Bajo la fuerte influencia de Evo Morales y con apoyo logístico de sectores del kirchnerismo duro, el amplio triunfo electoral del MAS en Bolivia tuvo una fuerte réplica en la Argentina que reforzó los lazos del gobierno de Alberto Fernández con la próxima administración en La Paz que encabezará Luis Arce.
Según los datos oficiales preliminares del voto boliviano en el exterior, el MAS obtenía un 39,97% de los votos frente al 38,7% de la coalición de derecha de Carlos Mesa. Sin embargo, en la Argentina los resultados extraoficiales que manejaba el propio Evo Morales y las agrupaciones kirchneristas daban un triunfo para el MAS cercano al 90% de la comunidad boliviana.
Según los datos que manejaba el Frente Grande, el Movimiento Evita, la CCC o los mismos sectores del activismo boliviano encarado por el partido Patria Grande, en la Argentina hubo una fuerte movilización del voto de los 140.000 residentes en el país. A diferencia del 35% de votantes que concurrió a las urnas en las últimas elecciones bolivianas en la Argentina, ayer se trasladaron a los centros de votación más de 45% del padrón electoral global según los datos preliminares.
Se estima que el 75% del voto de la comunidad boliviana en la Argentina está concentrado en la CABA, el conurbano bonaerense, Mendoza, Salta y Jujuy.
“Tenemos registrados boca de urna, mesas testigos y datos extraoficiales que dan un triunfo de más del 90% del MAS en la Argentina”, explicó Gildo Onorato del Movimiento Evita. Coincideron con estos datos desde Patria Grande o diferentes sectores del indigenismo boliviano que tiene representatividad política en el país.
El Movimiento Evita tiene vínculos directos con el secretario de Asuntos Parlamentarios de la jefatura de Gabinete, Fernando “Chino” Navarro y con el secretario de Economía Social del Ministerio de Desarrollo Social, Emilio Pérsico. En más una oportunidad Evo Morales mantuvo reuniones con Pérsico y los referentes del Movimiento Evita.
A la vez, se sabe que los movimientos sociales como la CTEP, la CCC o incluso algunos referentes de La Cámpora movilizaron parte de su aparato electoral para trasladar bolivianos, darle apoyo y logística en el conurbano y la Ciudad de Buenos Aires sustancialmente.
De hecho, el rol activo de los movimientos sociales alineados al kirchnerismo y en apoyo pleno al voto del MAS en la Argentina generó una queja formal de la diplomacia de Bolivia. El Encargado de Negocios de la embajada de Bolivia en Buenos Aires, Julio Alvarado Aguilar, presentó dos protestas ante la Cancillería argentina al denunciar una “injerencia manifiesta” de la política argentina, en el proceso electoral boliviano en la Argentina.
El canciller Felipe Solá nunca contestó al encargado Aguilar.
Evo Morales, que está refugiado en Buenos Aires desde al año pasado, se ocupó de agradecer a buena parte de la dirigencia política argentina por su apoyo. No sólo envió mensajes de agradecimiento Alberto Fernández y a Cristina Kirchner. También el ex presidente boliviano se contactó con referentes del Frente Grande como Ariel Basteiro, del Movimiento Evita como Alejandro Rusconi y de la CCC, que le dieron un fuerte respaldo logístico en los comicios de ayer.
El amplio caudal de votos del MAS en la Argentina fortalecen la alianza de Alberto Fernández con Evo Morales y Arce. Pero también pueden ser un empujón inicial para que la comunidad boliviana empiece a tener representatividad política-partidaria en la Argentina.
En este sentido, Iber Mamani, dirigente boliviano y militante por los derechos de los migrantes y los pueblos orgininarios, también destacó ante Infobae “después de este triunfo del MAS será hora de que los bolivianos en la Argentina empecemos a luchar por nuestros derechos y nuestra representatividad en el Congreso argentino, ya que aquí buena parte de la economía textil o frutícola depende de manos bolivianas”.
En la práctica, esto implicará avanzar con una representatividad política independiente del kirchnerismo y con una visión específica de la comunidad boliviana. Esto es parte también de lo que gestó Evo Morales durante su estadía en la Argentina como refugiado. Durante todos los contactos que mantuvo con la comunidad boliviana o en el ejercicio pleno de un rol activo en la campaña, el ex presidente dejó a entrever la necesidad de que la comunidad de su país se haga presente y haga oír su voz en la política argentina.
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