Con la mirada puesta en qué pasará después del 11 de octubre, el gobierno bonaerense anticipó hoy que impulsará un “sistema de fases distinto”, que tendrá como principal aspecto definir la situación “por la propositiva y no por las restricciones”.
“Estamos diseñando un sistema de fases distinto que sea más por la propositiva y no por las restricciones”, sostuvo el jefe de Gabinete del Ministerio de Salud bonaerense, Salvador Giorgi.
El funcionario provincial también afirmó que “en algunos municipios que vienen bien, que han disminuido o podido estabilizar y que no tienen el sistema de salud tan estresado, va a haber novedades aperturistas”.
Aunque evitó dar precisiones al respecto, esta mañana el viceministro de Salud, Nicolás Kreplak, adelantó que desde su cartera están trabajando para la recuperación de la presencialidad educativa en algunos distritos ya que los números se mantienen estables, aunque altos, y se está produciendo una tendencia hacia la baja.
“En lo educativo tenemos indicadores más o menos cerrados para plantear pequeñas aperturas”, precisó Kreplak tras analizar indicadores internacionales pero aplicados al territorio bonaerense.
“Vamos a hacer una propuesta de cierta recuperación de presencialidad educativa en algunos grupos especiales, no en toda la población. Habrá que ver si lo aprueba el Consejo de Educación”, adelantó en Radio El Destape.
“Nuestra propuesta en las zonas de alta circulación es de educación domiciliaria para poder continuar con el proceso educativo”, indicó Kreplak en alusión a que después de las vacaciones de invierno el gobierno bonaerense detectó que hay grupos que tuvieron complicaciones en su continuidad pedagógica. “Mientras que en fase 4 y 5 vamos a ir permitiendo la vuelta a clases”, remarcó.
Al ser consultado sobre cómo será el turismo interno en el verano, Giorgi indicó que están “evaluando a ver qué tipo de temporada se va a tener”. Y agregó: “Sea cual sea, va a ser con muchos protocolos y normatizada”.
Para él, lo importante es que los municipios de la Costa bajen sus casos diarios. “Nadie va a querer ir a veranear a un lugar donde esté colapsado el sistema de salud”, aseguró el funcionario, quien puso como ejemplo a la ciudad de Mar del Plata, que se encuentra en una difícil situación de contagios -unos 230 casos diarios- y enfrente un posible desborde del sistema de salud.
“Para el verano estamos pensando medidas como por ejemplo limitar el ocupamiento de los hoteles y en los micros de larga distancia que se tenga que dejar un asiento vacío, pero eso también puede encarecer el costo del pasaje”, admitió. Y en cuanto al alojamiento en hoteles, detalló que desde la Provincia van a incentivar que “viajen convivientes y no grupos de amigos”.
El gobernador Axel Kicillof tenía agendado, desde hace tiempo, al mes de septiembre como el posible punto de inflexión para que la curva de contagios comience a descender y los bonaerenses desanden, con lentitud, el camino hacia una vida protocolizada pero sin tantas restricciones como las del último medio año. Pero el crecimiento de casos en el interior hizo que los planes se demoraran.
Con la primavera que recié comienza y una curva que, según estiman, debería empezar a descender en el corto plazo, en la hoja de ruta que tienen ya se ve con claridad el comienzo de una nueva fase. Una etapa en la que deje de existir la cuarentena tal cual se está cumpliendo ahora y en la que los bonaerenses comiencen a vivir bajo estrictos protocolos de distanciamiento e higiene.
En la gobernación tienen en claro que el aislamiento no solo tiene fecha de vencimiento, sino que la medida ya sufrió un desgaste que redujo su efectividad como método para frenar los contagios.
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