Por primera vez desde el inicio del aislamiento social y obligatorio y del arranque, en mayo, de las sesiones remotas, el senador bonaerense Esteban Bullrich (PRO) y el riojano Julio Martínez (UCR) se sentaron en sus bancas, además de la cordobesa Laura Rodríguez Machado que, como vice de la Cámara alta, siempre estuvo habilitada y de María Clara Vega, del Parlamentario Federal, que volvió al recinto el miércoles, después de que Cristina Kirchner ampliara la posibilidad para que haya senadores de los bloques más chicos. La presencialidad de Bullrich y Martínez y las seis ausencias de Juntos por el Cambio hicieron evidente la fuerte discusión que se dio en el interbloque donde finalmente se aceptó el protocolo de funcionamiento remoto.
Martín Lousteau (Evolución-UCR), vicepresidente del cuerpo, sólo participó en forma remota cuando se autoaisló por precaución tras compartir un almuerzo con María Eugenia Vidal, quien en ese momento se contagió coronavirus. Esta tarde faltó por primera vez a una sesión. Aunque siempre fue dialoguista, las tensiones con el Frente de Todos y la quita de fondos a la Ciudad de Buenos Aires lo hicieron cambiar de opinión. Su fuerte postura en contra de un acuerdo con el oficialismo y la modalidad de sesiones virtuales fue seguida por los radicales Oscar Castillo y Juan Carlos Marino; los macristas Guadalupe Tagliaferri y Gladys González y la neuquina Lucila Crexell. Desde ese sector trascendió el malestar. No quisieron avalar con su voto una sesión donde “se van a designar un montón de jueces y fiscales”, advirtieron sobre el orden del día que incluye designaciones en la Justicia que la semana pasada se analizaron en tres audiencias de la comisión de Acuerdos a las que faltó la oposición.
Este miércoles, después de la sesión especial en la que Santiago Cafiero presentó su informe como jefe de Gabinete, el interbloque acordó no votar hoy, tal como habían hecho en las sesiones remotas anteriores después de la Reforma Judicial y como hicieron cuando se trató, siete días atrás, el Convenio de traspaso de la policía y fondos para su funcionamiento que en los hechos constituyó una quita de partidas a la Ciudad.
Sobre lo que ocurrió hay dos versiones. En el oficialismo dicen que Cristina Kirchner invitó al formoseño Luis Naidenoff a tomar un café para conversar sobre todas sus diferencias. Le atribuyen a la vicepresidenta haber apelado a una metáfora describiendo las reglas del fútbol. “Si jugás al fútbol hay reglas, hay una pelota, no podés empujar al rival. Ustedes están jugando al rugby, judicializan, embarran la cancha, no son las reglas”. Y agregó, desafiante: "Podemos jugar al rugby, pero estamos jugando al fútbol”.
Naidenoff, por su parte, mencionó conversaciones con José Mayans, jefe del bloque del Frente de Todos, también formoseño y su habitual interlocutor. Y un café con la mendocina Anabel Fernández Sagasti, muy cercana a Cristina Kirchner, que está en Buenos Aires e incluso hoy dentro del recinto, donde izó la bandera.
En los hechos, este mediodía, en una nueva reunión, el interbloque opositor se inclinó a favor de los que venían pidiendo sesionar con normalidad, es decir, votando, sea a favor o en contra. Entre los que defendieron esa postura estuvo Julio Cobos.
En el recinto por el oficialismo está como siempre la presidenta provisional, la santiagueña Claudia Ledesma Abdala, y Jorge Taiana además de Fernández Sagasti. Otros, como Martín Doñate y Mariano Recalde, participan desde su despacho y el resto desde sus provincias.
El aval a las sesiones remotas se puso en segundo lugar en el orden del día. En el inicio se sometió a votación la resolución conjunta firmada por Cristina Kirchner y Sergio Massa para que se prohíba a diputados y senadores la compra de dólares. La votación resultó a favor, por 64 contra uno. Incluso esta vez volvió a estar presente y votó Carlos Menem, conectado por teleconferencia.
