Mauricio Macri recibió en la quinta de Olivos a los diputados Mario Negri (radical) y Pablo Tonelli (PRO) y al senador de la UCR Ángel Rozas. Los tres iban con el mandato de pedirle al Presidente que eligiera para ocupar la vacante que había en la Cámara Nacional Electoral a Alejandra Lázzaro, secretaria del tribunal. Y para eso le dieron tres motivos: había salido primera en el concurso público, era mujer y la Cámara ya tenía dos hombres y lo pedía la UCR, el partido con el que Lázaro tenía vínculos.
La reunión ocurrió hace dos años y la recuerda ante Infobae uno de sus protagonistas a modo de reproche. Macri no eligió a Lázzaro pero tampoco al otro candidato que pedía otro sector del gobierno. Durante casi dos años el gobierno se quedó en su propia interna. Macri se fue de la Presidencia, llegó Alberto Fernández y la semana pasada eligió al postulante. Es Daniel Bejas, juez federal de Tucumán y un hombre de vínculos con el peronismo.
Así como durante el gobierno de Macri no estuvo en el radar un candidato peronista, en el de Fernández no lo estuvo la postulante de la UCR. “Lógica pura”, coinciden en el oficialismo y la oposición, donde todavía duele la interna que no pudieron resolver y que no tiene explicación
La Cámara Nacional Electoral es el tribunal encargado de todas las elecciones nacionales -no las provinciales o municipales- e interviene en todo el país. Está por encima de los jueces electorales de cada provincia. Se encarga de la organización de los comicios, resuelve los conflictos que le llevan los partidos y las impugnaciones de candidatos, analiza las leyes electorales, entre otros temas.
La Cámara tiene tres integrantes Actualmente hay dos jueces. Son Alberto Dalla Vía y Santiago Corcuera. Fueron designados por concurso público en 2001 durante el gobierno de Fernando De la Rúa y llegaron con el apoyo político de la UCR, en el caso de Dalla Vía, y del peronismo, en el de Corcuera. Una división para conformar a los partidos mayoritarios en un tribunal de interacción constante con la política.
El tercer cargo era de Rodolfo Munné, quien falleció en 2016 a los 87 años. Por esa vacante se llamó a un concurso público que concluyó en 2018. El 10 de mayo de ese año, el Consejo de la Magistratura de la Nación envió al Poder Ejecutivo una “terna” con los cuatro candidatos que mejor quedaron posicionados: Lázzaro primera; Bejas segundo; Hernán Goncalves Figueiredo -secretario judicial de la Cámara-; y cuarto en la lista complementaria Alberto Elgassi, secretario electoral del Superior Tribunal de Justicia de la ciudad de Buenos Aires.
El gobierno de Macri debía elegir a uno para proponerlo al Senado de la Nación. Dos candidatos estaban en pugna. Por un lado Lázzaro. Casada con Alejandro Gómez, dirigente de la UCR, funcionario del Ministerio de Defensa en el macrismo y hombre de la política de la UBA, Lázzaro tenía el apoyo del radicalismo. Había quedado primera en la terna y conocía la Cámara Electoral por haber ingresado en 1989 y hacer carrera allí hasta llegar al cago de secretaria en el área administrativa.
Otro sector del gobierno impulsaba a Goncalves Figueiredo, sin vínculos políticos estrechos y también de carrera en el tribunal con 15 años como secretario judicial. Dos candidatos de la casa electoral. Goncalves Figueiredo tenía el apoyo de un sector de la mesa judicial que tenía el macrismo. Puntualmente de José Torello, asesor presidencial y amigo de Macri. También contaba con el aval del juez Corcuera.
Pasó más de un año y medio y el gobierno de Macri no se inclinó por ningún candidato. La ley establece que el Poder Ejecutivo puede elegir a cualquier candidato de la terna más allá de su lugar en el concurso. Macri dejó la Presidencia sin resolverla. A tal nivel llegó la interna que hoy quienes estuvieron cerca de esas gestiones recuerdan la operación que sufrió Goncalves Figueiredo. Fue denunciado por una irregularidad en su currículum que luego se determinó que no era así.
