La cúpula de la Confederación General del Trabajo (CGT) quiere organizar el 17 de octubre “una celebración peronista” por el Día de la Lealtad, al que serán invitados Alberto Fernández, los gobernadores oficialistas y dirigentes del Partido Justicialista. Por la pandemia, no se piensa en una movilización callejera sino en un acto que podría realizarse en un lugar simbólico como el salón Felipe Vallese del histórico edificio cegetista de Azopardo 802.
La idea será analizada esta tarde, desde las 17, durante una reunión virtual del consejo directivo cegetista, que también analizará la crisis de las obras sociales, sobre todo a partir de que se frenó el proyecto de aumentar los aportes al sistema de salud; el diálogo con el Gobierno, la marcha de las paritarias y la situación del empleo, entre otros temas.
En la reunión que se hizo hace doce días en la Quinta de Olivos, seis dirigentes de la CGT le pidieron al Presidente que “el peronismo tuviera más espacio en el Gobierno”, en referencia a los gobernadores, los intendentes y los propios sindicalistas. Alberto Fernández estuvo de acuerdo, según fuentes cegetistas. Y nadie habló de Cristina Kirchner.
Con ese espíritu surgió luego la propuesta de festejar el 17 de octubre, aunque la iniciativa será considerada por el consejo directivo de la CGT y, en caso de aprobarse, sondearán a representantes del peronismo para que concurran. “¿Invitarán a dirigentes kirchneristas?”, preguntó Infobae a un sindicalista. “Será un acto peronista”, respondió, lacónico.
En el ánimo de los dirigentes de la CGT todavía pesa la indignación por la negativa del bloque de diputados bonaerenses a rendirle homenaje en la Legislatura provincial a José Ignacio Rucci, el ex líder de la central obrera que fue asesinado el 25 de septiembre de 1973 por el grupo terrorista Montoneros, actitud que trajo ecos (aunque sin violencia) de la feroz lucha interna que se dio entre sectores y de izquierda del peronismo en la década del 70.
Para Claudia Rucci, hija del sindicalista asesinado, “dentro del Frente de Todos, los peronistas están obligados a disimular su identidad. Hegemoniza el cristinismo y acompañan -dócilmente- muchos peronistas que pasaron a la clandestinidad. El cristinismo se asume como continuidad histórica de quienes lo asesinaron”.
El malestar sindical derivó en la difusión de un comunicado de prensa y en la publicación de una solicitada en la que, luego de ensalzar la figura de Rucci, la CGT consideró: “No podemos menos que sentirnos menoscabados en nuestro sentir justicialista cuando se niega un merecido homenaje sólo por considerar en ello matices políticos”.
El salón Felipe Vallese de la sede cegetista, que lleva el nombre el primer obrero desaparecido, en 1962, y en el que habló varias veces Juan Domingo Perón, tiene capacidad para 300 personas sentadas, por lo que los dirigentes estiman que puede garantizarse el distanciamiento social necesario para evitar contagios entre los que asistan al acto.
Por otra parte, en la reunión virtual de hoy también se dará un informe sobre la situación de las obras sociales, sobre todo luego de que quedó congelada la propuesta de aumentar los aportes de los trabajadores y empleadores al sistema sindical de salud, que era negociada por la CGT y el Gobierno, ante la resistencia de algunos dirigentes.
La idea que se estaba conversando era aumentar del 3% al 4% del salario los aportes de cada trabajador para las obras sociales del 6% al 7% las que paga el empleador, con lo cual las contribuciones al sistema ascenderían en total del 9% al 11%. Con una recaudación mensual de 29.000 millones de pesos, se estima que los dos puntos de suba de aportes representarían unos 6.000 millones mensuales adicionales que ayudarían a financiar el sistema de salud.
Luego de que las tratativas para avanzar con ese proyecto fueron reveladas sorpresivamente por el ministro de Salud, Ginés González García, se mostró en desacuerdo el vicepresidente Asuntos Laborales e Internacionales de la Unión Industrial Argentina (UIA), Daniel Funes de Rioja, quien afirmó a Infobae: “No estamos de acuerdo con más impuestos al trabajo que generan más informalidad, menos empleo y menos competitividad”.
Pero también se opuso el líder del sindicato La Fraternidad Omar Maturano: “¿Vamos a poner otro 1% y la plata la va a manejar el Estado Nacional, que después se la lleva para otro lado y no cubre las necesidades de las obras sociales? No quiero eso. Si tenemos que poner más plata, quiero que la administremos nosotros”, advirtió a Infobae.
De todas formas, la CGT también acordó con el Gobierno avanzar con cambios en las obras sociales para mejorar su eficiencia y evitar que se siga desfinanciando. En la reunión realizada en Olivos, y luego de escuchar un informe en boca de los sindicalistas, el Presidente coincidió que “es necesario reformular todo el sistema de obras sociales”.
El proyecto de aumentar los aportes quedó frenado (aunque no desactivado), pero lo que se mantiene vigente es la elaboración de un proyecto de ley complementaria que los dirigentes cegetistas buscan que se sancione para corregir asimetrías y distorsiones en el sistema de obras sociales, que ocasionan ineficiencia en la utilización de los recursos.
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