El voto en disidencia fue el de Juan Carlos Romero, que se reincorporó después de un viaje de un mes a España. “Esta resolución saca de la igualdad a los legisladores", dijo sobre imposibilidad de compra de USD 200 dólares. Fundamentó su postura sobre una resolución “para la tribuna”. Y criticó: "Ese afán que a veces tenemos los políticos de creer que autoflagelándonos la gente va a tener un mayor grado de aceptación. La gente está enojada con los políticos porque no hemos podido resolver la inflación, vamos a cumplir 40 años de democracia y no hemos podido resolver la desocupación y la pobreza”, advirtió.
Mientras hablaba el salteño se oyeron interferencias en el audio. Cristina Kirchner solicitó a los senadores chequear el cierre de sus micrófonos. Y le dijo a Luis Naidenoff que chequeara el suyo. “Es su micrófono, presidenta”, respondió él, a lo que ella exclamó: “No, no, estaba cerrado. ¡Siempre la presidencia, por Dios, qué obsesión!”.
Después se sometió a votación la resolución, una votación en la que volvió a participar Juntos por el Cambio, que las últimas dos sesiones se desconectó para no legitimar la prórroga de las sesiones remotas sin un acuerdo que incorporara cambios. CFK enmendó aquel protocolo y abrió la posibilidad a dos senadores más presentes por cada bloque y luego sumó la posibilidad de un tercero.
Juntos por el Cambio fue a la Justicia y presentó un amparo en contra de los decretos cristinistas. También se había hecho en Diputados, donde esta semana la oposición recibió un fallo en contra del juez Enrique Lavié Pico que fue sopesado en el Senado como una señal también para esa Cámara. Lavié Pico consideró que no estaban vulnerados los derechos de los legisladores para expresarse y votar en sesiones remotas. En Diputados incluso son mixtas, por acuerdo parlamentario, y unos 45 legisladores del total de 257 pueden estar dentro del recinto. En el Senado a partir de hoy pueden estar, además de la presidenta provisional y los tres senadores vicepresidentes, dos senadores por cada bloque mayoritario y uno por las minorías.
Al tratar ese cambio (el Decreto parlamentario 17) tanto Mario Pais como José Mayans, por el Frente de Todos insistieron en que el reglamento no se modifica y que por lo tanto se puede aprobar el protocolo con mayoría simple. Naidenoff tuvo que justificar la posición de su interbloque después del durísimo discurso que pronunció la semana pasada cuando enojado reclamó que los senadores no tienen que pedirle permiso al secretario parlamentario para sentarse en una banca. “Ni en estado de sitio”, casi gritó. Esa condición se quitó del reglamento.
Esta vez, más calmo, el jefe del interbloque opositor mayoritario planteó que “la política tiene que tener un punto mínimo de entendimiento”, contó que hubo conversaciones y que, aunque seguirán pidiendo rotación de senadores y otros cambios al protocolo, espera que se resuelvan en las reuniones de Labor Parlamentaria, que todavía no hay pero que prometieron realizar entre jefes de bloques. Expresó la conformidad con el nuevo decreto cristinista que contempla la presencia de bloques minoritarios. Aclaró que en su espacio consideran la necesidad de que se vote con dos tercios pero que “otros tendrán otra visión”. Habló, como se suele decir, “de una mitad de la biblioteca” que avalaría cada una de las posturas. Lavié Pico, por ejemplo, eligió la mitad de la biblioteca que favorece al oficialismo.
Mayans celebró el acercamiento. Y dirigiéndose a Cristina Kirchner le agradeció y la felicitó porque, reveló, “sé que usted hizo mucho para este acuerdo”.
“Ganaron las palomas”, le dijo a Infobae un senador radical que bregaba por un acercamiento que permitiera a la oposición volver a votar y dictaminar y al oficialismo, que tiene número para hacerlo en soledad, legitimar el tratamiento de leyes. La discusión interna se saldó con una votación.
“Por unanimidad queda refrendado el Decreto 17/20”, anunció Cristina Kirchner esta tarde después de la votación en la que participaron los mismos 65 senadores presentes. Además de José Alperovich, que goza de una licencia mientras la Justicia lo investiga por presunto abuso, los ausentes fueron Lousteau, Castillo, González, Marino, Tagliaferri y Crexell. Prometieron de todos modos no hablar al respecto en pos de la unidad de su bloque.