La escandalosa sesión de la Cámara de Diputados que tuvo como protagonista al renunciado Juan Emilio Ameri y a su affaire sexual atravesó otro momento de alto voltaje que terminó torciendo los planes del Frente de Todos, que ayer pretendía aprobar una ley que prohíbe la ayuda estatal a empresas radicadas en paraísos fiscales.
A priori el tema no era conflictivo y había un consenso entre distintos bloques para lograr la media sanción. De hecho, se realizó una votación en general y la iniciativa fue avalada con 131 votos positivos. Sin embargo, un cambio de último momento introducido por el diputado Carlos Heller originó la reacción de opositores y aliados del oficialismo.
Un discurso marcó un punto de quiebre en la Cámara baja. Fue el de Jorge Sarghini, integrante del bloque de Roberto Lavagna, que en un principio pretendía acompañar la iniciativa. Sin embargo, se vio obligado a pedir la palabra y explicar una maniobra que se había instrumentado en bambalinas y que ponía a la mayoría de los legisladores en una situación incómoda: se los empujaba a levantar la mano –virtualmente– para avalar algo que ni siquiera habían podido leer.
Enojado, haciendo equilibrio entre la vehemencia y un dejo de tristeza –hubo un tramo en el que pareció estar al borde de las lágrimas–, Sarghini pidió la palabra a las 2:52 y apuntó contra el presidente de la Cámara, Sergio Massa, y contra el bloque kirchnerista por lo que estaba sucediendo.
“Me es complicado explicar a mí por qué he tenido que cambiar el sentido de mi voto, he sido sorprendido en mi buena fe como también creo que han sido sorprendidos en su buena fe muchísimos diputados”, introdujo.
Y explicó: “Es inconcebible que un proyecto con unanimidad, con absoluto consenso, sin debate, minutos antes de votar lo cambien, agreguen porque alguien del oficialismo ha pedido que agreguen y no den lugar ni siquiera al análisis del mismo”.
“Nosotros somos un bloque que no hemos sido consultados, nadie nos dijo que iba a haber modificaciones, y esto es una falta de respeto que no podemos permitir. ¿Tienen conciencia ustedes de lo que están haciendo?”, preguntó.
Y avanzó: “¿Nosotros somos de palo? Somos diputados y estamos representando a una parte de la sociedad y debemos ser consultados. Podemos ponernos de acuerdo o no, pero de ninguna manera pueden hacer lo que hicieron”.
La intervención de Sarghini provocó un efecto en cadena. Otros legisladores empezaron a pedir la palabra y a rectificar el sentido de su voto, lo que impulsó a Massa a proponer la reconsideración de la votación (con dos tercios) y a enviar nuevamente el proyecto a la comisión de Presupuesto para que el oficialismo explique mejor los cambios propuestos.
El legislador de Consenso Federal aludió en sus palabras al escándalo sexual de Ameri y otras situaciones que suceden a diario en el país y ameritan una actitud seria de las personas con responsabilidades públicas para defender la institucionalidad.
“¡Por favor, presidente, reflexionen! Yo no sé cómo decirles que estamos en una situación que, si algo necesita, es fortalecimiento institucional; y hoy que todos estamos avergonzados por cosas que pasan estamos más obligados que nunca a dar señales de que quienes trabajamos, trabajamos en serio”, dijo.
“¿Cómo podemos ser llevados por delante de esta manera? Por favor, reflexionen; por favor, respeten las instituciones. Esto que han hecho es un bochorno. Cómo pueden hacer esto y llevarnos puestos. Están haciendo realmente un manejo del debate parlamentario que no merece ser hecho en momentos de tanta incertidumbre, en momentos de tanto problema para el país, en momentos donde en realidad si algo debiéramos demostrar es una estatura que su conducción de la Cámara, señor presidente, y su bloque de ninguna manera han tenido”, cerró.
El proyecto precisa que “la ayuda financiera realizada excepcionalmente por el Estado y sus diferentes organismos deberá excluir a las empresas registradas en paraísos fiscales o con probada evasión fiscal determinada por la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP)”.
En ese sentido, “se prohíbe al Estado nacional y cualquier otro organismo dependiente brindar ayuda financiera a las empresas que posean domicilio a los fines tributarios en los denominados ‘paraísos fiscales’ o aquellas en las cuales se ha comprobado fehacientemente una evasión fiscal por la Administración Federal de Ingresos Públicos”.
Entre las ayudas del Estado nacional que podrían verse alcanzadas por este proyecto, se encuentra el ATP (Asistencia de Emergencia para el Trabajo y la Producción), otorgado para completar el pago de salarios de trabajadores.
Según explicó otro diputado, el radical Luis Pastori, Heller introdujo una modificación en el proyecto para incluir a empresas “derivadas” a otras que tienen oficinas en Bahamas o Panamá o deudas con la AFIP.
“Estamos ampliando el universo de sujetos y esto requeriría un estudio más profundo y pormenorizado. Se hace una situación compleja que requeriría un mucho mejor estudio y análisis”, dijo Pastori.