En la soledad de la Quinta de Olivos, Alberto Fernández pensó el martes por la noche en su discurso ante los empresarios convocados al Coloquio de IDEA. Ya asumió que las versiones en el mercado financiero erosionan sus propuestas económicas y apostó por una presentación espontánea que ratificara su compromiso con la inversión privada y alejara la posibilidad de una fuerte devaluación del peso para achicar la brecha con la cotización del dólar paralelo.
El Presidente consideró a IDEA como un escenario ajustado a sus objetivos políticos. Defendió su perspectiva del capitalismo, hizo hincapié en el protagonismo del Estado para atenuar las consecuencias económicas de la pandemia y articuló un discurso propio que se apoyó en ciertos datos técnicos aportados por el Palacio de Hacienda.
“Necesitamos una Argentina que crezca con confianza y que los empresarios entiendan que tenemos que trabajar juntos para desarrollar el país”, señaló Alberto Fernández.
Y agregó: "El tiempo que se viene nos exige pensar el desarrollo de otro modo, es una gran oportunidad para pensar un capitalismo solidario, que tenga diálogo, donde los mercados funcionen como corresponde porque un capitalismo sin mercado es una trampa, pero un capitalismo sin Estado es un mundo sin reglas, donde gana el más fuerte, el más poderoso, y pierde el resto”.
Cuando comentó a sus asesores la decisión de participar en el coloquio de IDEA, Alberto Fernández rescató que nunca lo habían hecho Néstor Kirchner ni Cristina Fernández de Kirchner. El jefe de Estado considera que ese gesto debería ser valorado por los empresarios al momento de atenuar sus prejuicios ante las propuestas del Gobierno peronista.
La perspectiva presidencial no fue compartida por la mayoría de los asistentes al Coloquio. Reconocieron su voluntad de explicitar un proyecto económico que pueda unir al Estado con los empresarios y los trabajadores, pero también aguardaban que Alberto Fernández explicara por qué decidió avanzar en Vicentin y con la probable sanción de un mpuesto a las grandes fortunas.
La estrategia del Presidente en IDEA apuntó a despejar las dudas sobre el dólar, a anticipar el Plan GAS que mañana anunciará en Vaca Muerta y a señalar que tiene intenciones de apuntalar la construcción y la agroindustria. El jefe de Estado quedó conforme con su presentación, aunque no recibió muchísimos elogios en el muro que levantó IDEA para los comentarios públicos de los empresarios.
Alberto Fernández considera que hay versiones malintencionadas que tratan de instalar su probable decisión de devaluar el peso y expropiar los depósitos en dólares. Y en este sentido aprovechó su discurso de 46 minutos para descartar esa posibilidad y ratificar que no piensa ajustar la cotización del dólar oficial.
A diferencia de otras apariciones públicas, el mandatario no hizo referencia directa a Cristina Kirchner. Los empresarios consideraron que fue una omisión deliberada y un gesto diplomático de Alberto Fernández considerando qué piensan los participantes de IDEA sobre la vicepresidente.
El jefe de Estado considera que su discurso en IDEA fue la ratificación de su perspectiva ideológica con respecto al capitalismo post pandemia COVID-19. Alberto Fernández cree que su viaje a Vaca Muerta, la negociación con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y sus próximas iniciativas económicas –vinculados a la construcción y a la agroindustria– servirán para recrear la confianza de los empresarios frente al Gobierno.
Una pretensión política que es observada a la distancia por los empresarios nacionales e internacionales. Entienden la voluntad de Alberto Fernández, pero observan con preocupación cómo evolucionan el dólar y las reservas del Banco Central, dos indicadores que conspiran contra la posibilidad de mejorar la confianza en la Casa Rosada.
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