La trama secreta del viaje a Rusia: tensión entre los enviados oficiales, el precio de la vacuna, y un cineasta argentino como lobista

Además de las dos funcionarias enviadas por el presidente Alberto Fernández, viajaron otras cinco personas en el mismo avión. Qué reuniones tuvieron en Moscú y cómo siguen las negociaciones. Las gestiones previas de Axel Kicillof. Y los planes para producir la vacuna en el país

Funcionarios del Fondo de inversión ruso y del Instituto Gamaleya en una de las reuniones (Infobae)

El sábado 17 de octubre, un total de siete personas se embarcaron en el vuelo 244 de British Airways con destino final a Moscú para negociar, en secreto, la compra de la vacuna Sputnik V, que todavía aguarda los resultados de la fase 3. En el Gobierno repiten que “la comitiva” solo estuvo integrada por la viceministra de Salud, Carla Vizzotti, y la asesora presidencial Cecilia Nicolini, una politóloga que cuenta con la confianza de Alberto Fernández. Los otros pasajeros eran tres representantes del laboratorio argentino HLB Pharma, que ya inició el proceso de inscripción de la vacuna en el país, una enviada de la provincia de Buenos Aires que reportaba al gobernador Axel Kicillof y al ministro de Salud bonaerense Daniel Gollan, y una empresaria santacruceña que tiene un vínculo estrecho con los Kirchner. Todos viajaron en el mismo avión por la escasez de vuelos, pero apenas aterrizaron en Moscú se movieron con independencia.

La delegación argentina aterrizó en Moscú el 18 de octubre a las 9:40, tras una escala de dos horas en Londres. Antes de salir del aeropuerto, los visitantes argentinos tuvieron que hacerse un hisopado y los mandaron al hotel hasta recibir el resultado.

Algunos de los enviados se enteraron esa misma noche por Fernando Sulichín, un cineasta argentino que tiene llegada a Cristina Kirchner y ofició de nexo entre los argentinos y el Fondo Ruso de Inversión Directa (RDIF por sus siglas en inglés), responsable de financiar la vacuna. De la mano de grandes directores de Hollywood como Oliver Stone, Sulichín conoció a varios presidentes latinoamericanos. Su influencia excede el mundo del cine.

Las dos funcionarias enviadas por Alberto Fernández y los representantes del laboratorio se alojaron en el Hotel Lotte, a pocas cuadras del río Moscova. Para Vizzotti era la primera vez en Rusia. En cambio, Nicolini ya había estado en 2009 como turista.

Una científica trabaja dentro de un laboratorio del Instituto Gamaleya durante la producción de la vacuna.

La agenda de los argentinos incluyó una extensa visita al Centro Nacional Gamaleya, una institución de excelencia a nivel mundial donde se desarrolla la vacuna. Los visitantes argentinos recorrieron el predio de 22 hectáreas, ubicado en las afueras de Moscú, a unos 40 minutos en auto, y mantuvieron reuniones con los expertos rusos. En esos encuentros pudieron intercambiar opiniones con director del centro estatal ruso y hasta con el creador de la vacuna.

El Centro Gamaleya fue fundado en 1891 como laboratorio privado y desde 1949 lleva el nombre de Nikolay Gamaleya, pionero de la investigación microbiológica en Rusia. Pese a los cuestionamientos contra la vacuna por la escasez de información, es una institución de prestigio mundial: gestiona una de las mayores colecciones de virus del mundo y en 2015 desarrolló dos vacunas para tratar el Ébola.

Aunque la delegación tenía un traductor a disposición, no fue necesario usarlo. Nicolini vivió varios años afuera del país y habla en inglés como segunda lengua. Vizzotti también maneja el idioma con naturalidad.

Durante la semana que estuvieron en Moscú, las dos funcionarias enviadas por el Presidente también se reunieron con el viceministro de Salud de Rusia, con académicos rusos en la Universidad estatal de Moscú), con médicos e infectólogos locales, y con el Centro de Estudios de América Latina.

