Darío Nieto, el secretario privado del ex presidente Mauricio Macri, negó este martes la acusación en la causa de espionaje ilegal que se sigue en Lomas de Zamora, cuestionó las pruebas e indicios en su contra y rechazó contestar preguntas. El ex funcionario despegó al ex presidente Mauricio Macri y desmintió que la encargada de Documentación Presidencial Susana Martinengo, ya imputada, le haya pasado información que recibía de un grupo de espías amigos.
“Quiero decirles que nunca Susana Martinengo me dio ningún tipo de informe de inteligencia. Nunca Mauricio Macri me pidió informe de inteligencia. No conozco a ninguno de los espías en la causa y nunca supe de reuniones de Susana Martinengo y los espías”, afirmó.
Nieto aprovechó para criticar a sus acusadores: dudó de la buena fe de los fiscales Cecilia Incardona y Santiago Eyherabide, a quienes ya recusó; cuestionó las filtraciones de sus datos que llegan a ciertos medios; negó haberse encerrado en su auto para borrar datos en su celular y habló de la manipulación de su teléfono. “Evidentemente alguien metió mano en el celular y se está queriendo fabricar evidencia en contra mía”, aseguró.
Al terminar la declaración, Nieto afirmó: “Quiero pedirles a ustedes, que son la Justicia, que sean justos e imparciales. Quiero que sepan que la estoy pasando muy mal. Y que me estoy comiendo un garrón enorme porque no tengo nada que ver”.
Previamente a la audiencia, el juez de Lomas de Zamora Juan Pablo Augé rechazó la recusación que había motorizado en su contra. Lo que sí se le concedió fue la eximición de prisión.
La causa que se abrió en Lomas de Zamora investiga si la AFI de Mauricio Macri espió a diferentes personajes de la vida pública. La lista de querellantes la abrió Cristina Kirchner, pero incluyó a políticos del propio espacio político de Cambiemos como Horacio Rodríguez Larreta, María Eugenia Vidal, Emilio Monzó, Nicolás Massot, Diego Santilli o Waldo Wolff. Además, la causa señaló que también se hizo monitoreo sobre Hugo Moyano, Martín Irurzun y el periodista Hugo Alconada Mon.
En la misma causa hay otras dos investigaciones activas: el espionaje a presos kirchneristas y las vigilancias a Cristina Kirchner en el Instituto Patria, denunciados por la actual interventora de la AFI Cristina Caamaño y que tiene procesados a los ex directores de la AFI, un jefe de Contrainteligencia y un agente especial, Alan Ruiz.
Las sospechas sobre Nieto a la causa llegaron por la figura de Susana Martinengo, una encargada del área de Documentación Presidencial durante el gobierno de Mauricio Macri que tenía un trato cotidiano con tres de los espías de la AFI. Fue Cristina Kirchner la que reveló en el expediente que iban a visitarla a la Casa Rosada.
Cuando a Martinengo le tocó declarar, negó haber entregado información de los espías a Nieto o Macri. Ahora, Nieto hizo su primera indagatoria en la causa. Precisamente, por eso, a diferencia de los otros imputados, lo primero que tuvo que hacer fue dar sus datos personales. “Trabajo con el ex presidente Mauricio Macri”, ratificó, tras aclarar que actualmente no está percibiendo ningún ingreso.
Ya con la declaración empezada y después de haber cargado un escrito avisando que no iba a responder preguntas, lo primero que dijo Nieto fue cuál era su trabajo mientras Macri gobernó el país: su función como secretario privado y su designación en febrero 2017 como subsecretario de Asuntos Presidenciales de la Presidencia de la Nación. Para esa altura, resaltó, Martinengo ya trabajaba como una empleada en el área de Documentación Presidencial.
“Mi relación con Martinengo era absolutamente profesional –dijo–. No era de confianza, hablaba una vez cada dos meses. Era una persona de los 125 empleados que había”. No solo había distancia jerárquica, sino también física porque su oficina estaba en otro piso de la Casa Rosada, añadió. En ese contexto, el secretario de Macri afirmó que Martinengo jamás le dio informes de inteligencia y desconocía su vinculación con los espías Leandro Araque, Facundo Melo y Jorge Sáez. Nieto apunto sobre las pruebas sobre la destrucción de mensajes en su celular.
“Siempre tuve buena fe en el proceso, pero no creo que haya pasado lo mismo de la otra parte –empezó diciendo–. Aunque me presenté a derecho, se hicieron dos pericias sobre el celular y no me avisaron. Se filtraron mensajes de mi celular a medios oficialistas. Además hay un informe pericial que consta en la causa diciendo que el celular fue manipulado”, se quejó.
Es que, según aseguró, del tercer peritaje, cuando estuvo su perito, surge que la Policía Federal extrae información en un disco rígido, que no es el mismo que apareció después. También subrayó el mensaje de Silvia Majdalani, ex numero dos de la AFI, que apareció dos días después del secuestro de su celular, cuando el teléfono ya estaba en la Justicia. “Qué casual que esa manipulación es con Silvia Majdalani, una imputada. Evidentemente alguien metió mano en el celular y está queriendo fabricar evidencia en contra mía. Están admitiendo como prueba válida un celular que ha sido manipulado”, protestó.
Nieto también rechazó los términos del dictamen fiscal que tomó como prueba de su relación con Martinengo un mensaje de despedida cuando terminó la gestión macrista; y un mensaje que envió preguntando por el nombre del defensor de esa mujer. Ese mensaje –explicó a los fiscales– ocurrió mucho antes que el allanamiento a su casa porque el horario es universal.
También leyó el acta de la declaración del policía que hizo su allanamiento en donde –según resaltó– nunca se dijo que se encerró en el auto o se negó a entregar su celular o aprovechó el tiempo para borrar información, como se afirmó. “Discúlpenme si no puedo confiar en la Justicia después de ver estas mentiras flagrantes en el escrito”, opinó.
Para terminar, Nieto afirmó que sentía que este proceso no era “imparcial y justo”, y pidió permiso para subir su declaración a las redes sociales. Afirmó que aguardaba pronto ser “desvinculado de estas mentiras de las que se me acusa”.
El miércoles y el jueves están previstas las indagatorias por Zoom de Gustavo Arribas y Silvia Majdalani. Con esto, terminará la ronda de indagatorias que incluyó a una veintena de espías. El juez quedará en condiciones de definir si dicta procesamientos. La fiscalía entendió que se trató de una asociación ilícita que funcionó desde la AFI haciendo espionaje político.