El presidente Alberto Fernández reiteró este lunes en un acto público que su gobierno no devaluará el peso. Escoltado por gobernadores y por la ministra de Vivienda y Hábitat, María Eugenia Bielsa, el jefe de Estado aseguró: “Devaluar es muy fácil, pero devaluar es una máquina de generar pobreza”.
“La verdad es que nosotros queremos que la Argentina crezca, se desarrolle, produzca y exporte. Así queremos conseguir los dólares. No queremos conseguir los dólares porque le pusimos el precio que algunos poderosos necesitan”, agregó.
La declaración surge luego de varios días consecutivos de suba de las cotizaciones libres y CCl del dólar y a pocas horas de que el Ministerio Economía anuncie una batería de medidas destinadas a calmar las expectativas de los inversores que tienen exceso de pesos y los canalizan a través de instrumentos financieros que ensanchan la brecha.
Este lunes, el contado con liqui –tipo de cambio que surge tras la compra de acciones en pesos y su posterior venta en dólares en el exterior– inició la rueda en alza. Luego, bajó tres pesos. La volatilidad es acompañada por presiones emanadas desde distintas oficinas públicas para discontinuar este tipo de transacciones al menos hasta mañana, cuando se prevé que el ministro Martín Guzmán anuncie la licitación de nuevos instrumentos que servirán para canalizar la liquidez con la que cuentan grandes fondos de inversión.
De acuerdo a la visión del Gobierno, ese exceso de billetes es el que genera una presión constante sobre el tipo de cambio. Independientemente de este fenómeno, los especialistas coinciden en que la falta de confianza en algunas políticas oficiales también profundiza la brecha entre las distintas cotizaciones del dólar.
La aparición de Fernández refuerza el mensaje pronunciado el viernes por el ministro Guzmán, quien planteó: “No vamos a devaluar”.
El Presidente encabezó un acto en Ezeiza, donde se entregaron viviendas sociales y se renovaron las críticas para los gobiernos de Mauricio Macri y María Eugenia Vidal. Además de Fernández y Bielsa, participaron los gobernadores de Río Negro, Arabela Carreras; La Rioja, Ricardo Quintela; y Formosa, Gildo Insfrán; y el intendente de Florencio Varela, Andrés Watson.
“Vinimos para hacernos cargo de los problemas; muchos quieren desviarnos, dicen que tenemos que atender los problemas de algunas minorías”, señaló el jefe de Estado, que afirmó estar “orgulloso” de terminar la tarea inconclusa que comenzó Néstor Kirchner y continuó Cristina Kirchner. “Estoy contento porque seguimos con nuestra idea inicial", remarcó, y agregó: "Es muy difícil explicarle al mundo que hubo 11 mil viviendas que dejaron de hacerse o no se entregaron por la misma razón que una gobernadora decidió no hacer más hospitales en la provincia de Buenos Aires”.
Durante otro pasaje de su discurso, Alberto Fernández aseguró: "Si quieren dar pelea, daremos pelea. Para eso llegamos al Gobierno. No para cruzarnos de brazos y obedecerles, sino para obedecer a los que nos votaron y para hacer una Argentina que a todos nos incluya”. En tanto, resaltó: “Soy peronista. Para un argentino no hay nada mejor que otro argentino. Y lo voy a seguir reivindicando aunque muchos quieran quebrarnos”.
Con relación a la entrega de viviendas y el relanzamiento del plan Procrear, destacó: “Estamos intentando reconstruir el crédito hipotecario pero esta vez el negocio será para la gente. No van a tener que tener miedo de cómo va a evolucionar su cuota porque evolucionará según su salario”.
Antes de las palabras de Alberto Fernández, Kicillof volvió a referirse a la situación de los barrios cerrados en la provincia de Buenos Aires y afirmó que buscará regularizar “hasta la última vivienda". “Hay muchos barrios privados que por deficiencia de la propia provincia no están regularizados, entonces el que tiene una vivienda no puede escriturar, transferirla ni heredar, eso es un problema para el propietario”, destacó.
En alusión a las críticas que recibió por parte de dirigentes de la oposición, el gobernador planteó que se trata de “una buena noticia” y cuestionó a quienes tienen ganas “de convertirla en algo malo, generando miedo y temor”.
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