El cuerpo que una morguera de la policía científica fue a buscar a un country de Tigre tiene grabados en tinta negra los rostros del Che Guevara y de Fidel Castro, dos de los personajes a los que idolatró Diego Armando Maradona. Las elecciones políticas del astro argentino no fueron tibias. Las fotos del 2005 lo muestran mucho más joven y delgado de lo que se vio en los últimos años. Junto al venezolano Hugo Chávez participó del acto contra George Bush y la IV Cumbre las Américas. El hilo lo une a Evo Morales, a quien apoyó especialmente en las elecciones del 2019, con Lula Da Silva y por supuesto con Néstor Kirchner y también con Cristina Fernández. Celebró además el triunfo del mexicano Andrés Manuel López Obrador, como fronteras adentro lo hizo el peronismo.
De Fidel Castro, con quien se reunía durante su internación en Cuba, siempre ha dicho que era “el más grande de la historia”. El mismo calificativo usó también para Chávez a quien fue a despedir en sus exequias. “Ha cambiado la forma de pensar del latinoamericano, nosotros estábamos entregados a Estados Unidos y él nos metió en la cabeza que podíamos caminar solos”, manifestó. Sin la misma admiración, también apoyó a su sucesor, Nicolás Maduro, a pesar de las denuncias por violaciones a los derechos humanos. “Se respira tu lucha. Gracias por continuar el mandato del comandante eterno”, le decía a principios de este mismo año mientras se abrazaban en una visita del astro a Caracas.
Ahora, más reciente, se abrazó con Alberto Fernández que además de presidente peronista es hincha del primer club maradoniano, Argentinos Juniors. Las velas, flores, fotos y pasacalles ya lo homenajean en La Paternal. El 26 de diciembre Maradona volvió a Casa Rosada y se sacó decenas de fotos. No llegó con las manos vacías: obsequió una réplica de la camiseta del Mundial del 86 y otra del “Bicho”, en el que jugó. “Para Alberto, con mi corazón de pueblo”, escribió y firmó.
Apenas pasado el mediodía de hoy, el Presidente y la Vicepresidenta expresaron rápida y profundamente el dolor que les causó la muerte del futbolista. Después de que la Rosada decretara el duelo nacional por tres días, Cristina Kirchner firmará una resolución conjunta con Sergio Massa en adhesión. Y habrá en las próximas sesiones tiempo para los homenajes al máximo referente del fútbol mundial, el que ‘vengó’ a los argentinos frente a los ingleses y el que sin embargo, en otra muestra de argentinidad, divide.
Cuando aún la Vicepresidenta no había dicho si quería o no volver al ruedo electoral, y cuando muchos la daban derrotada antes de tiempo, Maradona se ofreció a ser su candidato a Vicepresidente. La idea no fue suya sino que se la atribuyó al máximo líder de la revolución cubana. Lo dijo bien clarito: “Fidel me dijo que tenía que dedicarme a la política. Y yo iría con ella, con Cristina. Veo a la gente sufrir, veo a la gente que no puede llegar a fin de mes. ¿Cuánto más van a robar? Nos están choreando. Macri puso a todos sus amigos. No les va a entrar la plata en el cajón. Ni van a poder tener testaferros. Es algo que me llena de pena. Mis hermanas no pueden llegar a fin de mes. Pero la luchan, trabajan. Y bueno, me da mucha bronca. Ver un país que era estable y de repente se derrumbó todo como quien tira un muñeco de nieve. Los americanos que quieren apoderarse de todo”.
En su primera reaparición después de meses de silencio, Mauricio Macri, que antes de ser Presidente estuvo al frente de Boca Juniors, comparó a la Argentina con Boca y a Cristina Kirchner con Diego Maradona. “En la irracionalidad, no en el talento”, aclaró ante Joaquín Morales Solá cuando le repreguntó sobre el paralelismo. Y dijo también que tuvo que hacer algo doloroso como echar al Diez del club de sus amores y aconsejó a Alberto Fernández que hiciera lo mismo.
La respuesta llegó, hiriente y de inmediato, desde la cuenta oficial de Diego Armando Maradona que dijo que no lo echaron sino que él se fue. Agradecida fue CFK, quien lo llamó para saludarlo por su cumpleaños número 60 y muestra del afecto peronista son hoy los cariñosos mensajes que se multiplican en las redes sociales. Hasta hay una despedida de la agrupación más kirchnerista, La Cámpora, que fundó Néstor Kirchner y que conduce su hijo Máximo.
Maradona eligió el lado peronista de la grieta. Acusó a Macri de “engañar durante cuatro años a los argentinos” y de pretender engañar a la FIFA. Lo calificó como “impostor” y reclamó que la Federación le quite el cargo que le otorgó. En cambio, a Alberto Fernández le manifestó su felicidad “de estar en su equipo”. Y frente a los banderazos, también tomó partido. En uno de los últimos compartió una bandera celeste y blanca, como la que por tres días flameará a media asta en edificios públicos. Y se despachó sin eufemismos: “Yo le pido al pueblo argentino que apoye a este gobierno. Que lo haga desde sus casas, desde las redes. Porque este gobierno no es de Alberto y Cristina. Es de todos. Ya no es más el país de Ricachón y sus amigos”.
Hace diez años Maradona flanqueó a Cristina en el velorio de Néstor en Casa Rosada. Del otro lado de la entonces presidenta estaba Evo Morales. Acarició el cajón como hace poco acarició el busto del ex Presidente al que Alberto Fernández pidió ubicar en un lugar que le es visible cada vez que ingresa por la explanada. También estuvo con CFK cuando murió su madre, el año pasado. Esta tarde muchos destacaron que justo hoy se cumplen cuatro años de la muerte de Fidel Castro. Otra coincidencia: sufrió la misma operación por un hematoma subdural que en 2013 Cristina Kirchner. “Nos toca a los dos peronistas”, bromeó él.
Aún así, hoy hay lágrimas a ambos lados de la grieta, más allá de sus posiciones políticas y de sus claroscuros. Y se decreta duelo incluso en distritos de Juntos por el Cambio. El primero fue Lanús.