Los intendentes del PRO quieren jugar un rol importante en las elecciones del próximo año. Estar sentados en la mesa donde se definan las listas y el rumbo del espacio político que integran, especialmente en el territorio bonaerense, su hábitat, el lugar donde se mueven como peces en el agua.
En ese contexto crearon el Grupo Dorrego para consolidar un núcleo duro donde intercambien experiencias sobre las gestiones y en donde puedan alinear posturas frente al gobierno bonaerense, pero también hacia adentro de Juntos por el Cambio. La posición interna es clave en este momento donde la coalición transita un proceso de renovación, reconstrucción y reorganización.
La base del grupo son los mismos intendentes del conurbano que vienen trabajando juntos desde hace tiempo y que tienen mayor peso en la mesa provincial de Juntos poder el Cambio. Son Jorge Macri (Vicente López), Néstor Grindetti (Lanús), Julio Garro (La Plata) y Diego Valenzuela (Tres de Febrero). A ellos se le sumaron tres ex intendentes que perdieron sus municipios en manos del peronismo: Martiniano Molina (Quilmes), Nicolás Ducoté (Pilar) y Ramiro Tagliaferro (Morón).
Los jefes comunales del PRO buscan afianzar un proyecto político territorial. Como suelen definir “un proyecto desde la provincia y para la provincia”. Ese eslogan es el sello del espacio. Quieren que sus voces tengan mayor peso en las decisiones políticas que se toman en la geografía bonaerense, sobre todo teniendo en cuenta que el año que viene la elección legislativa tendrá su mayor batalla en la provincia de Buenos Aires .
“La política del PRO en la provincia ya está madura para imponer su propio proyecto político como sucede en otras provincias”, aseguraron desde el entorno de Jorge Macri, uno de los promotores del espacio que desde hace tiempo levanta la bandera de que los intendentes tienen que tener mayor peso político en el armado provincial y nacional. “Hay que empezar a consolidar el espacio y ampliar la base de sustentabilidad política en la provincia de Buenos Aires”, indicaron desde La Plata, el municipio que conduce Garro.
La lucha por el respeto al poder territorial es una constante de los intendentes. Tanto de los del peronismo como de los de Juntos por el Cambio. La lógica que aplican es que los votos están en los municipios. Para ganar una elección es importante que un intendente motorice los votos en los barrios de cada una de las localidades que gobiernan. Ese poder de fuego tiene un valor y quieren que se les respete.
El grupo aspira a ser una pata interna relevante en la discusión de Juntos por el Cambio. El espacio atraviesa un momento donde la discusión es completamente horizontal, los liderazgos son múltiples y las posiciones políticas son diversas. Todo está por verse. No hay una verdad única.
En el esquema político conviven los duros y los dialoguistas. Los peronistas, los radicales y los de la Coalición Cívica. Los que quieren abrir la puerta para que entren dirigentes del peronismo y los que prefieren que los que ingresen vengan de la derecha. Los que pretenden que Mauricio Macri de un paso al costado y los que entienden que debe ser el eje de la renovación. En ese mapa multicolor, donde las discusiones están latentes, ahora aparecen con mayor volumen los intendentes del PRO.
La concentración de intendentes en un grupo con una nueva identidad es un movimiento en espejo que tiene coincidencias con el que realizó el peronismo después del 2015, cuando Mauricio Macri llegó al poder, Cristina Kirchner se refugió en el silencio y el espacio político se fragmentó y se quedó sin un rumbo definido. Ea conversación dio origen al nombre de la flamante agrupación.
La concentración de intendentes en un grupo con una nueva identidad es un movimiento en espejo que tiene coincidencias con el que realizó el peronismo después del 2015, cuando Mauricio Macri llegó al poder, Cristina Kirchner se refugió en el silencio y el espacio político se fragmentó y se quedó sin un rumbo definido. En aquel entonces los jefes comunales se dividieron en cuatro grupos. Algunos revindicaron el liderazgo de la actual vicepresidenta, otros consideraban que había que superar la etapa del kirchnerismo. Finalmente, todos se alinearon en el Frente de Todos.
Las diferencia con ese proceso radica en que en la actualidad, y después de la dura derrota electoral del 2019, Juntos por el Cambio logró contener a casi todos los dirigentes que estaban hasta el año pasado, y pudo lograr una convivencia medianamente saludable pese a las tensiones internas normales por los posicionamientos frente a las gestiones de Alberto Fernández y Axel Kicillof.
María Eugenia Vidal, jefa política de Juntos por el Cambio en la provincia, validó este armado y empuja el posicionamiento de los intendentes. “Que todos jueguen, que todos crezcan. Mientras mayor grado de conocimiento alcancen, mejor. Los liderazgos los definirán los votos”, explicaron a Infobae desde el entorno de la ex gobernadora.
Vidal entiende que el espacio necesita una renovación de liderazgos. Eso no implica solo un liderazgo, sino diferentes y en distintas escalas. Para que eso suceda apuesta a que todos se muevan para hacer crecer sus perfiles y motoricen la discusión interna en búsqueda de una autocrítica profunda y la construcción de un nuevo proyecto político.
En el tablero bonaerense las fichas electorales comenzaron a moverse con más frecuencia. La pandemia, lentamente, se naturalizó y los movimientos subterráneos vieron la luz del sol. Los intendentes se movieron rápido. El 2021 está cerca y las discusiones se deben dar con tiempo.
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