Después de seis meses de pandemia y cuarentena, y con el coronavirus como tema central de los argentinos, el jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta, se convirtió en el dirigente político con mejor imagen del país. El presidente Alberto Fernández quedó en un segundo lugar, mientras que en un tercer escalón aparecen el vicejefe de Gobierno porteño, Diego Santilli y la ex gobernadora bonaerense María Eugenia Vidal.
Los datos surgen de una encuesta de la consultora Aresco que tomaron estado público en las últimas horas. Infobae se contactó con Federico Aurelio, director de la empresa, quien corrobó la veracidad de los datos y explicó los motivos de las modificaciones en la valoración de la sociedad sobre los principales políticos del país.
Rodríguez Larreta ostenta una imagen positiva del 68%, mientras que Fernández está en el 57%. Ambos habían tenido un crecimiento exponencial durante el inicio de la pandemia debido a que la gente valoró positivamente la gestión compartida en la zona más poblada de la Argentina y con mayor nivel de contagios. El Presidente llegó a crecer 30 puntos (alcanzó el 83% de imagen positiva) y el alcalde porteño unos 20 puntos (su techo fue de 73% de imagen positiva).
¿Cómo logró mantenerse Rodríguez Larreta en el tiempo y, en los últimos meses, dar un nuevo salto para superar a Fernández? Lo responde Aurelio. “El jefe de Gobierno porteño no tuvo desgaste adicional durante los meses de la pandemia y tuvo una presencia permanente en los medios”, indicó. En ese sentido, explicó que “tiene una imagen positiva superior a los votos que tuvo Cambiemos” y que “generar la suspensión de la grieta en una parte del electorado que no lo votó”.
Según Aurelio “hay un porcentaje importante de los votantes del Frente de Todos que valoran a Rodríguez Larreta positivamente”, porque sino sería imposible que alcance los valores de imagen positiva que alcanzó. El consultor también marcó que “que la vocación permanente de diálogo” y la “decisión de no meterse en la discusión de la dirigencia” fueron una ayuda para él, que hace pie en una modalidad de discurso apoyada en hablar “día a día de los problemas que tienen los argentinos”.
El Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires canalizó para su beneficio el diálogo que se estableció durante la pandemia con los sectores del oficialismo. Se mostró abierto, dispuesto, negociador. Incluso, hasta en el momento en que el gobierno nacional decidió quitarle un punto de la coparticipación. Sin embargo, ese hecho puntual lo trasladó al centro de la escena política.
“Esa diferencia con el Presidente reposicionó a Rodríguez Larreta como el candidato opositor. La gente ve en él al mejor candidato que tiene la oposición frente a este Gobierno”, explicó Aurelio, haciendo diferencia en la discusión por la coparticipación, al tiempo que resaltó que la pandemia le permitió tener mayor visibilidad a nivel nacional y que su imagen crezca en el interior del país”.
El crecimiento del dirigente opositor le dio impulso a la imagen positiva de Diego Santilli, vicejefe de Gobierno porteño, que llegó a un 52%. Santilli fue uno de los principales voceros del gobierno porteño en los temas vinculados a la pandemia y los acuerdos con el gobierno nacional y bonaerense. “Tuvo un crecimiento brutal”, aclaró el encuestador.
Un poco más arriba aparece la ex gobernadora María Eugenia Vidal, que lleva 9 meses sin salir en los medios de comunicación y cultiva un bajo perfil que solo suele romper con algún mensaje en sus redes sociales o apariciones esporádicas en Zoom con dirigentes de su espacio político. Tiene un 57% de imagen positiva.
Aurelio explicó el recorrido de la imagen de la ex gobernadora. “Durante los primeros años del macrismo fue la dirigente nacional con mejor imagen. En el 2019, año electoral, su imagen se deterioró en el país y en la provincia de Buenos Aires. Después de esas elecciones, comenzó a crecer nuevamente, tanto a nivel nacional como provincial”, detalló.
