Alberto Fernández ejecutó todos los ritos de la alta política: temprano elogió la carta de Cristina Fernández de Kirchner que conmocionó al Gobierno, y más tarde se mostró con Santiago Cafiero, Sergio Massa y Vilma Ibarra caminando desde la Casa Rosada al CCK, donde protagonizó el homenaje oficial para recordar los 10 años de la muerte de Néstor Kirchner.
El jefe de Gabinete, el titular de la Cámara de Diputados y la secretaria legal y técnica, en la propia interpretación de los funcionarios más cercanos al Presidente, sufrieron las principales críticas escritas por CFK en un posteo que utilizó para recordar los 10 años del fallecimiento de su esposo y el año del triunfo electoral que la ungió como vicepresidente de la Nación.
La salida de Alberto Fernández junto a Massa, Cafiero e Ibarra fue una puesta en escena que se terminó de definir en Olivos. El presidente de Diputados tenía programado viajar a Salta, mientras que Ibarra habitualmente no participa de ceremonias oficiales. Caminar los tres juntos, frente a las cámaras de televisión, fue una decisión del jefe de Estado para dejar en claro al kirchnerismo duro que no suelta a sus aliados políticos.
CFK considera que la experiencia política de Cafiero no se ajusta a las responsabilidades de un jefe de Gabinete, y no pierde oportunidad de criticar a uno de los funcionarios más apreciados por Alberto Fernández. Es un secreto a voces que pretende ese lugar para Eduardo Wado de Pedro, ministro del Interior y cuadro de La Cámpora con acceso directo a Máximo Kirchner y a la vicepresidente.
“En este marco de derrumbe macrista más pandemia, quienes idearon, impulsaron y apoyaron aquellas políticas, hoy maltratan a un Presidente que, más allá de funcionarios o funcionarias que no funcionan y más allá de aciertos o desaciertos, no tiene ninguno de los ‘defectos’ que me atribuían y que según no pocos, eran los problemas centrales de mi gestión”, opinó Cristina Fernández de Kirchner en su carta abierta.
En Gobierno explicaron a Infobae que la mención “funcionarios o funcionarias que no funcionan” no solo incluye a Cafiero: sostienen que también implicaría a Matías Kulfas, ministro de Producción, y a Marcela Losardo, ministra de Justicia.
Cuando Cristina Fernández de Kirchner cumplía su segundo mandato, Massa e Ibarra –cada uno con su propio estilo político– cuestionaron su gobierno y su mirada sobre el poder y la administración pública. El actual titular de Diputados prometió su encarcelamiento y la secretaria legal y técnica en funciones escribió un libro que fue un éxito en las librerías porteñas. CFK nunca perdonó esos gestos políticos, tampoco indultó.
“En cuanto a lo de ‘rencorosa’ y ‘vengativa’. A nosotros nunca nos movió el rencor ni la venganza. Al contrario, la responsabilidad histórica y el deber político para con el pueblo y la Patria guiaron todas y cada una de nuestras decisiones y acciones. No hay demostración más cabal de ello que haber decidido con el volúmen de nuestra representación popular, resignar la primera magistratura para construir un frente político con quienes no sólo criticaron duramente nuestros años de gestión sino que hasta prometieron cárcel a los kirchneristas en actos públicos o escribieron y publicaron libros en mi contra. Deberán esforzarse mucho para encontrar en la historia argentina ejemplos similares”, escribió CFK en su cuenta de Facebook, en obvia referencia a Massa e Ibarra.
La imagen coral del Presidente, Ibarra, Cafiero y Massa fue festejada en la Casa Rosada y Olivos. La tensión con el kirchnerismo duro va en aumento, y el gesto de Alberto Fernández junto a sus aliados cuestionados por Cristina fue tomado como un gesto positivo por los otros sectores que integran la coalición del oficialismo. Más aún después de las declaraciones públicas del jefe de Estado considerando que la carta de CFK fue un apoyo a su gestión.
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