Alejandro Castro Fox se define como un “bicho de radio”. Hizo de todo en una emisora histórica.Trabajó como musicalizador, discotecario, locutor y redactor en la radio cordobesa LV2. Y ayer declaró como testigo en el juicio por enriquecimiento ilícito contra el ex secretario de Transporte del kirchnerismo Ricardo Jaime.
Es que uno de los bienes que compró Jaime- a través de testaferros- y que no pudo justificar en la causa por enriquecimiento ilícito, fue la radio LV2 adquirida en marzo de 2009 junto con el diario La Mañana de Córdoba. Jaime fue en aquel entonces, cuando contaba con la confianza absoluta de Néstor Kirchner, quien manejaba el Frente para la Victoria cordobés.
Once años después de los hechos, el Tribunal Oral Federal 6 lleva adelante el juicio en el que están acusados Jaime y sus testaferros. Jaime está preso en la cárcel de Ezeiza y fue condenado en varias ocasiones, una de ellas por recibir coimas de empresas a las que debía controlar. La hipótesis de los investigadores judiciales que encabeza la fiscal Gabriela Baigún es que los bienes por 12 millones de pesos que no pudo justificar se compraron con dinero producto de la corrupción.
Una sociedad llamada Delome -que intervino en varias operaciones que involucran a Jaime o a su entorno- apareció en 2009 en la provincia mediterránea y le compró al Grupo Vila-Manzano el diario La mañana de Córdoba y la radio LV2.
El ex juez Norberto Oyarbide, quien había tenido a su cargo la investigación sobre los bienes de Jaime había escrito en una resolución de marzo de 2010: “En cuanto a la propiedad a nombre de Delome S.A., me encuentro en condiciones de afirmar que dicha sociedad pertenecería a Ricardo Jaime y/o a su entorno, y es utilizada como pantalla para ocultar la verdadera propiedad de sus bienes”.
Delome había sido armada por Manuel Vázquez en su carácter de testaferro del ex secretario de Estado, para disimular bienes de Jaime. Delome era Jaime. Y Delome había pagado un viaje en taxi aéreo de Jaime. Y le había comprado un departamento a Silvia Reyss, ex pareja de Jaime. Y había adquirido un Toyota y un Passat que usaba Jaime.
Y también había comprado las acciones del diario y de la radio. El grupo de medios kirchnerista cordobés se compró con dinero de la corrupción e iba a ser financiado con pauta oficial.
Castro Fox contó vía Zoom desde Córdoba que detrás de Delome aparecía el nombre de Julián Soba Rojo, un octogenario que fue usado como prestanombre para varios negocios que hizo Vázquez, el hombre que manejaba las actividades ilegales de la secretaría de Transporte mientras Jaime estuvo en el cargo. Soba Rojo nunca pisó Córdoba. Y Soba Rojo es uno de los acusados como testaferro de Jaime en el juicio.
Castro Fox era allá por 2009 el delegado gremial de la emisora, conocía a todos los trabajadores y sabía todo. Además era el interlocutor con los que manejaban la emisora. “Por las conversaciones que tuvimos con los directivos y por lo que pudimos averiguar supimos que la radio era de Jaime”, dijo el testigo. Obviamente Jaime no apareció en la papeles. Para eso están los testaferros.
Contó que el plantel periodístico de la radio había recibido órdenes superiores de no hablar mal de Jaime. Y que había que “pegarle a Luis Juez”. Juez encabezó en Córdoba la oposición al kirchnerismo y ganó en 2009 las elecciones para senador nacional. Los medios comprados por los testaferros de Jaime debían “castigar” a Juez. La radio era segunda en audiencia en la provincia, muy lejos de la primera que es Cadena 3 y el diario tenía muy poca tirada en una plaza donde La voz del Interior se impone. Ambos medios tenían la misma línea editorial y los mismos accionistas: testaferros de Jaime.
El ex delegado señaló que cuando murió Néstor Kirchner, en octubre de 2010, se les ordenó a los periodistas que le hicieran varias entrevistas a Jaime para que hablara sobre su amigo fallecido. El testigo nombró por segunda vez a Néstor Kirchner en su testimonio. Aseguró que en la radio dejaron de abonar los sueldos de los empleados- que los pagaban con cierta irregularidad- hace exactamente diez años cuando falleció el ex presidente de la Nación. Ahí se inició la caída definitiva de la radio.
Castro Fox contó que tomaron la radio, que solo pasaban música debido a la situación salarial y entregó a los jueces del Tribunal Oral Federal 6 un manifiesto que él mismo leyó al aire -porque tenía inmunidad gremial- en el que explicaban la penosa situación en la que la gente de Jaime había dejado la emisora.
Nombró a algunos ex ejecutivos del diario y de la radio que participaron de la maniobra de vaciamiento. Incluso recordó que uno de ellos, Luis Alberto Ortíz le había pedido por carta a la entonces presidente Cristina Fernández de Kirchner, que el Estado – en virtud de la ley que rige a los medios- se hiciera cargo de los sueldos del personal. Castro Fox dijo que Ortíz un día dejó de ir a la oficina: “Se llevó un móvil de la radio y no lo vimos más”.
“He visto compañeros llorar por no tener plata para vivir. Fue una situación muy fea. Hemos sufrido mucho por culpa de estos señores”, dijo Castro Fox cuando terminaba su declaración. Los empleados no cobraron nada. Y la radio se apagó.
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