Según el relevamiento de la consultora Aresco, los principales dirigentes de la oposición crecieron en imagen positiva. Pero los del oficialismo siguieron un recorrido similar, aunque quedaron un escalón más abajo. Alberto Fernández es el segundo dirigente nacional con mejor imagen positiva. El 57% que tiene actualmente es, en términos de comunicación política, un buen número.
El Presidente bajó todo lo que había subido en lo que respecta al nivel de aprobación de su imagen y de su gestión. Sin embargo, su piso es alto. Sobre todo teniendo en cuenta que gobierna un país que arrastra una profunda crisis económica. El crecimiento de su aprobación se dio, según señaló Aurelio a este medio, por la confianza que la sociedad depositó en él para gestionar la pandemia y el posterior método que utilizó: diálogo y acuerdos con todos los gobernadores del país, sin importar el partido político.
¿A qué se debe el descenso en los niveles de aprobación? “La principal cuestión que explica el desgaste de Alberto es la problemática económica. Es lo que más les preocupa a los argentinos. A muchos argentinos se les redujeron los ingresos. Y la economía fue el factor principal del voto del Frente de Todos", sostuvo el consultor. Acto seguido, aclaró: “Si bien consideran que la pandemia es un factor que incide en la economía, después buscan un responsable ulterior. Buscan que tomen medidas conducentes para paliar la problemática económica”.
Aurelio se encargó de remarcar que el Jefe de Estado tiene 57% de imagen positiva y un 40% de negativa. Ese diferencial de 17 puntos le sigue dando un saldo favorable. La diferencia que se generó ahora es que hay un dirigente que mide mejor y que es uno de los referentes de la oposición. “La perdida de imagen que tuvo Fernández es producto de aquellos que no lo votaron y que habían generado un espacio de confianza, que lo terminaron perdiendo”, señaló.
“Estamos hablando de imágenes, que son un factor muy importante en el posicionamiento de un político, pero no es factor suficiente para generar un voto”, aclaró el consultor, que recordó que Roberto Lavagna tenía un buen nivel de imagen positiva pero no la pudo capitalizar en votos.
Kicillof tiene el 51% de imagen positiva y el 47% de negativa. La valoración de su gestión en la provincia de Buenos Aires es positiva. También tuvo un crecimiento en el inicio de la pandemia y también una disminución en las últimas semanas. “Volvió, al igual que el Presidente, a los valores que tenía antes de la pandemia”, afirmó Aurelio. Y resaltó que gobernando una provincia llena de problemas como lo es Buenos Aires, es “muy meritorio” que el gobernador mantenga eso niveles de aprobación.
“El segmento crítico de Kicillof es el no votante. Le cuesta mucho cruzar la grieta. En cambio, lo que le permite a Rodíguez Larreta marcar la diferencia es que consigue tener imagen positiva dentro del segmento de argentinos que votaron a otro espacio político”, sostuvo el consultor.
Ese impedimento no solo lo tiene el gobernador bonaerense, sino también Cristina Kirchner y Mauricio Macri. Son dos polos muy alejados del centro. “Cristina está estable. No tuvo crecimiento durante la pandemia. Hace mucho tiempo que esta igual. Tuvo una gran caída en el 2016, en el primer año del gobierno de Macri, y se recuperó en el 2017. No deja de tener una imagen positiva interesante a la hora de construir un voto futuro o un voto pasado, como el que aportó en el 2019”, aseguró.
En lo que respecta al ex presidente Macri, dijo que “tiene un desgaste muy reciente” y “una menor imagen positiva”, pero que aplica “la misma lógica que con Cristina” porque “son dos dirigentes que difícilmente puedan ser valorados por aquellos que no los votaron".
Por último, repasó que “el perfil que prefiere la sociedad, tanto de dirigentes oficialistas como opositores, es el moderado”. Y afirmó: “Los menos moderados son los que tienen peor imagen”.
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