El presidente de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, Carlos Rosenkrantz, se excusó de intervenir en 85 causas judiciales desde que llegó al máximo tribunal, en agosto de 2016. El motivo fue recurrente: la mayoría de las veces alegó que estaba alcanzado por algunas de las causales que le impiden a un juez intervenir en una causa y por tal motivo decidió apartarse. El dato surge de un relevamiento realizado por este medio de fallos dictados por el máximo tribunal de justicia del país y verificado por fuentes judiciales.
Generalmente, Rosenkrantz no pudo votar por la misma razón: el estudio de abogados para el cual trabajó antes de asumir como integrante de la Corte Suprema intervenía en los litigios. Eso ocurrió -por ejemplo- en demandas pormovidas por Artear -del Grupo Clarín-, de la empresa Arcos Dorados, las petroleras AXION, YPF y Repsol, y por la Sociedad Argentina de Autores y Compositores de Música (SADAIC)
Otro de los motivos habituales de excusación es que una de sus hijas trabaja en el estudio de abogados “Marval, O’Farrell y Mairal” cuyos letrados tienen causas en la Corte. Son los expedientes de demandas interpuetas por Automóviles Saavedra S.A., el Banco General de Negocios SA, Bistro S.A. y Pfizer Inc.
Antes de llegar a la Corte, Rosenkrantz integró distintas asociaciones civiles. Una de ellas es la Asociación por los Derechos Civiles, que interviene en causas y obliga a al juez a excusarse. También se apartó de expedientes de lesa humanidad y de consumo y en algunas investigaciones donde la Corte tiene competencia originaria, es decir, que se plantean directamente ante ese tribunal sin un trámite previo en instancias inferiores. Son casos promovidos por las provincias contra el Estado Nacional y Rosenkrantz no puede intervenir por haber sido abogado de esos distritos.
Un caso paradigmático
El caso de Tabacalera Sarandí es paradigmático porque confluyen varias causales que explican cómo el pasado de Rosenkrantz en la profesión y sus vínculos actuales lo imposibilitan de intervenir en varias investigaciones pese a ocupar la oficina más importante del cuarto piso del Palacio de Tribunales.
En base a diferentes artículos periodísticos y a distintos documentos, los abogados Elías Jassan, Maximiliano Rusconi y Gabriel Palmeiro expusieron a mediados de este año por qué el juez no debía participar de las deliberaciones en virtud de un claro conflicto de intereses. “Se advierte por diversos caminos de qué manera se evidencia un interés cercano y un vínculo concreto” con las cuestiones que se resolverán durante el litigio, puntualizaron.
En las notas citadas, no sólo se hace referencia a una presunta cercanía de Rosenkrantz con las grandes tabacaleras internacionales que participan del litigio, sino que además se señala que su hija, Julia forma parte de Marval O’Farrell Mairal, estudio jurídico que defiende los intereses de Philip Morris en el país a través de su socia, Massalin Particulares. Una simple búsqueda en el sistema informático del Poder Judicial revela que los integrantes de ese prestigioso bufete intervienen en todas las causas tributarias que tienen entre sus partes a Massalin.
Los patrocinantes de Tabacalera Sarandí pusieron además la lupa sobre Gustavo Naveira, secretario de la Corte, que en diciembre de 2019 contrató como parte de su equipo a Diana Queirolo, una profesional que trabajaba en la AFIP y que había participado en este mismo caso en defensa de los intereses del Estado nacional.
“En esa línea, resulta de interés y relevancia a los efectos de esta presentación destacar que el señor secretario, el Dr. Naveira, quien tiene la dirección absoluta del despacho de las presentes actuaciones fue designado por el Dr. Rosenkrantz a cargo de la Secretaría Nro. 7 de la Corte desplazando a quien había ganado un concurso para el cargo”, resaltaron Jassan, Rusconi y Palmeiro.
Finalmente se hizo hincapié en la pertenencia que tiene el presidente de la Corte con la provincia de Corrientes –su madre vive allí– y en una reunión que habría mantenido con el gobernador Gustavo Valdés para interiorizarse sobre los pormenores que se discuten en este caso. Esa provincia es una de las perjudicadas por la maniobra denunciada.
Qué dice la ley
El Código Procesal Civil y Comercial prescribe expresamente que los jueces no deberían intervenir en casos donde fueron defensores de alguno de los litigantes o emitieron algún tipo de opinión, recomendación o dictamen. Tampoco si tienen amistad con alguna de las partes, que se advierta en la familiaridad o la frecuencia en el trato, o si recibieron beneficios de importancia de alguna de ellas.
De hecho, cada vez que se excusó el juez citó el artículo 30, que prescribe: “Todo juez que se hallare comprendido en alguna de las causas de recusación mencionadas en el artículo 17 deberá excusarse. Asimismo podrá hacerlo cuando existan otras causas que le impongan abstenerse de conocer en el juicio, fundadas en motivos graves de decoro o delicadeza. No será nunca motivo de excusación el parentesco con otros funcionarios que intervengan en cumplimiento de sus deberes”.
Muchas de las excusaciones fueron aceptadas por sus pares de la Corte Suprema y otras están presentadas y a la espera de su aprobación, según surge de documentos públicos. También algunos expedientes ya fueron resueltos y otros esperan una sentencia.
Rosenkrantz, quién hoy cumple 62 años, doctorado en la Universidad de Yale y ex rector de la Universidad San Andrés, juró como juez de la Corte Suprema de Justicia de la Nación el 22 de agosto de 2016. Lo hizo tras la propuesta del entonces presidente Mauricio Macri y la aprobación del Senado de la Nación, con los votos tanto del oficialismo como de la oposición. Asumió junto con Horacio Rosatti para completar las dos vacantes que había en el máximo tribunal. A la Corte la completan Ricardo Lorenzetti, Juan Carlos Maqueda y Elena Highton de Nolasco.
En octubre de 2018, Rosenkrantz asumió como presidente del máximo tribunal. Lo hizo con el apoyo de Highton de Nolasco y Rosatti y reemplazó en el cargo a Lorenzetti, quien fue titular de la Corte desde 2007 hasta 2018 de manera ininterrumpida.
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