El presidente Alberto Fernández volvió a referirse este sábado a los violentos incidentes que se originaron durante el velatorio de Diego Armando Maradona en la Casa Rosada. En ese sentido, el Presidente responsabilizó por los disturbios a “un grupo limitado de gente que hizo mucho barullo” y remarcó que debieron aceptar la “decisión de la familia” que quiso “que todo terminara a las 16″.
En medio de un contrapunto con el Gobierno porteño por el accionar de la Policía de la Ciudad en aquella jornada y al participar a través de una videollamada del programa Podemos Hablar (PH), el mandatario afirmó que cuando se enteró de la muerte del histórico capitán de la selección argentina “fue un momento muy ingrato” para él y que “lo único que atinó” a hacer fue ponerse “a disposición” y a mandarle un mensaje a Claudia Villafañe, ex esposa del astro y madre de sus hijas Dalma y Gianinna.
“Ella me terminó llamando tipo tres de la tarde y le conté que yo había pensado en dos opciones: la primera, aprovechar un espacio abierto muy simbólico para él, como es el estadio Diego Armando Maradona (donde juega Argentinos Juniors, el club donde debutó) y llevar allí sus restos, pero que si quería hacerlo en la Casa de Gobierno, que la poníamos a disposición”, recordó.
Según explicó Alberto Fernández, fueron las propias hijas del 10 las que “pensaron que lo mejor era velarlo” en la sede del Ejecutivo, por lo que “inmediatamente” aceptó y comenzaron los preparativos para que, quien lo deseara, pudiera acercarse hasta Balcarce 50 para darle un último adiós a la leyenda del fútbol.
“Empezamos a organizar las cosas sabiendo que íbamos a tener un aluvión de gente que quería despedirse de Diego y tuvimos el problema, entre comillas problema, tuvimos que enfrentar la decisión de la familia de que ellos quisieron que todo terminara a las 16. Y cuando muchos se dieron cuenta de que por la cantidad de gente que tenían adelante no iban a poder entrar, trataron de abalanzarse y ahí ocurrieron los problemas que todos vieron”, agregó.
Si bien en esta oportunidad no habló específicamente de “barrabravas”, como sí lo hizo días atrás, el Presidente volvió a culpar por los disturbios a “un grupo limitado de gente que hizo mucho barullo”, aunque consideró que “cuando vieron que el cuerpo se retiraba” del lugar para dirigirse al cementerio de Bella Vista, donde fue enterrado el ídolo, “toda la gente muy tranquilamente dejó la Plaza de Mayo y se fue a su casa”.
“Muchos plantearon que como era en la sede del Gobierno teníamos que poner nosotros las condiciones y la verdad es que a mí me pareció que no. Yo nunca enfrenté ese dilema porque quienes tenían que decidir cómo hacerlo y durante cuánto tiempo, era la familia. Yo lo que sí esperaba era que todos entendiéramos que iba a ver algunos que iban a poder verlo y otros que no”, agregó.
En esta línea, el mandatario nacional reconoció que “claro que era difícil” organizar el velatorio de Maradona, pero insistió con que lo que pretendió fue ponerse “al lado de la familia y ponerles a disposición lo que, a juicio de ellos, Diego hubiera querido” que se hiciera.
“¿Cómo vamos a estar nosotros cuestionándole los tiempos?. Nosotros solo abrimos la Casa de Gobierno para que la gente pudiera despedirlo, algunos lo hicieron de la manera en la que no debían”, lamentó el jefe de Estado.
Por último, el presidente recordó al fallecido delantero, a quien consideró como “un hombre con una vida siempre comprometida con los sectores más humildes” y resaltó que “fue un jugador con un liderazgo que tampoco es fácil de encontrar y que en un deporte que es en equipo, es algo muy importante”.
“Hay algo que una vez él me contó y que (Sergio) Goycochea me dijo que era cierto: que en los Mundiales Maradona arengaba a sus compañeros diciéndoles ‘tenemos de ganar porque esta sea tal vez la única alegría que van a tener millones de argentinos’. A veces pienso qué distinto sería el país si todos pensáramos así. La sociedad tiene que entender que debe vincularse de otro modo, que no podemos seguir cada uno por nuestro lado. Veamos el ejemplo de Diego. Es una ejemplificación de la palabra solidaridad”, cerró.
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