El presidente Alberto Fernández compartió en los últimos meses múltiples reuniones con intendentes peronistas del conurbano. El contacto se volvió más fluido en el último tiempo y se intensificó con actos públicos e inauguraciones como escenario. El último contacto fue este jueves en la Casa Rosada. Hasta allí llegaron Juan Zabaleta (Hurlingham) y Alberto Descalzo (Ituzaingó).
Zabaleta es uno de los intendentes más cercanos al presidente y más alejados del núcleo duro del kirchnerismo. Ha sido un puente en las negociaciones con sus pares de Juntos por el Cambio y tiene llegada directa a Fernández. Descalzo es un histórico del peronismo bonaerense que tiene un buen vinculo con el Gobierno.
Hoy viernes el Presidente se reunirá con otro de los intendentes con más peso del conurbano. Compartirá un acto con Martín Insaurralde en Lomas de Zamora. Hasta allí llegaran cerca de 20 jefes comunales para participar de un acto donde se lanzará un nuevo plan de seguridad del municipio. Se anunciará la construcción de un nuevo centro de operaciones y la incorporación de nuevos móviles policiales. Los encuentros se repiten.
El intendente de Lomas de Zamora manifestó su apoyo al gobierno provincial tras el desalojo de Guernica. “Estamos poniendo a la Provincia en marcha a partir de consensos básicos: el Estado de derecho, la seguridad jurídica y la garantía a la propiedad privada. El Gobierno está ocupándose de brindar oportunidades de desarrollo y resolver el problema habitacional en el marco de la Ley”, dijo. Y resaltó el Plan Bonaerense de Suelo, Vivienda y Hábitat presentado hace pocas semanas por el gobernador Axel Kicillof, “que promueve la inclusión y el acceso a la vivienda digna”. “La usurpación ilegal es inadmisible”, concluyó.
En las últimas entregas de viviendas de Procrear, Fernández compartió el acto con intendentes en Ezeiza y en San Antonio de Areco, donde luego tuvieron una reunión, café y sándwiches de por medio, para hablar de política. El contacto es permanente. Los jefes comunales están más cómodos en el trato con el Presidente que con el gobernador bonaerense Axel Kicillof.
Por lo bajo los intendentes cuestionan la gestión de Kicillof y la actividad de su Gabinete. Aseguran que existe diálogo pero que falta capacidad de resolución para afrontar los múltiples problemas que se generan en la provincia más poblada del país pero, sobre todo, en el conurbano. Esa falta de cercanía con el mandatario provincial los terminó empujando a mejorar el vinculo con el Presidente.
Lo mismo sucede en Juntos por el Cambio. Intendentes como Jorge Macri (Vicente López) o Néstor Grindetti (Lanús) se llevan mejor con Fernández que con Kicillof. El Presidente los recibe y apuesta a construir un vinculo con ellos. Sin embargo, evita que ese diálogo se convierta en puente a la autoridad del gobernador bonaerense. Las decisiones, asumen los intendentes, terminan definiéndose junto a Kicillof.
Fernández mantiene diálogo directo con los intendentes. No solo en Buenos Aires, sino también en otras provincias. Pocas días atrás anunció obras para municipios de la Patagonia y estuvo en contacto directo con la intendenta de General Roca, Maria Emilia Soria, con Mariano Gaido de Neuquén y con Walter Wuoto, de Ushuaia.
La modalidad de no pasar por los gobernadores para hablar con los intendentes era utilizada por Néstor Kirchner. No sucedió lo mismo con la actual vicepresidenta durante sus dos mandatos. Alberto Fernández está repitiendo un esquema de trabajo igual al que llevó adelante el ex presidente, del que él fue jefe de Gabinete. Una forma de aumentar su poder territorial y mantener aceitado el vinculo con los dueños de los votos en los municipios.
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