Entre el 27 y el 30 de marzo, el 78,7% de la población evaluó como “positivas” las medidas que tomó Alberto Fernández para enfrentar la pandemia, un porcentaje que se mantuvo estable hasta mayo, cuando empezó a decaer, pero todavía en niveles altos hasta llegar en agosto a 40,8%. Entre el 10 y el 14 de setiembre hay una mayoría de 47,3% que considera “negativas” las medidas contra 35,5% que las evalúa “positivas”. Es la primera vez desde que se inició la serie que las críticas a la estrategia sanitaria superan largamente a los respaldos.
Para Lucas Romero, director ejecutivo de Synopsis, “la respuesta es natural a los resultados que están a la vista”. “A esta altura, creo que todos somos un poco epidemiólogos y podemos ver que la cuarentena es una estrategia recomendable para controlar la pandemia, pero debió estar acompañada por otras medidas”, agregó en diálogo con Infobae. Y puso el foco en lo que viene diciendo el ingeniero Tomás Pueyo, autor de la metáfora de “el martillo y la danza” a fines de marzo, lo que terminó convirtiéndolo en una referencia ineludible para muchos líderes políticos y empresariales de todo el mundo.
“La cuarentena es necesaria al comienzo, es el martillo que tenés que usar. Luego es insostenible, necesitás danzar, es decir, testear, rastrear y aislar. Nuestro país tiene el porcentaje de testeos más bajo del mundo y el Gobierno no hizo ninguna estrategia fuera del aislamiento, solo apeló a la cuarentena, a quedarse en casa, lo que tiene consecuencias económicas que terminan yendo en contra de la misma estrategia sanitaria, porque no hay cómo financiar el sistema", puntualizó Romero.
En paralelo, también se visualiza al Gobierno como el responsable de la crisis económica que se generó con la pandemia. Entre el 21 y el 25 de mayo de 2020 había paridad entre los que atribuían la responsabilidad de la situación económica a las medidas del Gobierno para controlar la pandemia. El 42,7% coincidió en que la responsabilidad era baja, en tanto el 41,9% consideraba que la responsabilidad era alta.
Pero ya cuatro meses después, creció en forma sostenida la crítica al manejo sanitario y el 55% considera que es alta la responsabilidad del Gobierno en el impacto económico, en tanto solo 31,2% considera que es baja esa responsabilidad. En especial, el dato que se destaca es que el 41,8% cree que el Gobierno tiene “toda la responsabilidad”.
“Venimos en una dinámica donde no da la impresión de que estemos en un proceso de recuperación, sino lo contrario", explicó Romero, “lo que obviamente tiene repercusiones en términos de la popularidad del Presidente y de la gestión”. Aunque "lo que estamos viendo hoy es que “la combinación de problemas sanitarios más una crisis económica sin horizonte está socavando al Gobierno y su imagen, por lo que supongo normal que el Presidente y el gobernador empiecen a dar señales de una salida del túnel, porque se viene el verano, la temporada y mucha gente necesita que la economía se ponga en marcha”.
Oro asunto a destacar es, para Romero, la diferencia entre lo que se visualiza como las prioridades de la agenda del Gobierno y la de la población. “El estudio lo marca claramente, y la prioridad que tiene la agenda jurídica para la población es de menos del 5%, a contramano del Gobierno”, destacó. Consultado acerca de por qué el Gobierno insiste en el tema, el consultor dijo que “evidentemente llegaron a la conclusión de que el último momento en resolver estos asuntos judiciales es ahora, más adelante empezará la batalla electoral y ya no habrá posibilidades”.
Aunque no hay candidatos y las elecciones están lejos, la caída del respaldo se puede medir también en términos electorales. Explicó Romero que “el 17% de los encuestados que votaron al Frente de Todos nos dijeron que ya no lo harían hoy, es lo que denominamos los desencantados. De 17%, el 75% piensa que la prioridad debe ser la economía, y el 78% piensa que no tiene que ser la pandemia la prioridad. Pero lo más inquietante para el Gobierno es que el 90% tiene una imagen negativa del Gobierno”.
Para el consultor, “si hay que buscar un factor explicativo de ese desencanto, hay algo que se muestra en forma elocuente: ese 17% que votó por el Frente de Todos y hoy no lo haría está muy disconforme con el protagonismo que está teniendo Cristina Fernández de Kirchner en este proceso político”. Y concluyó: “El 48,2% de gente que terminó votando a Alberto Fernández a pesar de Cristina y es precisamente este electorado el que se le está yendo en medio de este contexto económico”.
Según la encuesta, si las elecciones legislativas fueran hoy, solo el 35% votaría al Frente de Todos y el 48,7% estaría dispuesto a votar a “otra fuerza política”. Solo el 16,3% declaró que no sabe/no contesta. Los guarismos van en paralelo con la imagen presidencial, que sin la variable neutra está en 56,1% de imagen negativa contra 41,4% de imagen positiva. En cuanto a Cristina Fernández de Kirchner, su imagen negativa es de 63,6% y la positiva de 29,1% y neutra 6,4%.
El estudio fue realizado entre 1.674 casos en la Ciudad de Buenos Aires y principales ciudades de las 23 provincias del país, bajo una muestra estratificada y con relevamiento en línea, a través de las redes sociales. Se realizó un cuestionario estructurado y el campo se hizo entre el 10 y el 14 de septiembre.
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