“Fue una interna ridícula porque cualquiera de los dos candidatos eran buenos y mejor que el que se eligió ahora", se reprocha hoy una de las personas que durante el macrismo siguió de cerca del tema.
Llegó Fernández como presidente de la Nación y la semana pasada nominó a Bejas ante el Senado de la Nación para ocupar la vacante en la Cámara Electoral. Bejas es titular del juzgado federal 1 de Tucumán. En ese cargo tiene la competencia electoral.
Bejas tiene 65 años, es abogado desde 1980 y tiene un vinculo con el peronismo provincial. Fue apoderado del PJ, trabajó como asesor en la legislatura provincial y fue abogado de empresas de José Alperovich, ex gobernador de la provincia. Empezó su carrera como juez en 2005 como subrogante en el Tribunal Oral Federal de Tucumán. Luego pasó a ser subrogante en el juzgado federal 1 donde quedó como titular en 2007 luego de ganar el concurso. Desde entonces ejerce el cargo. Además de ternado para la Cámara Electoral también lo estaba para la Cámara Federal de Tucumán.
Como juez federal Bejas tuvo dos causas de impacto político. Una fue el presunto enriquecimiento del actual gobernador de la provincia, Juan Manzur, a quien sobreseyó. Y el caso por delitos de lesa humanidad contra César Milani, el ex jefe del Ejército durante el kirchnerismo, por la desaparición del soldado Alberto Ledo. Bejas rechazó los pedidos de citar a indagatoria al militar hasta que se excusó de seguir interviniendo en la causa. El nuevo juez, Fernando Poviña, procesó y envió a juicio a Milani, donde fue absuelto.
“Manzur talló para nombra a Bejas pero la decisión fue del gobierno nacional”, le dijo a Infobae un hombre del oficialismo. En Bejas destacan que es juez lectoral y que eso lo pone un escalón más arriba de Lázzaro y Goncalves Figueiredo que son secretarios y que tiene un compromiso con los derechos humanos, a pesar de su actuación en el caso de Milani. También que es un hombre vinculado al peronismo. “La elección de Bejas no fue por descarte de los otros candidatos, sino por la positiva de él. De hecho Goncalves Figueiredo estuvo en el análisis”, explica la fuente.
“No fue una sorpresa porque era una posibilidad con el cambio de gobierno”, dicen en la Cámara Electoral ante la postulación de Bejas. Conocen su trabajo porque hace 12 años es el juez electoral de la provincia. “Conoce el fuero y nunca tuvimos ni problemas ni denuncias por su actuación”, señalan en el tribunal.
En la oposición se levantaron las voces contra Bejas. Legisladores y dirigentes del radicalismo criticaron su postulación por su cercanía al peronismo e insistieron en el nombramiento de Lázzaro. “La Dra. Alejandra Lázzaro hubiera sido la primera mujer en integrar la Cámara Nacional Electoral. Quedó primera en el orden de mérito. Pese a eso, el Presidente eligió nominar a un varón, el juez de Tucumán Daniel Bejas, ex apoderado del PJ”, criticó el senador de Juntos por el Cambio Martín Lousteau. Desde la agrupación radical Franja Morada lanzaron una campaña para la postulación de Lázzaro.
El pliego de Bejas está en el Senado de la Nación. Primero la comisión de Acuerdos deberá llamar a una audiencia pública con el postulante con una instancia previa de impugnaciones y adhesiones. Luego habrá dictamen de la comisión y la decisión final del pleno de la Cámara. La aprobación de un juez requiere una mayoría simple de votos con los que el oficialismo cuenta por lo que nadie duda que Bejas será el próximo juez la Cámara Electoral.
Así se completará el tribunal que tiene por delante las elecciones nacionales legislativas del año próximo que pueden ser inéditas por la posibilidad que se hagan con la pandemia del coronavirus, por lo que La Cámara ya comenzó a trabajar en su organización.