Fue un acto emotivo y cargado de simbolismo político. El presidente Alberto Fernández se reunió este mediodía con Evo Morales en La Quiaca, Jujuy, para despedirlo y acompañarlo a cruzar el paso fronterizo con la ciudad de Villazón, lo que marcó el regreso del ex mandatario boliviano a su país tras casi un año en el exterior, primero en México y luego en la Argentina, luego de la victoria electoral del MAS que llevó a Luis Arce al poder.
“Alberto Fernández me salvó la vida. Muchas gracias”, aseguró Morales durante un acto colmado de simpatizantes, globos y banderas de Bolivia y Argentina. De inmediato, el presidente argentino retrucó con elogios: “Lo más importante es que regrese a su patria de la que nunca debió haber salido”.
Alberto Fernández, además, recordó que Argentina y Bolivia son “parte de una patria grande, una patria que quiere abrazar a todos, no a algunos”. Fue un claro mensaje de unidad entre ambos países que, con el retorno del MAS de Morales y Arce al poder, implicará un relanzamiento de las relaciones diplomáticas que habían quedado interrumpidas con el proceso encabezado por Jeanine Añez.
En la puerta del puente que une La Quiaca con Villazón, el jefe de Estado señaló que para lograr el objetivo de tener “una patria para todos hay un instrumento, que se llama democracia”, y recordó el momento cuando conoció a Morales. “Hizo un gran trabajo donde las estructuras sociales y económicas cambiaron en Bolivia. Lo hizo tan bien que algunos se molestaron, pero el pueblo sabe que del otro lado de este puente hay miles que lo esperan ya que el pueblo no se equivoca”, remarcó Alberto Fernández.
El gesto de Alberto Fernández de despedir a Evo Morales va más allá del acompañamiento a este regreso triunfal del líder del MAS. Es el puntapié inicial, analizan en Casa Rosada, de una alianza geopolítica que busca la Argentina para contrarrestar el peso de gobiernos de centroderecha en América Latina como el de Jair Bolsonaro, en Brasil; el de Sebastián Piñera, en Chile, y Luis Lacalle Pou, en Uruguay.
Los simpatizantes de Morales se ubicaron de un lado y del otro de la frontera entre Argentina y Bolivia. Luego de los discursos breves, el mandatario argentino compartió algunos metros el trayecto con el ex presidente boliviano y también con el ex vicepresidente Álvaro García Linera.
“Gracias a todos los argentinos que me apoyaron. En poco tiempo demostramos que Bolivia tiene un futuro. Garantizamos la dignidad de un pueblo”, dijo Morales al iniciar el acto y agregó: “Nunca dudé que íbamos a volver pero no tan pronto”.
“Esto es algo que nunca vamos a olvidar. Parte de mí queda en la Argentina luego de pasar 11 meses exiliado allí”, indicó el ex presidente boliviano, que aprovechó la ocasión para recordar a Néstor Kirchner cuando destacó que “la lucha sigue contra el imperialismo”.
“Volverá a su casa, que es de donde nunca debería haber salido. Somos muchos los argentinos que lo queremos y valoramos”, afirmó Alberto Fernández durante el encuentro. El Presidente estuvo acompañado por el canciller Felipe Solá; los ministros Eduardo de Pedro (Interior) y Elizabeth Gómez Alcorta (Mujeres, Géneros y Diversidad); el secretario de Asuntos Estratégicos, Gustavo Béliz; el secretario de Comunicación, Juan Pablo Biondi; el senador Jorge Taiana y el diputado Eduardo Valdés.
El presidente argentino participó ayer de la asunción de Arce en La Paz y anoche ya había cenado con Evo Morales y su comitiva en La Quiaca, donde compartieron anécdotas y un clima festivo.
Durante esa cena, Alberto Fernández le comentó a Morales las muestras de afecto que recibió en la capital boliviana, sobre todo de los partidarios del MAS (Movimiento al Socialismo), el partido de Arce, quien fue elegido por el 55% de los votos. En su breve paso por La Paz el presidente argentino recibió aplausos tanto en las calles como en la Asamblea Legislativa por los gestos que tuvo con Evo al darle refugio político luego de que lo denunciaran por fraude en las últimas elecciones y lo acusaran de fomentar actos de violencia.
Tras despedirse de Alberto Fernández en Villazón, Morales emprendió una caravana con cientos de simpatizantes que lo acompañarán en su recorrida de más de 1.000 kilómetros hasta la zona cocalera de Cochabamba, donde forjó su carrera política.
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