El gobierno de Horacio Rodríguez Larreta continúa en sintonía austera tras la caída de los recursos que representó la quita de los fondos coparticipables a la Ciudad de Buenos Aires. En esa línea, la gestión porteña está en plena revisión de los contratos de servicios, entre ellos, el de la recolección de residuos. La limpieza urbana representa el 6,2% del presupuesto 2020 e implicó una partida anual de $30.000 millones.
El jefe de Gobierno porteño tiene la facultad para rescindir o modificar los contratos, desde que se votó la Ley de Emergencia Económica en mayo del año pasado por la pandemia. La normativa habilita a redestinar partidas y hasta suspender la ejecución de programas, a excepción de aquellas líneas de trabajo que están bajo la órbita de Salud, Educación y Desarrollo Humano.
El gobierno porteño se puso como objetivo reducir el costo del servicio a cargo de Cliba, Níttida, Solbayres, Ashira, Urbaser y Aesa, las seis empresas concesionarias que trabajan en las zonas de la Ciudad. No se descarta, incluso, que se reduzcan días para efectuar la recolección, como los fines de semana o feriados. Todo sigue en análisis.
En la actualidad, las firmas operadoras trabajan todos los días, mientras que los sábados se lleva adelante un servicio reducido del 50% en la Ciudad. En las zonas donde hay mayor turismo o cuentan con una complejidad específica, como los barrios populares, donde se refuerza el trabajo.
Las cifras oficiales señalan que cada día se generan 8.000 toneladas de basura. Con el arranque de la cuarentena, ese monto había bajado a 6000.
Esa evolución se vio también en el reciclaje. De un total de 380 toneladas que eran procesadas por 12 cooperativas de recuperadores de residuos antes de marzo, cuando comenzó el aislamiento social, preventivo y obligatorio, se pasó a 13 toneladas por semana y nueve cooperativas en el aislamiento obligatorio. Los recuperadores pasaron de ser 5112 a 150.
Para el gobierno porteño, no se justifica el esfuerzo económico actual en el pago del servicio. De las 8.000 toneladas, 3.200 son residuos forestales o elementos tales como escombros y restos de obra. Los cambios tecnológicos en el procesamiento de la basura y la multiplicación de los containers habilitan a una posible revisión.
Una de la aristas abiertas en la Ciudad en la revisión de los contratos será el impacto que tendrá esta negociación en los trabajadores nucleados con el Sindicato de Choferes de Camiones, que encabezan Hugo y Pablo Moyano.
Los números presupuestarios del gobierno porteño empiezan a estar cada vez más apretados y en esa dinámica aparece la revisión de los contratos. Por la pandemia y el aislamiento, la Ciudad dejó de recaudar $70.000 millones ydebió reasignar fondos por $20.000 millones a sectores de salud o asistencia social. El gobierno nacional también ratificó la quita de un 1% de coparticipación en el distrito que representa un monto de $13.000 millones.
En esa clave, el jefe de Gobierno porteño envió para el 2021 un “presupuesto de contingencia y con medidas transitorias” que se encuadran en un plan diseñado para equilibrar las cuentas, como la “suspensión, ralentización y postergación de obras”.
También la Ciudad decidió un “mantenimiento mínimo y esencial del espacio público”, cambios impositivos como la eliminación de la exención al Impuesto sobre los Ingresos Brutos a las Leliqs y a las operaciones de pases o la implementación del impuesto a los Sellos, que implicará una suba del 1,2% en el gastos de los resúmenes de las tarjetas de crédito.
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