La instancia de diálogo social a la que convocó el Gobierno este lunes en la Casa Rosada para empezar a hablar de la reconstrucción económica comenzó en forma polémica. Es que en la Argentina existen tres centrales obreras y fueron invitadas dos de ellas, la CGT y la CTA de los Trabajadores, pero la CTA Autónoma, fue fue marginada del encuentro. La decisión de excluirla motivó una queja de la delegación de la CGT a los ministros, en un contacto previo a la reunión general del gabinete económico.
Para la CGT, según advirtió uno de los dirigentes que participó del encuentro en la Casa de Gobierno, “nadie tiene que quedar afuera” y “así como no se explica la ausencia de una de las CTA tampoco está claro por qué no fueron invitadas la Cámara Argentina de Comercio (CAC) y las entidades del campo”.
El titular de la CTA Autónoma, Ricardo Peidró, afirmó a Infobae que le parecía “insólito” que la Casa Rosada no los haya convocado a la reunión en la Casa Rosada: “Se trata de una central obrera que representa a cerca de un millón de trabajadores y que estuvo en la primera línea de la lucha contra la pandemia. Lo que vemos es que quieren invitar a los amigos y no escuchar propuestas”, se quejó el dirigente.
“Ni siquiera recibimos un mensaje del Gobierno para darnos una explicación -sostuvo-. No queremos ponernos en víctimas, pero es inaceptable que si quieren un diálogo social no sea con todos y dejen afuera a una central que es importante”.
Peidró, que lidera el sindicato de los visitadores médicos, incluso reveló que cuando se enteraron por los diarios de la convocatoria oficial enviaron un mensaje a los funcionarios para saber si los iban a invitar. “Nadie contestó”, dijo.
Ahora, la duda es si el Gobierno llamará a la CTA Autónoma para sumarse a la reunión del Consejo del Salario Mínimo, Vital y Móvil, que fue convocada para el 14 de octubre, ya que participa de esas deliberaciones desde el gobierno de Mauricio Macri.
Además de la CGT y de la CTA de los Trabajadores, la Casa Rosada también invitó al encuentro del gabinete económico al sector informal del mercado laboral agrupado en la Unión de Trabajadores de la Economía Popular (UTEP), encabezado por Esteban Castro, del Movimiento Evita.
El Gobierno mantiene una fluida relación con la CTA de los Trabajadores, que lidera el diputado kirchnerista Hugo Yasky y sostiene una línea ultraoficialista. En realidad, esta fracción ceteísta está estrechamente vinculada con Cristina Kirchner.
La CTA Autónoma, en cambio, mantiene una postura autónoma y ha sido marginada de las convocatorias oficiales casi desde que comenzó la gestión de Alberto Fernández. Esta decisión originó un curioso debate interno en la central: algunos piensan que es políticamente perjudicial que el Gobierno los ignore y también quienes interpretan que era mejor tomar distancia para evitar comprometerse con el oficialismo.
El sindicato más importante de esta CTA es la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE), conducida por Hugo “Cachorro” Godoy, que este martes realizará una “jornada nacional de lucha” luego de haber rechazado la oferta gubernamental de un aumento del 7% para los empleados de la administración pública nacional.
El marginamiento oficial a la CTA Autónoma se quebró sólo a fines de julio, cuando el ministro de Trabajo, Claudio Moroni, recibió a una comitiva presidida por Peidró y Godoy, y durante la reunión les aseguró que esa central era “plenamente considerada” por el Gobierno y que hasta ahora con otras expresiones sindicales “sólo hubo fotos”.
Más allá de la exclusión de una de las CTA, los dirigentes de la CGT salieron satisfechos de la Casa Rosada porque finalmente pudieron participar de una reunión tripartita que venían reclamando desde hace meses y a la que el Presidente se había comprometido varias veces en convocar. Pero se fueron con la sensación de que el Gobierno buscó una escenificación para mostrarle a la misión del FMI el apoyo de empresarios y sindicalistas.
Algunos dirigentes gremiales refunfuñaron porque en la reunión se habló en términos generales sobre las medidas de recuperación económica y ni siquiera quedó claro la fecha en que empezarían a trabajar en concreto.
También llamó la atención de algunos miembros de la CGT que el ministro de Economía, Martín Guzmán, haya destacado en el encuentro la necesidad de definir “una base presupuestaria para que haya esfuerzo y no sacrificio del pueblo argentino”. Para los sindicalistas, “la idea del esfuerzo se puede entender de distintas maneras”.
De todas formas, el ministro dijo que apostaba a que el FMI “comprenda la grave situación” de la Argentina y no condicione al país con medidas que impliquen más ajuste económico.
La CGT se reunirá este jueves con la misión del Fondo que llegará este martes al país. Los directivos del organismo, que ya se reunieron con la cúpula cegetista a fines de mayo, quieren escuchar cuál es su mirada sobre la situación económica y social, agravada por la cuarentena obligatoria.
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