Fabian Doman: “Hay un Gabinete que no cree en el Presidente, y eso se nota”

En una entrevista con Infobae, el conductor de Intratables recordó que transitó un duro camino para volver al medio después de su experiencia en la comunicación política. Reveló por qué no habla más con Alberto Fernández, analizó la TV y dio su mirada sobre la realidad argentina

Fabián Doman

Fabián Doman es, sin dudas, un hombre de los medios que ha demostrado una versatilidad indiscutible. Su primer acercamiento al mundo del periodismo fue como vocero de prensa de Álvaro Alsogaray. En poco tiempo se convirtió en una figura destacada: fue conductor de noticieros, de formatos de reality show y hasta de espectáculos.

Con la puntualidad como único requisito, el conductor recibió a Infobae en su departamento ubicado en un tercer piso sobre la avenida Las Heras, en un edificio histórico del barrio de Recoleta.

Ingresamos a un piso deshabitado, con paredes de flamante blanco, donde se ve una cinta de correr y un equipo de batería, como si se tratara de la casa de una estrella de rock. Un largo pasillo de estilo francés invita a ingresar en la intimidad del hogar.

Pasados unos minutos de las dieciséis, Fabián Doman apareció, distendido y de impecable look. Un rato antes de que llegáramos se despertó de su siesta diaria y almorzó.

Periodismo, medios y televisión

—¿En qué momento de tu carrera te sentís hoy?

—En un momento en el que empezás a darte cuenta de qué es lo importante y qué no, y en el que hay cosas que te preocupan menos. Reconocido. Intratables me dio un reconocimiento tanto del público como del medio muy importante, y me siento —voy a decir algo que puede sonar raro en Argentina— bien tratado en un momento en el que mucha gente, no. Me siento bien tratado por el medio y por el público, y eso me hace bien.

—¿Por qué pensás que pasa esto con vos? ¿Puede ser porque no opinas mucho o porque no sos un periodista militante?

—En realidad opino de todo en las cinco horas de aire que tengo, entre la TV y la radio. Lo que creo es que el modo en que lo hago es sin agredir al otro. Prefiero debatir en vez de agredir. No creo que esto de “agredo a Juan porque dijo esto”. Creo que ahí muchas veces hay una frase remanida: se ataca a la persona y no la idea de la persona. No importa lo que dijo Juan, importa quién es Juan. A mí no me importa quién es Juan, a mí me importa lo que Juan dice.

El otro día, en una radio kirchnerista, alguien preguntó —un columnista al conductor—: “Che, pero si Doman piensa diferente de nosotros, ¿por qué lo tratamos bien?”. Y dijo: “Por la forma que tiene, porque él piensa diferente, pero no es agresivo con nosotros”, entonces, a mí me gustó mucho ese comentario. Entonces se asombran. La grieta se asombra cuando vos la cruzás. A mí me encanta ir y venir, ir de un lado para el otro. No quedarme en ninguno de los dos lados. Me parece que pierde atractivo. A ver, cuando alguien te critica —y me han criticado y me criticarán cien veces, porque he hecho cosas mal y las volveré a hacer mal—, no se puede partir del supuesto de que el otro lo hace porque te odia. De hecho, la noche anterior a esta entrevista, tuve una charla con mi jefa, que me planteó un error que yo cometí en la conducción del programa de la noche anterior, lo hablamos en privado, y por supuesto que tenía razón. ¿Cómo es posible que no se le pueda decir a un productor de televisión, a un periodista, que está mal?

La grieta se asombra cuando vos la cruzas. A mi me encanta ir y venir de un lado para el otro

El periodismo

—¿Cómo ves al periodismo a la hora de opinar? ¿Está muy editorializado?

—Sí, nos estamos editorializando encima. ¡Qué locura es esto de que todo el mundo quiera hacer un editorial! Todos son editorialistas, y hay editorialistas muy buenos, déjenlos.

—¿Quiénes son los editorialistas muy buenos?

