“No es a Sergio. Es a la oposición”, respondió en privado Alberto Fernández sobre su reclamo en el acto en el que inauguró las obras de ampliación del Departamento Judicial de Lanús y Avellaneda. “Sigo esperando que Diputados se digne a tratar el proyecto de reforma judicial que mandé”, se lo acababa de oír enojado después de enterarse del fallo de la Corte a favor de la reposición en sus cargos de los jueces Leopoldo Bruglia y Pablo Bertuzzi que incluyó la indicación del llamado a concurso para nombrar titulares para esos juzgados. Un rato después hablaba sobre el tema con Sergio Massa, titular de la Cámara de Diputados, a quien le aclaró que el reproche no estaba dirigido hacia él sino hacia Juntos por el Cambio.
Massa estaba en Tucumán, adonde viajó esta semana en el marco de una gira con el ministro de Transporte, Mario Meoni, que lo llevó también hacia Salta. Ahí se enteró de los dichos del Presidente pero no acusó recibo. En la posterior charla con el jefe de Estado acordaron apuntar las críticas a la oposición.
A su regreso del norte Massa compartió otra actividad con Meoni en el partido de San Martín donde los acompañó el ministro de Obras Públicas, Gabriel Katopodis; el intendente local Fernando Moreira y el vecino Diego Valenzuela, intendente de Tres de Febrero por Juntos por el Cambio. El presidente de la Cámara de Diputados aprovechó la presencia del camporista Juan Debandi, quien fuera adversario de Valenzuela en las últimas elecciones, para reforzar el discurso presidencial. Massa señaló a ambos como ejemplo del trabajo entre opositores, en este caso por pelear juntos por un túnel para Tres de Febrero.
El que parecía un discurso conciliador y un sutil mensaje a la oposición fue subiendo en intensidad. Primero propuso asumir "los desafíos que enfrenta la Argentina para superar crisis, pandemia e incertidumbre más allá de las diferencias políticas”. Y después redobló la apuesta y solicitó a los adversarios políticos “acompañar sin banderías políticas al Presidente en esta epopeya de sacar a la Argentina de la crisis y volver a ponerla de pie”.
Además, reclamó que “por un tiempo” se dejen de lado las diferencias y que "se animen a saltar la grieta”. “Ya vendrá el tiempo de pelearnos”, advirtió sobre las actuales e intensas diferencias en temas como la Justicia, por ejemplo. No se privó de un pase de factura a Juntos por el Cambio cuando mencionó "la deuda heredada”.
Su cierre apuntó al consenso: “Necesitamos que ese discurso permanente de la unidad nacional de la convivencia política se transforme en hechos y deje de ser palabras y sea dirigencia político partidaria social y empresaria acompañando no a un Presidente o un gobierno sino a una Nación para recorrer el camino de la recuperación”.
Más tarde lo traducirían en el Congreso: “La oposición no hace propuestas”, reprocharon en su entorno donde confían en que los moderados de Juntos por el Cambio se allanen a conversar sobre algunos temas. De hecho, el oficialismo estaría evaluando la posibilidad de abrir el proyecto de reforma judicial para introducir cambios a partir del eventual aporte de la oposición. La cruzada parece imposible, pero en el Frente de Todos insisten en que incluso habría charlas con la Vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner para un eventual regreso del proyecto a la cámara de origen.
En ese contexto, una buena excusa para mostrar la predisposición a una apertura sería el proyecto de reforma judicial que acaba de presentar la ONG Bajo La Lupa de Margarita Stolbizer, ex aliada de Massa. La líder del GEN se sumó esta semana a un acto desarrollista junto a Rogelio Frigerio, Horacio Rodríguez Larreta, María Eugenia Vidal, Facundo Manes, Martín Lousteau y Ricardo López Murphy. La mayoría de ellos tienen diálogo con algunos peronistas. La charla fue una actividad “antigrieta”.
Stolbizer, como todos los demás participantes, apuestan a la moderación política. Y le dijo a Infobae que tiene previsto enviar las 17 páginas que contienen sus propuestas a varios diputados en el Congreso de la Nación. En su caso el foco está puesto no en la creación de cargos sino en la implementación de los juicios por jurados, una Justicia ambiental y una lista de prioridades como la violencia de género y la violencia institucional.
De todos modos, la reforma judicial no parece tener demasiadas chances para lo que resta del año, aún cuando habrá extensión de sesiones ordinarias para diciembre y convocatoria a extraordinarias para el verano.
La falta de apoyo opositor, y de fuerzas provinciales y de circunstanciales aliados como los lavagnistas, frenó el avance de la reforma después del tratamiento que se le dio en menos de un mes en el Senado donde en la sesión que votó la media sanción se le incluyeron decenas de cambios y cientos de nuevos cargos judiciales a crear en las provincias.
Por ahora el proyecto de ley está fuera de la hoja de ruta como también se excluyeron todas las iniciativas conflictivas (la quita de Coparticipación a la ciudad de Buenos Aires, la comisión Bicameral de investigación de Vicentin, por ejemplo) para priorizar el Presupuesto 2021, entre otras “urgencias”.
Sin embargo, el enojo del Presidente, que apuesta a imponer su agenda, desempolvó la reforma sobre la posibles diferencias internas de la oposición. El caso del procurador es otro ejemplo. La primera señal la había dado Elisa Carrió que pidió votar el pliego de Daniel Rafecas como procurador general. Esta semana se sumó Ricardo Gil Lavedra, reconocido jurista, que se expresó a favor de ponerle plazo al mandato del jefe de los fiscales que hoy es vitalicio. El jueves el Presidente convocó a Oscar Parrilli, mano derecha de la Vicepresidenta y presidente de la comisión de Justicia donde se debate el cambio a la forma de elección y de remoción que podría pasar a una mayoría especial de la mitad más uno de la totalidad del cuerpo en lugar de los dos tercios que frena ahora Juntos por el Cambio.
El Presidente y Parrilli almorzaron en la Rosada mientras CFK presidía una nueva sesión en el Senado. El anfitrión ordenó ratificar que Rafecas es y será su candidato. El futuro de la reforma a la ley del Ministerio Público Fiscal que discuten los senadores se develaría en pocos días. La próxima reunión de comisión será el martes y los expositores fueron invitados por Juntos por el Cambio. Parrilli negó que el debate sea exprés y los senadores de La Cámpora aseguraron que esperarán las propuestas de la comisión de juristas convocados por Alberto Fernández cuando soñaba con una reforma judicial ejemplar que llevara su sello y firma. Los juristas se expedirán a mediados de mes. Si el Senado insiste la ley podría tener poca suerte en la cámara baja donde pesa más la necesidad de consenso y la palabra presidencial.
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