Pese a la seguidilla de reuniones, nadie se quiso perder la clásica foto en la plaza roja de Moscú. Y hasta hubo una enviada que tuvo tiempo para hacer compras.

En representación de la Provincia viajó la esposa de Gollan, Raquel Méndez, una farmacéutica que no tiene cargo de funcionaria pero reportaba casi minuto a minuto a su marido y al gobernador Axel Kicillof.

El séptimo integrante de la delegación fue Mariana De Dios, una empresaria santacruceña que tiene un vínculo personal con la familia Kirchner a partir de su padre, Angel De Dios, quien trabajó junto a Néstor Kirchner en el Sur y luego aterrizó en el Banco Nación.

Su hija también tuvo cargos en el Estado. Según su perfil de Linkedin, entre 2004 y 2008 trabajó en Casa Rosada como “jefa de mesa de entrada del área jurídica”. Ahora dirige la empresa Traditum, que desarrolló un sistema de prescripción electrónica para facilitar la compra de medicamentos.

¿Qué hacía en Moscú? Nadie puede contestarlo. Desde el Ministerio de Salud de la Provincia aseguraron a este medio que no fue en representación del gobernador, aunque varios de los protagonistas del viaje confirmaron que reportaba a funcionarios kirchneristas. Tampoco fue reconocida como parte de la comitiva de Nación. “Eran los ojos de Cristina en el viaje”, evaluó uno de los participantes del viaje.

Según pudo saber Infobae, la tensión y la desconfianza entre las enviadas de Nación y Provincia se respiraba en el aire. ¿Cómo se explican esas disidencias? “La Provincia venía negociando hace tiempo con los rusos para comprar la vacuna. También había conversaciones con Tierra del Fuego y San Luis, pero con la provincia de Buenos Aires estaba mucho más avanzando”, graficó uno de los enviados a Moscú.

Carla Vizzotti nunca había viajado a Moscú y encabezó la delegación.

En ese contexto, los tres representantes del laboratorio argentino se concentraron en la agenda propuesta por el Fondo Ruso de Inversión Directa, que aporta los fondos y se encarga de los acuerdos con los países. “Con las funcionarias nos conocimos en Ezeiza”, respondió uno de los tres enviados por HLB.

El 26 de octubre, la delegación aterrizó en Ezeiza. Horas después, Vizzotti y Nicolini se reunieron con el Presidente para contarle en primera persona los detalles del viaje. En esa reunión también estuvo presente el ministro de Salud Ginés González García, quien mantiene un enfrentamiento abierto con el laboratorio argentino por algunos episodios que ocurrieron durante la pandemia.

Tres días después, Cristina Kirchner movió las fichas y recibió en su despacho del Senado al embajador ruso, Dmitry Feoktistov. Todavía no había trascendido el viaje secreto y los voceros oficiales escondieron los verdaderos motivos de ese encuentro.

El viaje a Rusia se terminó filtrando en el programa “Animales Sueltos”. En los pasillos de la Casa Rosada culpan a algún funcionario provincial por esa filtración, lo que habla del nivel de tensión interno.

Horas después, el presidente salió a anunciar la compra de 25 millones de dosis (10 millones en diciembre y 15 en enero) durante una entrevista con un medio ruso. “El nivel de desarrollo de la vacuna es muy avanzado”, dijo Fernández en diálogo con la agencia Sputnik. Luego en un hilo de Twitter fue más cauto: “Si todo sale según lo esperado nuestro país estará en condiciones de comenzar a vacunar a la población de riesgo entre el final de este año y el comienzo del próximo”.

A partir de ese momento, hubo una catarata de declaraciones oficiales. “Todas las vacunas están en desarrollo”, admitió Nicolini en varias entrevistas y advirtió que es necesario “generar consenso” para una campaña de vacunación eficaz.