—Grondona fue el número uno, Neustadt no era tan editorialista...

—Hablemos de periodistas actuales.

— Lanata hace stand up; el editorial de Lanata, que debe ser el más importante de la tele, es una forma de humor.

—¿Por qué el editorial de Lanata debe ser el más importante?

—Porque Lanata es el periodista número uno de la Argentina. A ver, Lanata es una persona que se sienta a una mesa y, sin un dato nuevo, hace un stand up de media hora, le pone humor, se anima a jugar como juega él, con los soldaditos, y te hace 10, 11, 12 puntos de rating promedio. Lanata es el uno, el dos, el tres, el cuatro, el cinco y el seis.

—¿Hay mucho ego en el periodismo?

—Estamos subidos a un pedestal enorme los periodistas. Nosotros formamos parte de la crisis. Hay una crisis política, económica, social, de dirigencia, y el periodismo forma parte de esa crisis, yo no sé cómo nos ponemos a vender moral gratis delante de un micrófono. A mí la frase “el Gobierno debe...”. “¿Debe qué?”, me pregunto. Yo no soy el dueño de la moral. O cuando dicen: “Usted tiene, señor Presidente, que hacer lo que yo le digo”. Quién soy yo para decir eso, si a mí no me vota nadie. Yo puedo decir “esto me gusta” o “esto no me gusta”, “me parece que tendría que hacer esto”, pero no apuntar con un dedo moralista. ¿Dónde compramos moral los periodistas? ¿En qué momento creímos que somos los dueños de la moral?

Fabian Doman conductor de Intratables.
¿Dónde compramos moral los periodistas? ¿En qué momento creíamos que somos los dueños de la moral?

—Vos decís que el periodismo está en crisis, ¿qué les dirías a tus colegas?

—Que trabajemos más, que busquemos más información, que busquemos más datos y que opinemos un poquito menos. Lo que no quiere decir no acompañar al Gobierno. Podés acompañar a un gobierno sin necesidad de hacer setecientos editoriales.

—¿El periodismo de sobres existe?

—Hay un poco de mito, hay un mito como con el médico, el ingeniero, el arquitecto. En Argentina no hay un peso. Ahora, vos me decís, ¿hay gente que ofrece plata para llevar a alguien a la tele, a la radio o hacerle un reportaje? Sí, claro, como hay de todo, como hay en todas las actividades, ahora, yo no es que lo hago o lo dejo de hacer, yo siempre digo lo mismo: si lo hacés una vez, lo hacés siempre. Yo no me ocupo de la parte comercial del programa. Creo también que hay que hacer un debate amplio sobre el tema, porque ¿está mal el sobre pero está bien la publicidad en blanco? ¿Cuál es la diferencia?

— ¿ Cuál es conductor número uno del país?

— Saco a la fusión de Messi-Maradona en la conducción: Marcelo Tinelli, esta Santiago del Moro, Beto Casella, Guido Kaczka, Guido hace un programa impresionante, es el manual de la conducción televisiva. Me gusta mucho Andrea Politti, Jorge Rial, Alejandro Fantino, otro que te hace un asado con dos pedazos de calabaza.

—¿Qué opinás de los panelistas?

—Amo el panel. Amo el panel, casi siempre yo trabajé con panel, me parece extraordinario, defiendo al panelista, quiero que le den diez premios Martín Fierro a los panelistas: son los remadores de la televisión y ¡aplausos de pie para ellos!, casi me pongo de pie.

Política y actualidad

—¿Cómo fue tu paso por la política?

—Fui jefe de prensa de la UCEDE, a fines de los 80, y trabajé en la campaña de Álvaro Alsogaray en las elecciones del 89. Era muy joven y aprendí muchísimo en esa campaña. Y después empecé a hacer periodismo. En el año 2001 era corresponsal en Washington del diario BAE y de Radio 10.

