¿Juega o no juega Cristina Fernández de Kirchner? De la respuesta a esta duda, y del empuje que le dé el Presidente a la búsqueda de votos dependerá el futuro de la ley de de Interrupción Voluntaria del Embarazo. Los más optimistas creen que aunque será difícil, el resultado final sería a favor. Otros prometen resistencia e intentan enfriar el inicio del debate en Diputados y extenderlo hasta el año próximo. Hay una senadora a la que metafóricamente le estalla el celular con decenas de mensajes y llamados mientras ella promete reservarse el sentido de su voto hasta el día del tratamiento en el recinto. En el Senado, donde dos años atrás se frenó una ley similar, Cristina Fernández de Kirchner está callada y no da pistas. En cambio desde la oposición Martín Lousteau mantuvo reuniones con algún funcionario/a nacional para ayudar a conseguir los votos que faltan. Las cuentas dan a los verdes todavía por debajo de los celestes que se oponen a la ley.
El proyecto de ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo arrancará su tratamiento en Diputados junto con la ley de los Mil Días para brindar asistencia a embarazadas y a los niños hasta los dos años de edad. La estrategia del oficialismo es votarlas en paralelo y enganchar una norma con la otra de manera de condicionar algunos votos en duda que serían determinantes. A una semana del fin de las sesiones ordinarias, recién después del fin de semana largo se anunciará el plan de trabajo y el giro a comisiones. Ya se sabe que sería un plenario de comisiones y que los presidentes de las mismas intentarían un tratamiento de pocos semanas. Las que intervendrían serían Salud, Legislación General, Mujeres y Diversidad y Legislación Penal presididas las cuatro por diputados ‘verdes’ y oficialistas: Pablo Yedlin, Cecilia Moreau, Mónica Macha y Carolina Gaillard. Con la presencia de Moreau, del Frente Renovador, Sergio Massa se garantizó su presencia en las conversaciones aún sin estar lo que le permite mostrarse ecuánime frente a las posiciones enfrentadas.
No son pocos los diputados que preferirían tener la media sanción antes de fin de año, en el marco de la prórroga de sesiones Ordinarias o la convocatoria a Extraordinarias que debería firmar en los próximos días el Presidente. La primera opción es la preferida en el Congreso, tanto en Diputados como en el Senado donde Cristina Fernández de Kirchner y el Frente de Todos se encaminan a la sanción de la ley de aporte solidario, el impuesto a las grandes fortunas.
Con cuatro presidentes ‘verdes’ en las comisiones, los diputados ‘celestes’ se muestran desconcertados y sin información oficial. Algunos temen que el debate se acote a unas pocas reuniones de comisión y la media sanción se vote cerca de Navidad. En los grupos de chats de los llamados ‘pro vida’, término que enoja al sector que impulsa la IVE, insistirán en que en vísperas de las fiestas y en el marco de un año con pandemia no es oportuno tratar la ley. Advierten que llenarán las calles de manifestantes aunque no se animan a hacer pronósticos después de un 2018 en el que entraron al recinto con cuatro votos arriba y en cambio perdieron la votación por 129 contra 125 votos.
“Si quieren que la media sanción salga en 15 días va a ser escandaloso”, aseguró una legisladora a Infobae. De hecho la misma tarde en que Alberto Fernández envió el proyecto al Congreso aparecieron pintadas en color celeste con la frase “empieza la guerra”.
Para prevenir situaciones incómodas, Massa convocó una semana antes a militantes de ambos sectores, por separado. A todos les pidió dar el debate sin agresiones. Hay diputados que prometieron cumplir la comanda. A modo de ejemplo el martes último, tras el anuncio y mientras en el recinto se debatía el Presupuesto 2021 y en las calles el peronismo avanzaba con su caravana de la militancia, Gaillard se tomó una foto con Marcela Campagnoli, diputada de la Coalición Cívica muy cercana a Elisa Carrió y vicepresidenta de la comisión de Penal. Ambas alzaron sus puños y cruzaron sus brazos mientras sonreían. El dato es que Gaillard tenía atado en su muñeca un pañuelo verde y Campagnoli uno celeste. Testigo de la mutua promesa de evitar cualquier agresión, fue el bebé que la diputada entrerriana alzaba a upa ya que el padre, su pareja Nicolás Rodríguez Saá, también estaba en la sesión porque es diputado nacional por Buenos Aires. Rodríguez Saá votará a favor mientras que en el Senado su tío Adolfo Rodríguez Saá lo hará en contra.
