El ministro de Trabajo, Claudio Moroni, habló este miércoles por la mañana con siete dirigentes de la CGT para conocer en profundidad los reclamos que le hacen a Alberto Fernández, pero aún no está definido si el Gobierno recibirá a la central obrera para tratar de encarrilar la relación.
El tono tan duro de los sindicalistas obligaría al Gobierno a dejar pasar un tiempo antes de reanudar el diálogo: “Ahora hay que dejar que se enfríe el clima, aunque la relación no está rota”, aseguró a Infobae un importante miembro del gabinete nacional.
En la Casa Rosada causó sorpresa la postura crítica de la CGT y la atribuyeron a "una necesidad de protagonismo”. “Se dieron máquina entre ellos. No hay motivos para que reaccionen como lo hicieron”, afirmó otro funcionario cercano al Presidente.
Este martes, en la reunión de su consejo directivo, los dirigentes de la central obrera fueron muy duros contra el Gobierno e incluso hubo amenazas de realizar protestas si no se atienden sus demandas, en donde se mezclan la preocupación por el recorte de la ayuda económica durante la pandemia, la nueva fórmula de movilidad jubilatoria y la advertencia de que las obras sociales no pueden pagar las vacunas contra el COVID-19 y que su costo debe financiarlo el Tesoro Nacional.
“Hay una pérdida importante del poder adquisitivo. Hubiésemos querido que el Gobierno nos convoque. Es una decisión unilateral y vemos con preocupación que se estén anunciando ajustes en elementos como el IFE, el ATP y lo previsional. Estas cuestiones deben discutirse en una mesa”, dijo el secretario adjunto de la CGT, Andrés Rodríguez, en declaraciones radiales.
Sobre una eventual protesta contra el Gobierno, Rodríguez, quien también es secretario general de UPCN, dijo que “las medidas de fuerzas pueden estar latentes siempre que no se solucionen los problemas” y advirtió: “Esperemos que las cuestiones se solucionen a través del dialogo y el consenso. Si esto no ocurriese, veríamos qué medidas tendríamos que aplicar”.
La dirigencia cegetista quiere pedir una audiencia con Alberto Fernández para plantearle su postura, aunque hay un paso previo: ya solicitó extraoficialmente un encuentro con el gabinete socioeconómico para buscar definiciones a sus reclamos por parte del ministro de Economía, Martín Guzmán, y del jefe de Gabinete, Santiago Cafiero. Todavía no le respondieron.
A algunos funcionarios les llamó la atención la reacción cegetista porque “en todo momentos se dijo que las medidas de protección y de ayuda que se tomaron durante el aislamiento obligatorio eran temporarias y que se iban a terminar cuando se alcanzara la nueva normalidad”.
El ministro Guzmán dijo este miércoles que “hoy no es el momento de un IFE 4, como no el momento de otras cosas porque hay que mantener ciertos equilibrios pero también proteger la actividad”.
Hace un mes, Moroni afirmó que el Estado “seguirá ayudando a los sectores con necesidades” y destacó que el IFE y el programa ATP “son herramientas que pueden ser modificadas, lo estamos discutiendo, pero tenemos que mantener la intervención en los sectores que lo necesiten”. Y agregó: “El ATP sigue hasta diciembre en sectores como turismo, gastronomía y espectáculos porque lo necesitan, y en otros sectores iremos viendo en cada caso cuál es la herramienta adecuada”.
Además de reclamar la continuidad del Ingreso Familiar de Emergencia (IFE) y del Programa de Asistencia de Emergencia al Trabajo y la Producción (ATP), la CGT exige la prórroga de la prohibición de los despidos, que vencerá el 27 de este mes, y de la doble indemnización, dispuesta por un DNU que extendió la emergencia ocupacional hasta el 7 de diciembre próximo.
Sobre estas dos medidas, el Presidente todavía no decidió su continuidad, aunque fuentes oficiales anticiparon que seguramente se extenderán “hasta que vuelva la normalidad productiva”.
Con respecto a los temores sindicales sobre la vacuna, en el Ministerio de Salud están desconcertados por la posición de la CGT: “Ya se anunció que va a ser gratuita para todo el mundo. ¿Creen que el Estado se la va a vender a las obras sociales? ¿Cómo se les ocurre?”, se preguntaron en uno de los despachos clave de la Casa Rosada.
Otra crítica de los dirigentes de la CGT estuvo centrada en que el diálogo social al que convocó el Gobierno el 19 de octubre “está paralizado”, ya que “se creó una mesa sectorial para el sector metalmecánico y no hubo más avances sobre el tema”. Desde el Gobierno lo negaron: “Ya se reunieron también la mesa sectorial de la construcción, la de indumentaria y calzado, y la semana que viene se hará la de minería. ¿Qué quieren, que hagamos ocho mesas al mismo tiempo?”.
Desde la CGT, 24 horas después del caldeado encuentro del consejo directivo, un gremialista se preocupó en destacar que “todos apoyamos al Gobierno” y que “no hay ánimo de ruptura”, mientras, ante Infobae, uno de sus colegas dijo: “Si no hay respuestas, no descartamos nada”.
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