A fines de 2001, desde el Gobierno de Fernando de la Rúa me convocan para ser director de comunicaciones de la OEA. La Argentina estaba atravesando una crisis, y el Presidente se va. Y ahí pasó lo que todos sabemos: cinco presidentes en una semana. Me llama el canciller que había asumido y empecé a trabajar en la Embajada argentina en Estados Unidos. Me acuerdo que en la calle todos nos daban el pésame: “¿Usted es de Argentina? ¡Uy! ¡Cómo lo lamento!”. Mis funciones como miembro de la Cancillería terminaron a finales de 2003, con el cambio de Gobierno. Como yo había trabajado en Radio 10, y eso no estaba bien visto para la nueva gestión, me invitaron a retirarme, algo que me pareció razonable. Y finalmente, volví al país.

—¿Cómo fue el regreso?

—Fue duro. Era como haber estado preso. Nadie me daba trabajo, nadie me recibía. Había productores que no me conocían, gente que no había estado cuando yo me había corrido a jefe de prensa y empecé a salir menos en los medios; y empecé a escribir informes sobre medios de comunicación. Después un día me crucé con una colega, una persona que ustedes conocen, Silvia Mercado, en la calle, en Lavalle y Reconquista, y me dice: ¿Qué haces?”. Le respondí: “Voy a abrir una consultora”, y me dijo: “Dejate de joder, vos sos periodista”. Se había corrido la bola de que el kirchnerismo me había vetado… Lo cual era cierto. Hasta que un día sonó el teléfono. Me llamó una persona del Gobierno de Kirchner y me dijo: “Nosotros no tenemos nada con vos, si querés que te auspiciemos de manera importante, podemos”. Era el jefe de Gabinete, Alberto Fernández. Y todo se activó nuevamente.

Política y actualidad

—¿Cómo ves a la Argentina este año?

—Ha sido un año malo para todo el mundo.

—¿Cómo ves al Presidente?

—El otro día hablaba con unos amigos, que, más allá de lo individual, el contexto es imposible de quitar, ha sido un año muy malo para todo el mundo.

—¿Y cómo lo ves al Presidente?

—Hasta ahora con unos resultados aritméticos tanto de economía como de pandemia malos. Mal. Perdimos en las dos. Y hay una tercera batalla, que también estamos perdiendo, que todavía no tomó cuerpo en la sociedad, y que va tomar cuerpo en la sociedad, en febrero o marzo del año que viene, y es que tendremos una catástrofe pandémica. Argentina es uno de los países del mundo con mayor cantidad de muertos por millones de habitantes, vamos a ser una de las economías que más va a caer el 2021.

—¿Tenés contacto con el Presidente?

—No. Nos chateábamos mucho hasta la primera vuelta del año pasado.

—¿Se puede saber el motivo?

—Yo hablo con muchas fuentes durante el día, de todos lados, y cuando vos hablás con una fuente tenés cierta obligación de transmitir o de decir al aire lo que esa fuente te transmite, aunque no la menciones al aire. Vos le preguntás a un ministro: “¿Pasado mañana van a inaugurar la plaza Don José?”. Y si te dice que sí, vos lo decís. A ver, si te dice que mañana van a inaugurar la plaza Don José y no hay ninguna plaza, ¿vos qué hacés? Hay gente con la que prefiero no juntarme.

—El Presidente dijo que venía a terminar con la grieta, ¿el Gobierno convive con una grieta interna?

—En casi todos los temas, por no decir en todos.

—¿Quién protege hoy Alberto Fernández?

—Nadie. Nadie pone el pecho para que ninguna bala llegue al Presidente: todas le llegan, todas las pelotas le llegan, es arquero. Es un arquero sin defensa.

—¿Qué le aconsejarías al Presidente?

—Que cambie de Gabinete. Tiene que haber un Gabinete que crea en el presidente. Hay un Gabinete que no cree en el presidente, y eso se nota. Te lo pongo al revés, Aníbal y Alberto mataban por Kirchner, salían en televisión y mataban por el Presidente.

—¿Por qué pensás que Aníbal Fernández no está en el Gabinete?