En ese marco la diputada del PRO Carmen Polledo, vice de la comisión de Salud y ‘celeste’, reclamó evitar una discusión exprés. “Queremos un debate serio y profundo. Se renovó el 50% del Congreso y además hay colegas indecisos que necesitan escuchar a los expositores. Tiene que primar la cordura”, advirtió a Infobae. Con otros legisladores de su misma postura ya analizan cuáles de los especialistas que participaron del debate en 2018 son más interesantes o defendieron mejor el rechazo a la legalización para que participen de las reuniones informativas.
Aunque todavía no arrancó la ‘caza’ de votos real, sondeos preliminares muestran que en Diputados el voto a favor lleva ventaja. Sin embargo los indecisos podrían modificar esa diferencia para uno u otro lado. Se trata de unos 27 diputados nacionales, de los cuales 15 pertenecen al Frente de Todos. Hubo además algunos votos del 2018 que cambiaron: la chaqueña Aída Ayala votó a favor pero anunció que esta vez lo hará en contra. No son pocos los que temen presiones en sus provincias, como sufrió ella al regresar en 2018 después de la sesión. Y este mismo fin de semana en Capital el radical Facundo Suárez Lastra sufrió un escrache en su casa por su postura a favor de la IVE.
El debate en el Senado
En el Senado se invierte la ecuación. Si la votación fuera esta semana la negativa se impone en forma muy ajustada sobre el voto a favor por solo dos senadores: 35 a 33. La diferencia es tan exigua que se puede modificar con abstenciones, ausencias, propuestas de cargo o incluso, en la modalidad remota, con una falla de conexión a internet. Las suspicacias no son de la autora sino comentarios que se oyen en el Palacio Legislativo.
De un lado y del otro hacen cuentas. José Mayans, jefe del bloque de senadores del Frente de Todos, picó en punta con su ofensiva a pesar de que fue el propio presidente de la Nación quien presentó el proyecto de ley. El formoseño tiene cuentas pendientes con la redactora del texto de la ley, la secretaria de Legal y Técnica Vilma Ibarra. También fue ella la impulsora del matrimonio igualitario, otra ley contra la que militó Mayans.
Cada cual tiene su propio punteo. Casi todos coinciden. El porteño Martín Lousteau, de Evolución-UCR, es uno de los fervientes defensores de la legalización, como su esposa la actriz Carla Peterson y lleva las cuentas en papel día a día. Muestra de que la IVE divide al Congreso en forma transversal y no por bloques, fueron las charlas que ha tenido con oficialistas más allá de otras profundas diferencias. Hasta hubo un senador opositor que le corrigió la lista a Vilma Ibarra.
Senadores ‘indefinidos’
En todos los apuntes la opositora Lucila Crexell figura como ‘dudosa’. La senadora del Movimiento Popular Neuquino se abstuvo en 2018, tras presentar un proyecto propio, y ahora no revela su postura. De ella se puede decir que es muy raro que la presión de uno u otro sector puedan torcerle su decisión. “Soy muy permeable a escuchar y analizar diferentes posiciones, pero no soy influenciable”, ha dicho mientras bromea sobre supuestas apuestas respecto a su voto. En declaraciones radiales dio pistas confusas: está a favor de la despenalización pero considera clave la semana de gestación que quede como límite para la práctica de un aborto. En el texto presidencial se estableció la semana 14, plazo tomado del debate del 2018.
En segundo lugar figuraba como incierta la posición de Roberto Mirabella. Aunque pone condiciones, a diferencia de Omar Perotti, el gobernador santafesino a quien reemplazó en la banca, el senador votaría por la afirmativa.
Los otros dos votos sin definición son el del entrerriano Edgardo Kueider, del Frente de Todos, que no hizo pública su postura y asegura no haber recibido aún ningún llamado para sondearlo. También está en duda el de otra entrerriana, Stella Maris Olalla, senadora por la Unión Cívica Radical. A Kueider varios lo alistan con un gran signo de pregunta y pronto recibirá llamados, según dijeron sus colegas del Senado a Infobae, aunque cerca suyo dejaron trascender que votaría en contra. A Olalla ya hay quienes la tildan con verde.
