El Frente de Todos porteño representa la principal oposición al gobierno de Horacio Rodríguez Larreta en la ciudad de Buenos Aires. Sin embargo, trabajar en un distrito sin mucha simpatía por el peronismo, estar en minoría en la Legislatura y la falta de un referente de gran popularidad -que les garantice visibilidad- son los principales obstáculos que le impiden marcarle la cancha al oficialismo.
“La relación con Larreta no es mala pero no nos da bola, la realidad es que ellos tienen mayoría propia y no necesitan negociar nada con nosotros para sacar sus leyes”, explica uno de los hombres fuertes del peronismo en la capital.
Con algo de resignación, algunos reconocen que en la Legislatura no hay mucho por hacer y que en los próximos meses las cosas van a seguir como hasta ahora, sin sobresaltos para el larretismo. También descartan una estrategia de confrontación más dura como la que despliega Juntos por el Cambio en el Congreso nacional. “A nosotros no nos sirve generar más conflicto porque terminamos perdiendo todavía más votos”, calculan.
En cambio, otros remarcan que la llegada del Frente de Todos al gobierno nacional “cambió la relación de fuerzas en términos discursivos” y les abrió la puerta para instalar algunos temas: “Un claro ejemplo es la venta de tierras, el año pasado no tuvimos ninguna repercusión, pero esta semana el proyecto para privatizar Costa Salguero salió en todos lados”.
A medida que la curva de contagios comienza a decrecer en el AMBA, la maquinaria electoral se pone lentamente en marcha y dentro de la coalición opositora se inicia la tradicional danza de nombres con posibles candidatos para encabezar las listas. Aunque ninguno lo reconoce públicamente, lo mismo ocurre en las filas de Juntos por el Cambio.
De cara a las legislativas del año que viene, el Frente de Todos enfrenta dos problemas. Por un lado, algunos dirigentes reconocen que pagarán un costo político por su alineamiento con el Gobierno nacional en la disputa por la coparticipación.
Según entienden, la postura de Alberto Fernández es válida ya que simplemente se recuperaron fondos que habían sido injustamente otorgados por el ex presidente Mauricio Macri a su aliado Rodríguez Larreta. “Esa plata no la usaban solo para financiar a la policía”, explican. No obstante, aseguran que les resulta muy difícil ganar espacio en los medios para explicar su posición.
“Que la quita haya sido en medio del conflicto con la Policía Bonaerense no nos ayudó. Pero el Gobierno necesitaba recursos y ya estaba en sus planes recuperar esos fondos, las conversaciones ya se habían iniciado en marzo, y nadie dice que Nación le dio $47 mil millones en asistencia y Salud les dio otros $3 mil millones”, aclaran.
Por otro lado, el Frente de Todos no tiene un candidato claro para encabezar su lista de diputados en la capital, tampoco un referente de gran popularidad que ayude a instalar temas. Al interior de la coalición muchos creen que es fundamental que Matías Lammens se ponga nuevamente el traje de candidato y repita la buena performance que tuvo en las elecciones pasadas a la Jefatura de Gobierno. De esta forma, no solo podría aportar un buen caudal de votos sino que también consolidaría su liderazgo con vistas a las comicios de 2023. “Si no juega ahora no puede ser candidato después, tiene que revalidar los títulos”, apuran desde la bancada.
Hasta el momento, el ministro de Turismo y Deporte se encuentra completamente abocado a la organización de la temporada veraniega en el marco de la pandemia y no ha manifestado sus intenciones para el próximo año. Cabe señalar que desde que asumió como funcionario nacional tampoco intervino demasiado en el debate de las cuestiones locales ni sentó posición sobre los temas candentes.
Seguramente la elección del candidato que encabece la lista también dependerá de la dinámica política. El nivel de confrontación entre el Frente de Todos y Juntos por el Cambio podría inclinar la balanza entre un “moderado” o un “duro”.
No obstante, para ampliar la base electoral algunos referentes estiman que es necesario apuntar más a los barrios de clase media. “No hay que perder lo que ya ganamos, pero tenemos que dejar de militar solo en los barrios populares de las Comunas 4 y 8 donde nos fue bien”, plantean.
Por lo bajo, también hace cálculos sobre la interna de sus rivales. Hasta ahora el camino de Martín Lousteau hacia la Jefatura de Gobierno parece estar allanado. De hecho fue parte del acuerdo político que le permitió a Rodríguez Larreta sumar al radicalismo a su coalición. Sin embargo, la candidatura de un “peso pesado” como María Eugenia Vidal podría desatar una interna que le complique al alcalde alcanzar en la Legislatura su mayoría automática.
Una de las características de la ciudad de Buenos Aires es que su agenda política suele estar ocupada por las cuestiones nacionales. Por lo tanto, gran parte de lo que se juegue a nivel local dependerá de la estrategia desplegada por el Gobierno nacional, que hasta el momento no se ha decidido por lanzar una confrontación total contra el jefe de Gobierno y sigue buscando la “foto de unidad” en el marco de la lucha contra el coronavirus. Algo que podría cambiar radicalmente en los próximos meses.
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