Horacio Rodríguez Larreta no suele mirar los programas políticos de la televisión. Y, según le confesó a sus íntimos esta semana, no hizo una excepción el lunes a la noche con la entrevista de Mauricio Macri en TN. Claro que no tardó en enterarse de lo que había dicho el ex presidente. El jefe de Gobierno porteño intentó no mostrarse molesto y cuando algún colaborador le preguntó qué le habían parecido las palabras de Macri se limitó a responder que le había sonado “moderado”. Otro de los principales funcionarios de la Ciudad fue más sincero y no dudó en calificar la reaparición de Macri como “innecesaria”.
Rodríguez Larreta no lo llamó a Macri al día siguiente de la entrevista. Ni para felicitarlo ni para hacerle algún reproche. Macri tampoco lo llamó a él para preguntarle cómo lo había visto. Como reconoció el ex presidente durante la entrevista con Infobae, al menos hasta el jueves a la tarde no habían vuelto a hablar por teléfono ni habían intercambiado mensajes. Estaba previsto que se vieran las caras el martes a la mañana en la reunión virtual que mantienen todas las semanas los miembros de la conducción nacional de Juntos por el Cambio. Pero el día después del banderazo y de la reaparición de Macri, Rodríguez Larreta no se conectó al zoom. La explicación oficial fue que al jefe de Gobierno se le había complicado la agenda. Lo cierto -y curioso- es que después de meses de trabajar sin tregua en la administración de la pandemia y conservar su rutina de rosca política full time, Rodríguez Larreta eligió ese martes siguiente al feriado para tomarse un día “libre”.
Macri tampoco acostumbra mirar los programas políticos de la televisión. No se muestra ávido por las noticias. Ni siquiera lució muy preocupado por las repercusiones que habían tenido sus primeras declaraciones después de mucho tiempo. A veces, incluso, parece algo desinformado. El ex presidente empezó a intensificar las reuniones políticas a la par de su raid de entrevistas. Pasa cada vez más tiempo en el pequeño estudio de la casa de dos plantas que alquila en Acassuso. La ubicación es estratégica: como está justo al lado de la entrada, los visitantes no llegan a atravesar la vivienda. Juliana Awada y Antonia pueden seguir así con su vida familiar sin temor a ser molestadas por los intrusos.
Más allá de lo que digan de uno y otro lado, la salida al ruedo de Macri profundizó las divisiones que mantienen desde el inicio de la cuarentena los sectores duros y moderados de Juntos por el Cambio.
El manejo de la pandemia -y la relación con la Casa Rosada- es uno de los temas que más diferencias genera. Mientras Macri cree -y declara- que la cuarentena “hizo mucho daño”, los sectores más cercanos a Rodríguez Larreta están convencidos de que fue necesaria. No fue casual que el día posterior a la reaparición del ex presidente, el ministro de Salud porteño, Fernán Quirós, sostuviera que “la cuarentena precoz evitó una catástrofe sanitaria”. El problema es que ese discurso se parece demasiado al del Gobierno. Alberto Fernández fue solo un poco más frontal cuando aseguró: “Macri, la cuarentena sirvió para que la Argentina se ponga en orden después del desastre que dejaste”.
La pregunta que hoy divide a la principal fuerza opositora es simple: qué llevó a Macri a levantar su perfil ahora y qué busca con sus declaraciones. “Me han vuelto loco todo el año preguntándome por qué no hablaba. Ahora cuando hablo es por qué hablo. Lo hago porque sentí que la situación lo ameritaba”, respondió el ex presidente ante la consulta de este medio. Macri sale a hablar ahora porque entiende que es la hora de aprovechar el descontento creciente con la gestión de Alberto Fernández.
Los ex funcionarios que se mantienen fieles a su lado lo explican con otras palabras: “Mauricio sale para capitalizar el banderazo y aprovechar el regalo que le hizo el Gobierno al señalar que era una movilización de Juntos por el Cambio. Ojalá nosotros tuviéramos la capacidad de mover toda esa gente”. No hay lugar para las casualidades: la primera entrevista de Macri a un medio nacional después de haber dejado la presidencia se emitió el lunes a las noche, pocas horas después de la última masiva protesta contra el Gobierno.
Esas mismas fuentes cercanas al ex presidente sostienen también que Macri busca mostrar que no se retiró de la política ni piensa hacerlo. “No lo va a jubilar (Emilio) Monzó”, provocaron. Al ex presidente no le gustó que, en una entrevista con Infobae, Monzó afirmara: “Cristina y Macri tienen que ser una etapa terminada, deben dar un paso al costado los dos”. Macri se mostró arrepentido de haber delegado la negociación política de su gestión en dirigentes filoperonistas como el propio Monzó o el ex ministro del Interior Rogelio Frigerio. Lo que pareció ser una autocrítica fue más bien un ataque.
