“El ing. pidió convocar una reunión semana que viene con: Mauricio Macri + Jorge Macri + María Eugenia Vidal + Horacio Rodríguez Larreta + Diego Santilli + Patricia Bullrich + Eduardo Macchiavelli + Cristian Ritondo + Humberto Schiavoni + Néstor Grindetti + Omar De Machi + Federico Angelini + Laura Rodríguez Machado. Usted estaría disponible jueves 26 a las 19hs? Sería en principio presencial. Gs”. El mensaje de Whatsapp fue enviado desde el celular de la secretaria de Mauricio Macri, el ingeniero, y tomó por sorpresa a más de uno. Otros, como Horacio Rodríguez Larreta, estaban alertados y lo esperaban desde hace algunos días. Hubo quienes se apuraron en confirmar y quienes se tomaron su tiempo. La reunión no se realizará mañana, como estaba previsto originalmente. Por problemas de agenda se postergó en principio para el lunes próximo a la misma hora. Y, más allá de que varios de los invitados intentaron restarle importancia, marcará el fin de la virtualidad y el reencuentro cara a cara de los principales dirigentes del PRO después de nueve meses marcados por el distanciamiento que impuso la pandemia y también las tensiones en la principal fuerza opositora. Será la cita por la unidad, como ya la bautizaron quienes están convencidos de que servirá para acercar posiciones.
Aun antes de haber sucedido, la reunión tiene su historia y se empezó a escribir hace dos semanas en un mano a mano entre Macri y Rodríguez Larreta. Allí se habló de la necesidad de volver a mantener un encuentro presencial para analizar la situación del partido, hablar de política y explorar distintas alternativas para evitar que las diferencias que existen en el espacio -sobre la gestión de Cambiemos y el rol que debería tener la oposición- no se profundicen y conspiren contra la consolidación de una alternativa que llegue al año que viene con posibilidades concretas de derrotar al oficialismo en las urnas.
La ex ministra de Seguridad y presidenta del PRO, Patricia Bullrich, y el secretario de Ambiente de la Ciudad de Buenos Aires y Secretario General del PRO, Eduardo Macchiavelli, fueron los encargados de coordinar la logística del encuentro. “La convocatoria se hizo desde el partido”, le aseguró a Infobae uno de los dirigentes que ostenta actualmente un cargo relevante. No fue así y en este contexto no es un dato menor. La cita no la promovieron ni Bullrich ni Macchiavelli sino el propio Macri, quien no ocupa ningún cargo partidario. Otro dato: el mensaje para Rodríguez Larreta no estuvo dirigido a él sino a su secretaria.
El lugar de la reunión tampoco es un dato irrelevante. Hasta el momento no está definido, pero podría ser en los jardines de la casa que Macri alquila en Acassuso. Se acordó es que sea en un lugar abierto para cumplir con las exigencias de los tiempos que corren. El problema es que esos encuentros tienen permitidos una concurrencia máxima de 10 personas. Y de acuerdo a lo que se puede observar en el mensaje que recibieron los invitados si asisten todos serían 13. Nadie parece haber tomado nota del número por ahora. Ni porque supera el cupo ni porque alguno podría asignarle una carga negativa de mala suerte. En el PRO se muestran poco supersticiosos y pronostican que el encuentro alcanzará para cerrar las heridas que permanecen abiertas. “Es una reunión más, pero es lógico que haya especulaciones. Cada uno puede hacer la lectura que más le guste, pero no me parece razonable hablar de foto de unidad cuando la unidad nunca estuvo en duda”, le dijo a este medio otro de los dirigentes que ya comprometió su presencia.
Si el encuentro se realiza finalmente el lunes, Macri tendrá un día especialmente agitado. Sucede que antes de la hora pautada para la cita del PRO, el ex presidente participará del XIII Foro Atlántico “Iberoamérica y el mundo: desafíos post pandemia”, que organiza la Fundación Internacional para la Libertad del Nobel de Literatura peruano, Mario Vargas Llosa. Por otro lado, y como contó Infobae la semana pasada, Macri fue invitado a formar parte del Club de Madrid, una organización independiente que se define como el mayor foro de ex presidentes y primeros ministros de todo el mundo (tiene 112 integrantes) y cuyo objetivo es “fortalecer el liderazgo y las instituciones democráticas, necesarias para el progreso de las sociedades, el desarrollo y el bienestar de los ciudadanos”. Integran el Club de Madrid personalidades de 60 países como Bill Clinton (Estados Unidos), Felipe González (España), Mijail Gorbachov (Unión Soviética), Michelle Bachelet (Chile), José María Aznar (España), Fernando Henrique Cardoso (Brasil) y Vicente Fox (México), entre otros.
Más allá de la agenda internacional, está claro que Macri no está dispuesto a ceder terreno en el plano local. Después del revuelo interno que generaron sus declaraciones en distintos reportajes a mediados de octubre, en los últimos días volvió a utilizar su cuenta de Twitter. Lo hizo para defender a Elisa Carrió, a la ministra de Educación porteña, Soledad Acuña, y para expresar su indignación por el caso de Abigail Milagros Jiménez, la nena de 12 años enferma de cáncer a quien le negaron el ingreso en auto a la provincia de Santiago del Estero.
El encuentro previsto para el lunes sería solo el primer paso para comenzar a reconstruir el armado de Juntos por el Cambio de cara al próximo año electoral. En caso de que se lograran suavizar las diferencias en el principal partido del frente opositor, quedaría por delante la tarea de recomponer las relaciones con algunos integrantes de la coalición -como Elisa Carrió, que cree que Macri ya fue- y, en caso de ser posible, salir en busca de potenciales nuevos aliados. Pero primero es necesario terminar de ordenar el PRO, algo que intentarán hacer al aire libre pero con la idea de empezar a acortar distancia.
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