El próximo martes se vence la licencia que la Corte Suprema les dio a los tres jueces desplazados por el kirchnerismo: Leopoldo Bruglia, Pablo Bertuzzi y Germán Castelli. Los magistrados solicitaron que el tribunal vuelva a extenderles la licencia hasta que resuelvan, en forma definitiva, sus pliegos. Están de licencia desde el 18 de septiembre y aún no tienen claridad sobre su futuro.
Los magistrados no tienen certeza sobre si volverán a sus puestos de trabajo hasta que se resuelva la cuestión de fondo o no. Por eso esperan una señal de la Corte para tener una hoja de ruta más clara.
Los jueces federales fueron removidos de los lugares que ocupaban en una maniobra que contó con la participación del Consejo de la Magistratura y del Senado, y concretada por tres decretos que dictó el Poder Ejecutivo Nacional.
El 30 de septiembre la Corte declaró por unanimidad “admisibles” los recursos de “per saltum” planteados por los jueces federales, decisión que suspendió sus traslados hasta tanto el máximo tribunal se pronuncie sobre el procedimiento por el cual los magistrados debían regresar a sus juzgados de origen.
En rigor, los tres jueces que integran la Sala I de la Cámara Federal de la Ciudad de Buenos Aires se encuentran en una suerte de limbo ya que se suspendió la decisión del Senado hasta tanto el máximo tribunal defina la cuestión de fondo, pero sin volver ni a sus tribunales de origen ni de destino, y en uso de licencia concedida por la misma Corte.
En la Corte no se anticipan los votos que definirán el conflicto pero sí se puede tener una dirección estimada en las postura fijadas por cada uno de los miembros en el análisis del ‘per saltum’. El voto propio de Rosenkrantz anticipa cuál es el meollo que están discutiendo los cinco miembros de la Corte.
La cuestión a decidir no se reduce únicamente a si un determinado traslado de jueces resulta constitucionalmente válido o no. Si así fuera, sería muy dudoso que se justificase la intervención de esta Corte saltando las instancias normales de decisión", escribió el presidente de la Corte.
“Por el contrario, y más fundamentalmente, esta causa también versa acerca de la validez constitucional de la revisión retroactiva de un mecanismo por el cual un importante de número de jueces, quienes cuentan con acuerdo del Senado, han sido designados en diversos tribunales”, concluyó.
Bertuzzi, Bruglia y Castelli consideraron que en la suspensión de sus traslados se disfraza un ataque a sus garantías para desempeñarse como magistrados y recurrieron a la Corte pidiendo un salto por instancia que fue concedido, a instancias del presidente Rosenkrantz, que convocó a un “acuerdo extraordinario” para abrir la máxima posibilidad legal a los tres jueces.
En los fallos que involucran conflictos de poderes, la Corte suele buscar decisiones de “equilibrio” que concedan parte de razón o beneficio a todos los actores y sobre todo que no incrementen las tensiones en el sistema institucional.
Los letrados de la Corte están buscando posturas “salomónicas” que preserven la autonomía del Poder Judicial sin por ello desautorizar al Ejecutivo ni al Legislativo, aún cuando si se confirman o se niega la suspensión de los traslados, esto se leerá en términos políticos como un triunfo o fracaso para el oficialismo o la oposición.
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