El gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, brindó su fuerte respaldo al ministro de Seguridad de su gabinete, Sergio Berni, por las tareas realizadas el jueves por las fuerzas de seguridad durante el desalojo del predio tomado en Guernica.
Pese a las imágenes de casas prendidas fuego, enfrentamientos entre la policía bonaerense y los usurpadores, y las topadoras derribando las precarias construcciones en los terrenos de Presidente Perón, el mandatario provincial aseguró que el desalojo “no fue violento” y celebró que no haya habido ningún herido durante el procedimiento.
Después de las duras críticas que se generaron contra el accionar de los efectivos comandados por Berni, Kicillof decidió salir a respaldar a la autoridad de seguridad de la región.
“La respuesta que dio Sergio en este caso viene siendo efectiva. Todos dicen que fue desproporcionado, porque hubo muchos efectivos, eso fue una forma de evitar la violencia, los enfrentamientos cuerpo a cuerpo. El operativo funcionó muy bien”, afirmó el gobernador provincial, en una entrevista brindada al diario Página 12.
Además, el gobernador bonaerense se abstuvo de opinar sobre el perfil mediático de su ministro de Seguridad, tanto como de los posteos de Berni en las redes sociales. “Tiene su estilo Sergio (...) Cada ministerio tiene su propia comunicación. Pero como gobierno de la provincia de Buenos Aires solo respondemos por las comunicaciones de institucionales del ministerio. Lo que suba él a sus perfiles personales, son decisiones puras y exclusivas de él”, advirtió.
Kicillof aseguró que el Gobierno de la provincia trabajó desde primera hora en el conflicto de Guernica para evitar tener que llegar a un desalojo violento. “Cuando el 23 de septiembre el juez a cargo dicta el desalojo, no sabíamos cuánta gente había en la toma, pero sí que era muy grande, comparable con la del Indoamericano por su extensión”, afirmó. Asimismo, destacó que el Estado provincial decidió no dar una respuesta inmediata y se puso a trabajar en la relocalización de las familias.
“Implementamos un censo que arrojó que había allí 1060 familias, y empezamos a diseñar casi caso por caso un intento de desocupación pacífica. Conseguimos otra prórroga más, y conseguimos que firmaran un acuerdo de desocupación voluntaria 736 familias. Hubo distintas intervenciones: desde una ayuda para la gente que había ido porque no pudo pagar más el alquiler, intervenciones por violencia de género, de salud, problemas de documentación, ayuda para materiales”, afirmó.
El mandatario lamentó que algunas de las más de mil familias censadas no quisieran aceptar la oferta de relocalización que les brindó el Estado y advirtió que no consideró “atribuible al Gobierno” el hecho de no haber podido lograr un desalojo voluntario completo.
Aún así y después de todas las imágenes vistas, consideró que lo ocurrido el jueves por la mañana en el predio no revistió un episodio de violencia.
“Yo di la orden de que no hubiera ningún acto de violencia sobre los que estaban adentro, y así fue. Aun los que tuvieron la intención de generar actos de violencia. Porque había una intencionalidad política y una intransigencia muy clara”, explicó.
“Fue un desalojo donde no hubo un solo herido. Yo no acepto que fue una represión, fue un desalojo a partir de una orden de un juez, donde había un corredor de salida, la presencia policial fue con todo el cuidado del mundo”.
El gobernador bonaerense calificó el tratamiento político de la toma en Guernica como una gestión “novedosa y buena” y advirtió que se seguirá trabajando para tratar de ayudar a las familias que se quedaron a la deriva a raíz del desalojo del jueves.
“Cuando se produjo el desalojo había muy poquitas familias que quedaban en la toma. Y después había determinados sectores políticos, con muchos de ellos pudimos dialogar y llegar a una respuesta, otros se presentaron como totalmente intransigentes”, aseguró.
Y agregó: “Fue exitosa, porque sólo quedaron en la toma algunas familias a las que no pudimos acceder por la intermediación que hubo. Algunos de los que salieron de la toma el día del desalojo, plantearon que los delegados de la toma no les habían comunicado las respuestas que daba el Estado".
En esa línea apuntó contra las organizaciones de izquierda que “nunca dejaron entrar a la toma a los funcionarios del gobierno”. "No dejaron que el Estado fuera a dialogar directamente. Y otros sectores que trataron de producir hechos de violencia y no estaban viviendo ahí, no eran los que tenían un problema genuino. Creo que se dio una respuesta inédita, y estoy muy orgulloso de haberlo hecho de esta manera”, sostuvo.
El Gobernador destacó también que ante el problema habitacional de la provincia de Buenos Aires, su gabinete continuará trabajando en el mapeo de las tierras fiscales de toda la región, con el fin de evitar situaciones como la de Guernica en un futuro y con el fin de poder ayudar a las familias en esa situación desesperante.
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