Alberto Fernández vio una serie en Netflix que se llama Así nos ven (When They See Us), producida por Robert de Niro y Oprah Winfrey. Así nos ven narra la historia verídica de cinco adolescentes afroamericanos acusados por un crimen en Central Park que nunca cometieron. El Presidente recomienda ver la serie de Netflix y se indigna cada vez que recuerda que aparece Donald Trump promoviendo la aplicación de la pena de muerte para esos cinco chicos inocentes.
Alberto Fernández respeta la agenda tradicional que vincula a la Casa Rosada con la Casa Blanca y aprobó la contratación de una agencia de lobby para mejorar la imagen de su Gobierno en los círculos de poder de Washington. Esa contratación apuntó a demostrar que no hay un alineamiento automático con Venezuela, Cuba y China, y que hay una hoja de ruta común al margen de las diferencias ideológicas con el Salón Oval.
El Presidente entiende que la cooperación en asuntos vinculados al narcotráfico, el terrorismo y el tráfico ilegal de armas debe continuar y asume la influencia del Departamento del Tesoro al momento de negociar con los acreedores externos de la Argentina. Alberto Fernández mantuvo esa agenda con Donald Trump y nada cambiará si renueva su mandato presidencial por cuatro años más.
Pero esa mirada geopolítica será una excepción en la hoja de ruta que ya diseñó el Presidente para su política exterior con Estados Unidos. Alberto Fernández apuesta a unir fuerzas con la Unión Europea para resolver la crisis institucional en Venezuela, jugará al lado de Bolivia tras la asunción de Luis Arce y evalúa a la Organización de Estados Americanos (OEA) como un peón de la Casa Blanca.
En este contexto, el eventual triunfo de Trump versus Joe Biden sólo servirá para enfriar aún más las relaciones estratégicas entre Buenos Aires y Washington. Alberto Fernández cuestiona la supuesta intervención de Estados Unidos en la crisis de Bolivia, sostiene que el Departamento de Estado aprieta a Nicolás Maduro con el Grupo de Lima, responsabiliza al Salón Oval por la actitud beligerante de Jair Bolsonaro en el Mercosur y jamás dejará de reclamar por la táctica que ejecuta Trump en la OEA y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
El Presidente reconoce en la intimidad de Olivos que necesita a los Estados Unidos para cerrar un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI). Sin embargo, desde su perspectiva de las relaciones exteriores, esa necesidad no implica cumplir el rito de negociar una reunión bilateral con Trump cuando la pandemia permita los viajes de larga distancia.
Alberto Fernández tiene intenciones de volar a Beijing para conocer a Xi Jinping, regresar a Europa para repetir sus encuentros con Pedro Sánchez, Emmanuel Macron y Ángela Merkel, o recorrer miles de kilómetros hasta llegar al Kremlin. Pero no mira el calendario de su celular para encontrar una fecha que le permita encuadrar sus tiempos con la agenda de Trump.
“No sé si voy a poder viajar en los próximos meses”, comenta el Presidente con una leve sonrisa cuando le preguntan sobre su posible encuentro con Trump.
Aunque jamás lo reconocerá en público, Alberto Fernández desea que Trump pierda las elecciones.
No sabe si Biden cambiará la política exterior de la Casa Blanca con respecto a Venezuela y Bolivia, la OEA y el BID. Y menos todavía si se llevará bien con el posible presidente demócrata que tiene una excelente relación con Francisco.
Pero Alberto Fernández sí se acuerda de la última escena de Así nos Ven, y cómo lloró cuando los verdaderos protagonistas de la historia aparecieron en blanco y negro en los títulos finales. Trump solo está una vez en la serie de Netflix. Y la historia continúa hasta que los cinco chicos son declarados inocentes y todos recuperan la libertad.
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