórum Nicolás del Caño; también desde Neuquén lo hizo Alma Sapag como el salteño Andrés Zottos. La esposa de Schiaretti, Alejandra Vigo y el cordobés Paulo Cassineiro, contribuyeron al inicio de la sesión a los que se sumaron seis diputados provinciales liderados por José Luis Ramon, entre ellos los misioneros del Frente Renovador de la Concordia. Un diputado decisivo fue Felipe Alvarez (Acción Federal), de La Rioja, que llegó a su banca por Juntos por el Cambio pero armó un bloque propio después de acompañar el Presupuesto 2021. Según cotejó Infobae, Alvarez dio quórum pero votaría en contra la ley al igual que el santacruceño José Carambia, de su mismo bloque.
Los ‘ramones’, más los 117 oficialistas votarán la ley pero no lo harán ni Juntos por el Cambio ni los lavagnistas Graciela Camaño, Jorge Sarghini y Alejandro ‘Topo’ Rodríguez. Tampoco los socialistas santafesinos. Sin esos eventuales apoyos, más la abstención de Del Caño y con dudas sobre Sapag, el nerviosismo ganó a los diputados del Frente de Todos que tuvieron que redoblar esfuerzos.
Los cordobeses valen más esta noche. Su electorado vota a nivel local a peronistas y opositores alternativamente, pero a nivel nacional Mauricio Macri ganó todos los turnos desde el 2015 hasta la fecha. El perfil opositor puso en guardia a los cuatro diputados del bloque de Schiaretti que obligaron a modificar el texto y quitar la cifra de $24.500 millones para Ciudad por un texto que establezca que “en el transcurso de 60 días Nación y Ciudad acordarán el monto” a transferir.
En ese caso la ley volverá al Senado. El Presidente debería incluirla en el debate de extraordinarias y definiría Cristina Kirchner. ¿Qué haría? La primera opción es avalar lo votado en Diputados y la segunda, que muchos creen sería la elegida, pediría al bloque del Frente de Todos que ratifique el texto original. En su entorno aseguran que cumplirá el acuerdo con su otrora adversario Schiaretti.