La temperatura interna en Juntos por el Cambio subió a límites impensados luego del encuentro entre Horacio Rodríguez Larreta, Elisa Carrió y María Eugenia Vidal, y promete elevarse más todavía. Nadie habla de ruptura, pero en los hechos los duros y moderados de la principal coalición opositora aparecen mucho más divididos y envueltos en un clima tenso.
A Mauricio Macri no le cayó bien la reunión. Está molesto y se descargó ante dirigentes de confianza en un par de llamados que mantuvo este viernes por la noche. Dicen que no estaba enterado de ese contacto, aunque sabía de “algunos movimientos” en ese sentido. Y terminó de confirmar sus sospechas hace 24 horas, cuando leyó que el vicejefe de Gobierno porteño, Diego Santilli, había afirmado que compartía la propuesta de Carrió de apoyar la nominación de Daniel Rafecas como Procurador General. En las filas de Juntos por el Cambio se considera a Santilli como un nexo entre Carrió y Rodríguez Larreta. Por eso la revelación del número dos de la Ciudad fue el dato que le faltaba a Macri.
La reunión cumbre en la casa de Carrió en el partido de Exaltación de la Cruz (de la que también participaron los dirigente de la CC Maximiliano Ferraro y Maricel Etchecoin) se venía planificando en secreto desde hace semanas y sus impulsores afirmaron a Infobae que se concretó por “la necesidad de seguir fortaleciendo y consolidando la relación política que se da desde hace unos años en la Ciudad de Buenos Aires y en la Provincia de Buenos Aires”.
Claro que el momento elegido para concretarla no fue casual. Esta semana, la fundadora de la Coalición Cívica ya había causado conmoción en las filas de JxC con su respaldo a Rafecas y tanto ella como el ala dialoguista de la coalición (encabezada por Rodríguez Larreta) apuraron el encuentro por la preocupación que tienen ante la debilidad política en que, según creen, quedó Alberto Fernández luego de la carta que difundió Cristina Kirchner.
En su visión, Rafecas es el mal menor ante la posibilidad de que la vicepresidenta intente designar en ese cargo a fundamentalistas K como el senador Oscar Parrilli o la directora de Asuntos Jurídicos del Senado, Graciana Peñafort. Y respaldar ahora el pliego del ex juez, de acuerdo con sus nuevos defensores en JxC, será una manera de fortalecer al Presidente: Cristina Kirchner no podrá oponerse al candidato que promueve el jefe del Estado.
Carrió y sus flamantes aliados internos, Rodríguez Larreta y Vidal, comparten el diagnóstico de que la situación socioeconómica, sumada a la crisis política que originó el mensaje de la vicepresidenta en el Frente de Todos, auguran un estallido de connotaciones impredecibles. Los fieles más radicalizados del cristinismo se solazan en las redes elogiando la carta de su líder y castigando al Presidente, por ejemplo, rebautizándolo como “Alberto Rodríguez Larreta”.
Por eso creen que si la oposición extrema hoy sus posiciones favorece a Cristina Kirchner y aísla a Alberto Fernández. No es lo que piensa Macri, para quien son parte de lo mismo y una actitud moderada no cambiará el resultado. Para colmo, alejará a Juntos por el Cambio de buena parte de ese 41% que votó opositores implacables frente al kirchnerismo.
El ex presidente desmintió este viernes desde Twitter las versiones sobre su presunto acercamiento a representantes del oficialismo para pactar una agenda de temas. Desde su entorno sostienen que lo hizo ante la insistencia de algunos periodistas en mencionar esos “falsos contactos”, algo que atribuyen a usinas de La Cámpora con ganas de fracturar a la oposición, pero también suponen conspirativamente que detrás de esas versiones está Rodríguez Larreta.
“No podemos dejarlo pasar”, le dijo Miguel Angel Pichetto, uno de los involucrados en esas versiones, a Macri. Pero el fundador del PRO también incluyó en su tuit una serie de condiciones para reunirse con otras fuerzas políticas para discutir cuestiones de Estado, a tono con el pedido que había hecho Cristina Kirchner en su carta.
Y allí enumeró los temas que, a su juicio, debía contemplar una “agenda pública de diálogo”: desde la Constitución Nacional “sobre la mesa" hasta "dar de baja el embate a la Justicia, al procurador, a la Corte y a la propiedad privada”. La mención al procurador no fue inocente. Carrió había dado un giro y fue acompañada por Santilli (que es como decir Rodríguez Larreta).
Macri habló sobre el tema en un almuerzo al aire libre que compartió este viernes en el restaurante Dandy de Acassusso, luego de una reunión que mantuvo con dirigentes del PRO y otros colaboradores en sus oficinas de Olivos. Hasta allí llegó sin custodia y acompañado por Hernán Lombardi, entre espontáneas reacciones de la gente en el lugar que lo asombraron: se pasó un largo rato accediendo a sacarse fotos con otros comensales, mozos y cocineros.
Para el ex presidente, la decisión de no aprobar el pliego de Rafecas y de votar en conjunto ya fue tomada por Juntos por el Cambio a principios de año. Para modificarla, como pretende ahora el eje Carrió-Rodríguez Larreta-Vidal, habría que resolverlo orgánicamente. Y Macri estaría convencido de que el Interbloque de JxC en el Senado, que siente a pleno los desplantes de Cristina Kirchner, mantendría la postura original. Sobre todo la mayoría de los senadores de la UCR.
“Lilita puede decir lo que quiera, pero no tiene un solo senador”, advierten cerca de Macri, quien, según comentó a sus allegados, aún no sabe claramente por qué Carrió está enojada con él (señaló que le había “faltado el respeto”). “Sólo discutimos por el tema Rafecas”, aseguró el ex jefe del Estado.
¿Cómo se resolverá este dilema? De un lado y del otro creen que primero tiene que juntarse para debatir la mesa nacional de Juntos por el Cambio. Tuvieron el Zoom el lunes pasado y recién tienen previsto el próximo el lunes 9. Falta una eternidad para evitar la aceleración de las tensiones internas. Este fin de semana acordarían un contacto para las próximas horas que será clave.
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