“Están saldadas las diferencias con el Presidente”, dijo Rodolfo Suárez al salir de la larga reunión que mantuvo en la Jefatura de Gabinete de la Casa Rosada con Alberto Fernández, el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, el ministro del Interior, Eduardo “Wado” de Pedro y donde también participó la vicejefa de Gabinete, Cecilia Todesca. “La saldamos en base al diálogo, los acuerdos y la buena fe”, agregó, casi una manera de reconocer las desconfianzas que existen entre ambas administraciones.
Que el Gobernador de Mendoza haya sido recibido por los funcionarios más destacados, con quien estuvieron reunidos por más de una hora, denota la importancia que la Casa Rosada le dio a este encuentro que Suárez inició con Cafiero y de Pedro. Cuando entró el Presidente le pidieron a los acompañantes del Gobernador que se retiraran, lo que hace suponer que la conversación pasó por tramos difíciles.
En el Gobierno estaban enojados con él, porque “fue el único que interpretó el DNU 729/2020 como una exigencia a volver a fase 1, no lo hizo ni el gobernador (Juan) Schiaretti, ni (Gerardo) Morales, ni (Gustavo) Valdés, tampoco fue entendido así en la Ciudad de Buenos Aires, ni en Entre Ríos, ni en Santa Fe, solo fue el caso de Suárez”. “Nadie habla de fase 1 en la Argentina, solo de Aislamiento Preventivo (ASPO) y Distanciamiento Preventivo (DISPO), no se le pidió a nadie volver a la situación del 20 de marzo, se rebelan frente algo que no existe", fue la queja.
Consultado al respecto por los periodistas acreditados, el gobernador de Mendoza le echó la culpa a “las redes sociales, que entendieron que había que pasar a una fase 1 y nosotros explicamos que no fue así”. Suárez hizo ayer una conferencia de prensa que hizo ruido en el equipo presidencial, al punto que se creía que este encuentro que estaba pautado para el día de hoy podría no realizarse. De hecho, el Gobernador preparó su viaje a Buenos Aires sin saber si el Presidente lo recibiría, lo que finalmente pudo confirmar antes de subirse al avión que alquiló.
Entre el equipo mendocino desde el comienzo se quejaron por ser una provincia discriminada a través de distintos mecanismos, entre ellos, los fondos recibidos. “Todesca puso los papeles sobre la mesa para demostrarle que Mendoza está recibiendo el 30% más per cápita que durante el gobierno anterior”, dijeron en Presidencia. En la provincia, ya no quisieron retrucar y solo comentaron, al salir, que Suárez trajo 72 carpetas con los estudios técnico-ambientales del proyecto de represa Portezuelo del Viento, duramente cuestionada por la provincia de La Pampa.
El Gobernador aseguró que “el encuentro fue provechoso, y lo más importante es que firmamos un convenio de ayuda a la provincia, un préstamo por 3000 millones de pesos, en tres desembolsos, así que agradecemos al gobierno nacional esta ayuda, este préstamo”. Y anticipó que no pidió todavía formalmente que a Mendoza se le vuelvan a permitir las reuniones familiares de más de 10 personas, celebraciones religiosas y clubes. “Vamos a ver la evolución en los próximos días, estamos en una meseta de contagios pero todavía con más casos de los que nos gustaría”, precisó. Suárez también dijo que la ocupación de camas UTI en el gran Mendoza está por encima del 90% y que en la provincia es del 80 por ciento.
El telón de fondo en el vínculo entre la Casa Rosada y Mendoza tiene un hilo conductor que se llama Anabel Fernández Sagasti, la senadora del Frente de Todos que es mano derecha de Cristina Kirchner, y fue la candidata peronista en las últimas elecciones. El gobierno mendocino ve su influencia en cada una de las decisiones que se toman en relación a la provincia, del mismo modo que en Casa Rosada ven la mano “negra” de Alfredo Cornejo, un halcón en Juntos por el Cambio que es presidente de la UCR y tuvo mucho vínculo -en el pasado- con el ahora Presidente.
Por lo menos hoy, tanto Fernández como Suárez buscaron acercar posiciones y llegar a un acuerdo que habrá que ver cómo continúa.
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