Al cumplirse 15 años del fallecimiento de Simón Wiesenthal, el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, recibió a una delegación del Centro Wiesenthal para América Latina para honrar su memoria y destacar su labor contra el racismo y la xenofobia.
Simón Wiesenthal es dueño de una historia de vida increíble. Estuvo detenido en cinco campos de concentración durante el nazismo. Había sido un arquitecto exitoso pero atravesado por su experiencia, se dedicó a otra actividad: concluida la Segunda Guerra Mundial, se convirtió en “cazador de nazis". Falleció el 20 de septiembre de 2005 a sus 97 años en Viena, Austria.
Rodríguez Larreta destacó la importancia de las políticas de inclusión y diversidad, recordando que durante su mandato anterior, el Centro obtuvo de la Legislatura las declaraciones de interés en la promoción y defensa de los derechos humanos para el Programa de 11 Puntos contra el Racismo, la Xenofobia y la Discriminación en el Deporte y para el Fondo Simon Wiesenthal sobre Holocausto y Antisemitismo en la Biblioteca Nacional.
Durante el encuentro,el doctor Ariel Gelblung, Director del Centro Wiesenthal para América Latina, le entregó una copia de la llamada Carta Gemlich, primera manifestación escrita en 1919 por Adolf Hitler donde anticipaba sus planes antisemitas de exterminio, y lo invitó a ver la original en una futura visita al Museo de la Tolerancia en la Sede Central de Los Ángeles cuando las condiciones sanitarias lo permitan.
Por su parte, la subsecretaria de Derechos Humanos y Pluralismo Cultural de la Ciudad de Buenos Aires, Pamela Malewicz, señaló que el Centro había propuesto otorgar el nombre de Simon Wiesenthal a un espacio público de la ciudad; Rodríguez Larreta dio su visto bueno para seguir adelante con el proyecto.
“Estamos encantados de que la Ciudad Autónoma de Buenos Aires -sede de nuestra oficina latinoamericana desde 1993- siga ahora el ejemplo de París, que dedicó una plaza en la Ciudad de la Luz a Simon y Cyla Wiesenthal. La placa debe señalar claramente el papel de Wiesenthal, para educar sobre los peligros de la incitación al odio”, comentó el Director de Relaciones Internacionales del Centro, Dr. Shimon Samuels.
Mientras que Gelblung destacó: “Los ciudadanos de Buenos Aires tienen presente el legado de Simón Wiesenthal, quien impulsó el principio de ‘Justicia, No Venganza cuando no existían Tribunales Internacionales’. Los argentinos de hoy asumen con responsabilidad que el país dió refugio a muchos de los aproximadamente 1.100 criminales nazis y sus cómplices a quienes nuestro mentor identificó”.
Simón Wiesenthal nació el último día de 1908 en Buczacz, Galicia, que en ese entonces era parte del Imperio Austro-Húngaro y en la actualidad integra el territorio ucraniano. Se casó con Cyla Müller en 1936. La Primera Guerra Mundial le quitó a su padre. La Segunda Guerra Mundial mató, durante seis años, a gran parte de su entorno familiar. Ambos fueron enviados al campo de concentración de Janowska, donde Simón pudo hacer escapar a su esposa. Cuatro años después, en mayo de 1945, lo liberaron las tropas norteamericanas del campo de cautiverio de Mauthausen. Luego dedicó su vida a cazar nazis, para aplicar la justicia y no la venganza.
Wiesenthal fue una figura de vital importancia en la búsqueda de justicia y en mantener viva la memoria. Lo desvelaba la conservación de la memoria y honrar a los muertos en manos nazis. La lucha de Wiesenthal contra la impunidad llegó casi hasta el final de sus días. Se retiró en el 2003, dos años antes de morir a los 96 años. En esa oportunidad dijo: “Ya hice mi tarea. Los sobreviví a todos ellos. Si queda alguno ya está demasiado viejo y débil para enfrentar a los jueces”.
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