—Por celos, Aníbal tiene un protagonismo mediático; cuando vos conducís tenés que darte cuenta de que hay lugares donde vos tenés que dejar liberados y que va a haber gente que va a tener que crecer hasta y por tu propio bien.

—¿ Vos decís que Alberto Fernández no quiere que crezcan sus ministros?

—Hay algunos ministros que solo se explica su existencia en el Gobierno a la luz de que no le hagan sombra.

Ping pong con Fabián Doman

—¿Cómo ves a la vicepresidenta?

—Mucho menos involucrada en la cuestión de gobierno, en la cosa diaria, de lo que mucha gente cree y de lo que muchos colegas míos creen…

—¿Y a Máximo Kirchner?

—Tiene que tomar la decisión de que en 2020 no podés construir una carrera política si tenés miedo a dar un reportaje. Si piensa que va a hacer una carrera política sin hablar, lo veo difícil.

—¿ Y Mauricio Macri?

—Felipe González decía que los ex presidentes son jarrones chinos muy caros que nadie sabe dónde ponerlos, porque si los ponés en determinado lugar se pueden romper. Macri, en recientes declaraciones, dijo dos frases que me llamaron la atención. Por un lado, afirmó que a él no lo necesitan como candidato. Y tiene razón, porque Cambiemos tiene muchos candidatos, cosa que el peronismo no. Por otro lado, dijo: “Yo no necesito fueros”. Eso fue una chicana muy dura contra Cristina, y nadie recogió el guante. Acá Macri se puede presentar en Capital, pero no sé si le sirve para algo, él me dijo —tuve una charla privada—: “Yo no quiero hacer nada, me aburro”, te lo pongo en términos cristinistas: no creo que en 2023 Cambiemos gane sin Macri, pero tampoco creo que gane con Macri

—¿Y Horacio Rodríguez Larreta?

—Es el candidato del PRO. Es un candidato de la no confrontación. Sería un gobierno de Horacio, sin guerra, sin gritos, sin confrontaciones, tiene que construir una candidatura para que ese otro país exista.

—¿Qué pensás de Ginés González García?

—Fue una de mis más grandes decepciones personales, porque yo era, no digo amigo, pero conocido. Cuando fue el coronavirus, yo estaba en Estados Unidos en enero, y le dije: “Ginés, mirá que esto viene fuerte”. Un día salió en Intratables y dijo la famosa frase: “Me preocupa el dengue más que el coronavirus”. Se enojó conmigo, y no quiso salir más en el programa. Yo lo critiqué, y se enojó.

Algo personal

—¿Trabajar en televisión te exige un cuidado de la imagen personal?

—Sí. Y trato de comer la menor cantidad posible de harinas…

—¿Te matas de hambre?

—Como supongo que todos los conductores de televisión. Hay una moral horripilante de que no tenés que ser gordo en televisión.

—Según ese criterio, ¿cuáles serían las reglas que tiene que seguir un conductor de televisión?

—Estar bien vestido; en la medida de lo posible el conductor no tiene que tener pancita, para decirlo en términos elegantes; el conductor tiene que tener alguna salida, generar alguna sonrisa o algún chiste tiene que decir, y además creo que el conductor tiene que tener trayectoria. Los grandes conductores lo hacen, opinar al final de los temas, es lo que yo estoy tratando de aprender de hacer en el programa, no es fácil.

—¿Estás solo ahora?

—Sí. Trabajo tanto que no tengo tiempo para nada. Me levanto a las cinco de la mañana, me duermo a las doce de la noche.

—¿Tu libido está toda puesta en el trabajo?

—No, no, también hay otras cosas, estar con mis hijos, con mi familia, mi vieja, mis hermanos, veo fútbol americano.

—¿Qué buscás en una pareja?

—Lo que todo el mundo, alguien que te acompañe, que esté. Podría contestarte como si fuera una revista del corazón, me parece que hoy es tan importante la paz como el amor. Que te den paz…

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