El Gobierno falló en la comunicación y dejó abierta la puerta al lobby de la industria farmaceútica, que sembró más dudas de las que ya había.

Una de las pocas certezas es el precio. Infobae accedió al documento firmado entre el laboratorio HLB Pharma y el Fondo Ruso de Inversión Directa. Cada vacuna (son dos dosis) tendrá un costo de USD 19,90. De esa manera, el Estado argentino deberá afrontar una inversión inicial de casi 250 millones de dólares.

La página 11 del acuerdo firmado entre HLB y los rusos.

En el laboratorio argentino lamentan las fallas en la comunicación, lo que desencadenó la primera reacción negativa respecto a la vacuna, pero aspiran a revertir esa tendencia. Sobre las denuncias en su contra, los voceros consultados admiten que la firma atravesó graves problemas financieros, con protestas del sindicato y tomas de la planta. De hecho, hay un concurso preventivo abierto ante la Justicia. “Se debería haber resuelto hace tiempo si no fuera por la pandemia”, aseguran.

Por esas dificultades financieras, el laboratorio fue perdiendo varias de sus instalaciones. Sin embargo, durante la pandemia adquirió tecnología en el exterior y se puso a producir en cantidad barbijos y otros elementos sanitarios como cofias y camisolines. En ese sector de la fábrica, la producción se extiende todos los días hasta las 23 horas.

HLB Pharma ya tenía una vinculación con Moscú porque venía negociando la compra de insulina en grandes cantidades. Antes del viaje de octubre, ya había firmado un acuerdo con el Fondo ruso para representar la vacuna en la Argentina. Sin embargo, las negociaciones siguen abiertas.

En silencio, el laboratorio viene adaptando sus instalaciones para poder recibir la vacuna en grandes cantidades, aunque todas las fuentes consultas coinciden que el almacenamiento no es un problema al lado de las dificultades para distribuirla. Nada está definido. De hecho, el gobierno dejó trascender el viernes, luego de la charla telefónica entre Alberto Fernández y el presidente ruso Vladimir Putin, que intentará realizar un acuerdo entre estados.

HLB Pharma tiene su sede en San Isidro.

Mas allá de los rumores, el laboratorio argentino sigue negociando con los rusos. El objetivo de máxima sería producir la vacuna en la Argentina. El viaje también les sirvió a los representares del laboratorio para estudiar ese aspecto. Por ahora, las dosis para nuestro país se producirán en India, Corea, China, según declaró esta semana el titular del Fondo Ruso de Inversión Directa (RDIF), Kirill Dmitriev.

También se evalúa la posibilidad de realizar ensayos clínicos en el país, confirmaron ante este medio fuentes oficiales y de la empresa. “Hay que esperar que termine satisfactoriamente la fase 3 y que esos resultados sean validados internacionalmente”, sostuvo un gerente de HLB que viajó junto a dos de los accionistas de la empresa.

Según el Centro Gamaleya, la vacuna contra el COVID 19 es la más avanzada en el mundo. La vacuna utiliza una tecnología de adenovirus humano de dos vectores diferentes, Ad5 y Ad26, para una primera y una segunda inyección.

El 4 de septiembre pasado, la prestigiosa revista The Lancet publicó los resultados de las fases 1 y 2 de las pruebas clínicas, pero aún restan las pruebas de la fase 3 que se está llevando a cabo en Rusia y en varios otros países sobre un universo de 44.000 voluntarios. Con tantos intereses en juego, trascendió que la fase 3 terminaría recién en mayo de 2021.

¿Cómo se anuncia la vacuna para diciembre en esas condiciones? “El protocolo completo termina en 2021 pero a fin de noviembre o comienzos de diciembre está previsto un corte estadístico para determinar que no tenga efectivos adversos y que genere anticuerpos”, explicó uno de los pocos técnicos que viajó a Rusia.

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