“Mauricio ya dijo que no se ve como candidato en 2021, pero está claro que si en 2023 se siente competitivo va a jugar. Eso no quiere decir que vaya a hacer algo que ponga en peligro la unidad de la oposición. Y si tiene que respaldar a Horacio lo va a hacer como ya lo hizo en la Ciudad”, confió un hombre clave en la campaña presidencial de 2015 que sigue en contacto permanente con su ex jefe.
Cerca de Rodríguez Larreta no están tan seguros de que Macri se haya bajado de una candidatura para el año que viene. Mucho menos de que haya archivado su intención de volver a pelear por la Presidencia. “Está claro que busca mostrar que no se retira de la política y que está dispuesto a defender su lugar, pero no entendemos cuál es la necesidad de salir a hablar ahora", le dijo a este medio uno de los funcionarios más cercanos al jefe de Gobierno. Y agregó: “Lo único que tenemos que lograr para llegar con chances a la próxima elección presidencial es no dividirnos. Y el riesgo es que si Mauricio sale a jugar fuerte, se fragmente la oposición y le terminemos haciendo un favor al Gobierno". Esa es la obsesión de Rodríguez Larreta. Lo dejó claro el viernes a la mañana al hablar en el Coloquio de IDEA. “Hoy la unidad en la oposición está fuera de discusión”, dijo.
Otro de los dirigentes que ya trabaja en el armado político para apuntalar la candidatura presidencial de Rodríguez Larreta considera que la reaparición de Macri le vino bien al Gobierno para distraer la atención de los problemas económicos, con un dólar libre sin techo y una caída de las reservas del Banco Central que no se detiene. Y graficó: “Mauricio hoy es el emoji del hombrecito que levanta la mano. Está diciendo ‘acá estoy yo’”.
Los elogios al presidente de la UCR, Alfredo Cornejo, no cayeron bien en el entorno de Rodríguez Larreta. Entienden que es la forma que eligió Macri de dejarle claro al jefe de Gobierno porteño que -más allá de que sueñe con ser presidente desde los 5 años, como ironizó durante la entrevista con Infobae- puede haber otros candidatos de Juntos por el Cambio en 2023. Al propio mendocino le llamó la atención que Macri hubiera destacado su consolidación. “Fue un poco sorpresivo porque hemos tenido muchas tensiones, pero leales. Hubo cuestionamientos sobre la estrategia política y la influencia de Durán Barba en su gobierno, pero la verdad que tuvimos una relación bastante leal en la materia de decirnos cosas”, dijo Cornejo. Y, por las dudas, subrayó: "Macri deja en claro que no va a ser candidato en 2021. Y yo le creo”.
Es cierto que Macri sostuvo que no se ve como protagonista de las elecciones del año que viene y que les pidió a todos los dirigentes de su espacio que no hablen de candidaturas hasta abril. Si bien la propiedad transitiva no se aplica a la política, podría inferirse que aun si ya hubiera decidido ser candidato en 2021, no lo diría ahora sino dentro del plazo que él mismo está intentando fijar para el resto de las figuras de Juntos por el Cambio. ¿Y 2023? Sus declaraciones no hicieron más que dejar abierta la posibilidad de competir. Ahí se terminan las diferencias entre duros y moderados. De uno y otro lado creen que si los aciertos propios -pero sobre todo los errores del Gobierno- vuelven a posicionar a Macri como un candidato con posibilidades será difícil que no se tiente con una segunda presidencia que le permita quitarse el sabor amargo que le dejó la primera.
Durante la entrevista con este medio, Macri reconoció que lo inquieta su frente judicial. “Me preocupa y me ocupo; ha sido una persecución desde el día uno. No tengo miedo de ir preso porque no he hecho nada incorrecto, pero tengo que estar atento a ir controlando estos atropellos que terminan en allanamientos, en ventilar mis datos personales. Son cosas bastante violentas”, respondió. Macri está preocupado por la próxima aparición de un libro que recoge una serie de acusaciones que le hace su hermano Mariano. Y está ocupado en la publicación de otro, en los que él repasa los cuatro años de su gestión presidencial. Este último se llamará “Primer tiempo”. Un nombre sugestivo para quien busca instalar la idea de que hoy no se ve candidato.
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