Senadores ¿”influenciables”?
Aunque en su mayoría los senadores prefieren no mostrar sus cartas, hay otras listas con nombres de aquellos que no tienen posiciones tan irreductibles como las de Mayans o la tucumana Silvia Elías de Pérez o el bonaerense Esteban Bullrich, por ejemplo. Ha habido casos de diputados o senadores que modificaron su postura inicial en 2018 como Ignacio de Mendiguren (presionado por sus hijas), el hoy canciller Felipe Solá o hasta la propia Cristina Fernández de Kirchner.
Uno de los senadores a los que intentarían hacer cambiar de opinión es al ex gobernador de Misiones, Maurice Closs. En 2018 señaló que no había consenso pero fundamentó su postura en el avance de la ley sobre el sistema de salud de las provincias más que en convicciones religiosas o personales.
En la lista de los votos en contra del aborto está el ex presidente Carlos Menem. A pesar de sus problemas de salud, el riojano suele participar de las sesiones en forma remota aunque este año faltó varias veces. Siempre trabaja asistido por su hija Zulemita Menem, cada día más cercana al presidente Alberto Fernández quien según dicen la entusiasmaría para que sea candidata por La Rioja. La empresaria ya ha recibido ofertas de otros peronistas bonaerenses. Menem se ausentó cuando se votó el matrimonio igualitario y en el Senado apuesta a que lo vuelva a hacer. Sólo con esa ausencia alcanzaría para un empate.
Del otro lado en Salta, provincia de profunda fe religiosa, empezaron las presiones sobre diputados y senadores en forma pública. Es el caso del kirchnerista Sergio ‘El Oso’ Leavy a quien hace poco le bloquearon sus redes sociales. De un lado y del otro se lo tironean. En la campaña del año pasado como candidato a senador, después de perder como candidato a gobernador, lo acusaban de “antiderechos”. Ahora lo traduce el diputado Martín Grande: “Al Oso Leavy lo tienen como indeciso pero ya tomó su postura y será en contra del aborto”, respondió días atrás a una radio local.
En ese marco en Juntos por el Cambio se preguntan si el fueguino Pablo Blanco, radical, mantendrá su postura en contra mientras esperan la definición de Juan Carlos Marino. El pampeano votó en contra en 2018 y acaba de decir que repensará su posición. Es otro voto clave.
En paralelo en el Frente de Todos intentarían pedirle a la barilochense Silvina García Larraburu que se ausente. Río Negro tiene otros dos votos a favor: el del ex gobernador Alberto Weretilneck (Juntos Somos Río Negro) y el de Martín Doñate, de La Cámpora y muy cercano a la Vicepresidenta.
En el caso del senador Dalmacio Mera los ‘verdes’ apuestan a que como en su momento Cristina Fernández de Kirchner o el industrial De Mendiguren pese más la opinión de su hija que la propia. El catamarqueño siempre ha dicho que no cree en la legalización mientras que Federica Mera ha pedido que “caigan los prejuicios” y militó a favor de la IVE.
Además hay que recordar que José Alperovich, un voto ‘celeste’, sigue de licencia investigado en una causa por abuso sexual.
Quienes tejen teorías conspirativas se preguntan si Cristina Fernández operará a favor de una ley impulsada por Vilma Ibarra. “No tiene el Tango 01″, descartaron cualquier movida cerca suyo en referencia a la jugada de una década atrás cuando sumó a varios senadores a una gira a China para facilitar la sanción de la ley de matrimonio igualitario. Quienes son aún más conspirativos, apuestan que ante un eventual empate, incluso promovido por la Vicepresidenta, sea su voto el que quede registrado en la historia legislativa como el voto más importante.
Hace poco llamó la atención que CFK ingresara al recinto con un rosario en su cuello. Aún así y a la inversa de su ex vicepresidente Julio Cobos que hizo caer la Resolución 125 con su “voto no positivo”, o de Gabriela Michetti que celebró el freno a la legalización, ella podría pasar a la historia como quien definió el destino de la ley. Una ley que su adversario Mauricio Macri presentó pero no defendió y fracasó en su aprobación y una ley que milita su hija Florencia Kirchner. En su entorno sostienen que si le toca desempatar, su voto volverá a ser a favor.
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