Los jueces Leopoldo Bruglia y Pablo Bertuzzi volvieron este lunes a trabajar a la Cámara Federal, después del fallo que dictó la semana pasada la Corte Suprema de Justicia cuando los dejó momentáneamente en esos dos cargos de la Sala I del tribunal hasta que se abran concursos, en donde ellos podrán participar.
En ese fallo, el máximo tribunal impugnó el mecanismo de los traslados y estableció que los nombramientos de los jueces solo son válidos si pasan el proceso de selección en el Consejo de la Magistratura, luego su nombre es refrendado por el Poder Ejecutivo para enviarlo al Senado y finalmente allí obtiene la aprobación final.
También Germán Castelli regresó al Tribunal Oral Federal 7, donde tramita la causa de los cuadernos de la corrupción en la que está imputada la vicepresidenta Cristina Kirchner. Castelli también impugnó ante la Corte la revisión de su traslado. En su caso, el máximo tribunal lo repuso pero con una resolución distinta a la de Bruglia y Bertuzzi. Castelli se reintegró hoy de manera virtual –la modalidad con la que se trabaja por el coronavirus– a través de una videoconferencia con sus colegas del tribunal.
Aunque la licencia que habían solicitado tras la resolución del máximo tribunal duraba hasta mañana, los magistrados de la Cámara Federal se presentaron hoy en el segundo piso de Comodoro Py 2002 para retomar las funciones en la Sala I de la Cámara Federal que habían dejado a mediados de septiembre cuando se publicó el decreto que los removía de su puestos, tras la jugada oficial en el Consejo de la Magistratura y la decisión del Senado.
Es que Bruglia y Bertuzzi llegaron a la Cámara Federal desde el Tribunal Oral Federal 4. El Consejo de la Magistratura en la gestión de Mauricio Macri promovió esos pases en 2018. Desde allí, les tocó revisar las decisiones que tomó el fallecido juez Claudio Bonadio en la causa de los cuadernos. Fue así como ratificaron el procesamiento de la entonces senadora y ex presidenta Cristina Kirchner como jefa de una asociación ilícita que se dedicó a recaudar dinero entre empresarios que buscaban hacer negocios con el gobierno. Vale aclarar, no obstante, que no todos los procesamientos de Bonadio contra la hoy vicepresidenta en esa esa megacausa fueron ratificados por el tribunal, aunque sí la pieza principal: las anotaciones de Oscar Centeno.
Ya desde antes de la irrupción de esa causa que sacudió al poder judicial, el kirchnerismo identificó a Bruglia y Bertuzzi con el macrismo por la forma en la que habían accedido a ese tribunal estratégico, donde se define la suerte de muchas causas de corrupción.
En julio pasado, como reveló Infobae, el consejero que representa al Ejecutivo Gerónimo Ustarroz pidió hizo una lista de tres decenas de traslados que se habían efectuado y que aparecían como irregulares, porque no cumplían con las normas fijadas por la Corte Suprema en las acordadas 4 y 7 de 2018. Aquellas acordadas, ahora ya célebres, anularon primero la conversión de un tribunal penal ordinario a federal –que resultó sorteado para juzgar a Cristina Kirchner– y después, por preguntas del Ejecutivo, establecieron quiénes debían pasar por el Senado para obtener aval cuando eran trasladados.
Sobre esas acordadas, Bruglia, Bertuzzi y Castelli, entendieron que sus traslados –de fuero federal a federal– no podían ser revisados por el oficialismo. Y fueron a la Justicia en lo contencioso administrativo.
En el caso de Bruglia y Bertuzzi, la jueza de primera instancia rechazó el amparo y también el planteo de fondo de los magistrados. En el caso de Castelli, otra jueza le negó la medida cautelar que solicitaba para mantenerse en el TOF 7, donde se tramita la causa de los cuadernos.
Pero como el Senado primero y el Ejecutivo decidieron ejecutar la medida y devolverlos a sus tribunales de origen, por no haber ido a la audiencia convocada por la Cámara alta, y la Cámara en lo Contencioso Administrativo demoraba –en el caso de Bruglia y Bertuzzi– una definición, la Corte Suprema resolvió tomar el per saltum.
La decisión tomó en ese momento por sorpresa al Ejecutivo. Durante un mes se estudió el caso, en medio de especulaciones. Finalmente el martes pasado la Corte dio a conocer su fallo. El presidente de la Corte Carlos Rosenkrantz se pronunció por hacer lugar al pedido y dejarlos en sus cargos, mientras que los otros jueces Ricardo Lorenzetti, Juan Carlos Maqueda, Horacio Rosatti y Elena Highton (con un voto propio) opinaron que el problema eran los traslados al equipararlos con cargos permanentes.
El fallo de la Corte devolvió a Bruglia y Bertuzzi a la Cámara Federal pero solo momentáneamente hasta que se haga el concurso correspondiente. El oficialismo del Consejo de la Magistratura busca apurar el concurso, mientras examina cómo hacer con los otros jueces que habían sido trasladados en distintos gobiernos y que hasta ahora nunca habían quedado bajo la lupa. Imprevistamente, la resolución de la Corte también los alcanzó a ellos.
Tras el fallo de la Corte, Bruglia y Bertuzzi decidieron tomar una licencia (por vacaciones atrasadas) de una semana para evaluar qué hacer porque lo consideraron un fallo “espantoso”. Por esas horas trascendió la idea de renunciar. Sin embargo, hoy, se presentaron en Comodoro Py para retomar su trabajo en la Sala I, junto al juez Mariano Llorens.
En el caso de Castelli, el máximo tribunal lo repuso en el cargo del Tribunal Oral pero no ordenó que se haga un nuevo concurso. Es que no dio por cerrada la causa ya que entendió que debía volver a primera instancia para que se dicte un fallo de fondo que su caso todavía no lo tiene. De todas formas los jueces de la Corte dispusieron que esa resolución debía ser en el mismo sentido que el fallo sobre Bruglia y Bertuzzi.
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