La reunión de ayer a la tarde, entre los funcionarios del gobernador Axel Kicillof y los representantes de organizaciones sociales y de las familias que usurpan las 100 hectáreas de Guernica, comenzó tensa. No por el tono del diálogo, que fue distendido, sino por la inesperada llegada del ministro de Seguridad, Sergio Berni, el único integrante del gabinete que sigue sosteniendo que la mejor solución es no dilatar el diálogo y llevar adelante el desalojo el próximo 15 de octubre, tal como lo ordeno el juez de garantías número 8 de Cañuelas, Martín Miguel Rizzo.
El coronel médico llego hasta la municipalidad de Presidente Perón montado en su moto. No estaba solo, sino que lo acompañaban otros tres hombres de civil. Se acercó hasta los gazebos instalados frente a la municipalidad, donde la charla se realizaba al aire libre. Al verlo llegar, Andrés “Cuervo” Larroque, el ministro de Desarrollo de la Comunidad, se levantó y mantuvo con él un breve diálogo, tras lo que el Ministro recién llegado se retiró.
Minutos antes, desde la toma, le hicieron saber a la abogada María del Rosario Fernández que un helicóptero y varios patrulleros de la policía bonaerense circulaban por el perímetro del predio.
Después de la interrupción, calificada por los representantes de las familias como “intimidatoria”, continuó hasta pasadas las 20. “Por primera vez Provincia viene con las tierras sobre la mesa para reubicar a las familias de Presidente Perón”, le dijo a Infobae Fernández, integrante de la Asociación Gremial de Abogados y Abogadas de la República Argentina que defiende a los usurpadores de Guernica. Y agregó: “Larroque y los otros integrantes de la mesa de diálogo muestran vocación de diálogo y se están moviendo para lograr una salida sin el uso de la fuerza, pero el problema es el mientras tanto ¿Qué hacer con las más de dos mil familias durante los seis meses que puede demorar el traslado a los nuevos terrenos?", se preguntó la letrada.
Hasta ahora el interrogante no tiene respuesta, pero en la provincia de Buenos Aires trabajan a destajo sobre ese tema. Ayer no hubo una propuesta única, sino que el abanico fue amplio: reubicaciones, planes de vivienda y autoconstrucción.
A otro grupo se se les ofreció que vuelvan al lugar de donde provenían con la promesa de ayudarlos a mejorar sus condiciones de vida.
Grupos de izquierda, y algunas organizaciones que integran la toma de las 100 hectáreas, ya anunciaron una conferencia para hoy en el Obelisco porteño para fijar su posición en el conflicto porque y marcharán mañana a la Casa de Gobierno de La Plata, para pedir una reunión con Kicillof porque, según el comunicado que difundió el Frente de Organizaciones en Lucha (FOL) “no contestaron nuestro proyecto de barrio”, trazado en parte de la usurpación, y para reclamar al poder político y a la justicia “que se homologue en la causa las promesas que hacen los funcionarios del gobernador, un hecho que ya pedimos tres veces y tampoco tenemos respuesta”.
“Estamos más cerca de conquistar tierras para vivir”, es el encabezado difundido por la organización a través de sus redes sociales. Allí concuerdan en que la reunión de ayer con Larroque “puso de manifiesto que podría haber una solución a nuestro justo reclamo”; esto se ve desalentado porque “los funcionarios plantearon que los terrenos se podrían entregar recién en 6 meses y que deberíamos abandonar el actual territorio antes del 15 de octubre, fecha del desalojo”.
El comunicado, que le pide a la gobernación bonaerense “tierras para vivir”, la “suspensión del desalojo” y le dice “basta de aprietes”, a Berni, está firmado por los “delegados y delegadas de la recuperación de tierras de Guernica y organizaciones que apoyan”.
El principal problema con el que se encuentra Larroque, la principal espada negociadora de la provincia junto a Julio Alak, el ministro de Justicia y Derechos Humanos, y el subsecretario de Hábitat, Rubén Pascolini, es que los representantes de los cuatro barrios de la toma, 9 de Julio, La Lucha, La Unión y San Martín, no creen en la palabra de los políticos.
Así lo expresan en casa asamblea. Los funcionarios de Kicillof sostienen que esos lugares de debate están “copados por la izquierda” y señalan a varias organizaciones que fomentan la toma y dinamitan las negociaciones, desde dentro de la toma: Movimiento de Unidad Latinoamericana por el Cambio Social, el Frente de Organizaciones en Lucha (FOL), Víctor Choque, Polo Obrero, Barrios de Pie y la Corriente Darío Santillán.
Cierto o no, ellos también se sientan alrededor de la mesa que debe llegar a un consenso para un desalojo voluntario y pacífico. El gran avance de ayer estuvo centrado en que se anunció que en el partido de Presidente Perón habría disponibles unos tres mil lotes, que corresponden proporcionalmente al plan de hábitat para todo el municipio. Es decir que, si allí se deben quedar para su reubicación unas 700 familias, según el censo que se realizó, tierras hay.
De todos modos, tanto Larroque como desde la intendencia a cargo de Blanca Cantero se dejó en claro que esas tres mil parcelas “no es una oferta para todos los que están en la toma, sino el número de lotes que se va a tratar de generar en el distrito”.
La muestra de buena voluntad por parte de las autoridades llego hasta el punto en que ofrecieron que el fin de semana los representantes de las familias que viven en Guernica puedan conocer la ubicación de alguno de esos predios.
Igualmente, antes de seguir adelante -y del nuevo encuentro que aún no tiene fecha-, las propuestas de Kicillof deben ser puestas a consideración de las cuatro asambleas barriales que desde el 9 de julio se establecieron en las 100 hectáreas tomadas.
“La propuesta que cuenta con mayor consenso es tierra por tierra. Esto es la posibilidad de retirarse del lugar y poder establecerse, de manera paulatina en otros lugares. Eso sigue avanzando. Pero va a llevar tiempo y la fecha del prorrogado desalojo es dentro de 9 días. Por eso la idea es que si antes del 14 tenemos un acuerdo, eso se presentaría por escrito ante el juez, se pediría homologación y entraríamos en la fase de ir desarmando el conflicto. La Gremial lo que quiere, en este conflicto, como en otros, es siempre desarmar todo tipo de violencia. Sea violencia de un lado, como la propia violencia que viene de las instituciones o de la aplicación del Código Penal. Esa es la situación en la que estamos ahora”, explica Eduardo Soarez, quien junto a Fernández representan a las familias de la toma e integra también la Asociación Gremial de Abogados y Abogadas de la República Argentina.
La fórmula “tierra por tierra” ya había sido adelantada a Infobae por Roberto Perdía. El ex jefe Montonero también forma parte del colectivo de letrados que participa de las negociaciones con los funcionarios bonaerenses. De hecho, reveló que se reunió “dos o tres veces con Larroque” para intentar llegar a una solución pacífica en el conflicto.
Desde ese espacio observan con desconfianza los pasos de Sergio Berni. Especulan que el magistrado, al darle a las autoridades provinciales una fecha tan prolongada para el desalojo del predio, desde el 15 al 30 de octubre, el ministro de Seguridad podría intentar desalojar “en etapas” la mayor toma de tierras del conurbano bonaerense y dejar consignas policiales en los terrenos recuperados.
Para llevar adelante ese plan, el coronel médico debería contar con un aval político, algo que hasta el momento no ocurre, ya que todos buscan una salida de diálogo.
Seguí leyendo