En medio de un día caótico marcado por las restricciones cambiarias impuestas desde el Banco Central y tras la noticia de nuevas empresas extranjeras que decidieron abandonar el país, la plana mayor del Gobierno en política exterior buscó enviar ayer a Estados Unidos un inequívoco mensaje de tranquilidad y certidumbre hacia el futuro inmediato ante un planteo concreto: se pidió a las empresas norteamericanas acompañar con “una nueva corriente de inversiones que favorezca la recuperación económica iniciada” y se dejó en claro que Alberto Fernández está elaborando “un plan de medidas” para salir de la crisis desatada por la pandemia.
A lo largo de una videoconferencia preparada para el Foro de Negocios Argentina-Estados Unidos, el canciller Felipe Solá dijo que “la Argentina invita a los Estados Unidos, primer inversor extranjero en el país, con un stock acumulado de USD 17.000 millones en inversión externa directa, a acompañarnos con una nueva corriente de inversiones que favorezca la recuperación económica que hemos iniciado”.
Del otro lado escuchaban atentos los empresarios nucleados en el Consejo Empresarial Argentina-Estados Unidos, creado en el ámbito de la Cámara de Comercio de Estados Unidos; el embajador norteamericano, Edward Prado y el secretario de Comercio de Donald Trump, Wilbour Ross.
El canciller Solá no fue el único que habló en la videoconferencia cerrada al público. También enviaron mensajes de optimismo desde el Gobierno el ministro de Producción, Matías Kulfas; el embajador argentino en Washington, Jorge Argüello y el secretario de Asuntos Estratégicos de la Presidencia, Gustavo Béliz, quien la semana pasada desistió a último momento de postularse para competir contra el norteamericano Mauricio Claver-Carone por la presidencia del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
El Foro organizado por la Cámara de Comercio de Estados Unidos estaba pautado desde hace más de un mes e incluso se había previsto el cierre del presidente Alberto Fernández, quien por “problemas de agenda” de último momento no pudo asistir ni siquiera virtualmente.
Por todo esto, la coyuntura de un día caótico en los mercados jamás estuvo pensada. Aunque sugestivamente, en la reconstrucción que pudo hacer Infobae, no se habló de la pulseada por el BID, ni de las recientes restricciones del Banco Central o del éxodo de empresas extranjeras de la Argentina.
La falta de una mención al tema del BID, donde por primera vez en la historia Estados Unidos se hará cargo del directorio, tuvo un justificativo entendible en la videoconferencia de ayer: es que el sábado pasado el presidente Alberto Fernández se comunicó con Claver-Carone para felicitarlo por su elección, hablaron de dejar atrás las diferencias que hubo por la batalla del BID y se plantearon objetivos comunes hacia el futuro.
Tanto el embajador Prado como el secretario de Comercio, Ross, dejaron entrever en el diálogo virtual con los funcionarios argentinos que el mensaje de la administración Trump es trabajar en lazos comunes de confianza para generar clima de negocios en ambos países, al mismo tiempo que se mencionó la necesidad de que en la Argentina haya libertad empresaria para la autogestión dentro de un esquema de capitalismo privado y la búsqueda de actividades que generen la inversión en el campo del turismo, la energía y las compañías norteamericanas de servicios profesionales.
El canciller Solá habló de la nueva etapa de relaciones que se vienen con Estados Unidos. “Habiendo logrado una reestructuración sostenible de nuestra deuda pública con acreedores privados y después de haber iniciado oficialmente las consultas para acordar un nuevo programa con el Fondo Monetario Internacional (FMI), se abre un periodo de excelentes oportunidades para la llegada de inversiones productivas a la Argentina”, señaló.
También el ministro de Relaciones Exteriores admitió que la Argentina es consciente de la dimensión de los desafíos que enfrenta y de que éstos se han potenciado por el impacto económico devastador que generó mundialmente la pandemia de COVID-19. “Frente a este panorama, en el ámbito económico-comercial, la Cancillería implementa una estrategia activa para la promoción del comercio con el mundo, complementada con la atracción de inversiones productivas”, dijo para dar un mensaje de certeza.
De inmediato, Solá remarcó que “los Estados Unidos y su sector privado ocupan un rol protagónico, como históricamente lo han venido haciendo, para contribuir con el desarrollo económico de nuestro país a través de sus inversiones y del intercambio comercial.”
A pesar de las diferencias ideológicas que hay entre los gobiernos de Trump y Alberto Fernández, el canciller Solá quiso dejar en claro que la Argentina buscará con Estados Unidos “desarrollar aún más nuestras relaciones económicas bilaterales, sólo podrán ser alcanzadas a través del camino del diálogo y la cooperación” para promover un “mayor aprovechamiento del potencial de la relación económica bilateral”.
Fue allí mismo cuando Solá pidió que un incremento de las inversiones norteamericanas en la Argentina para “generar empleo y, en particular, dinamizar nuestras exportaciones, al tiempo de tender hacia un mayor equilibrio de los saldos comerciales”.
Hubo otro mensaje entre líneas que deslizó el canciller argentino hacia Washington. Fue cuando dijo que la administración de Alberto Fernández puede tener “actitudes políticas de suma independencia pero tenemos también realismo y pragmatismo y además una gran admiración por lo que los demás hacen bien”. Y para que no quedaran dudas del destinatario del mensaje aclaró: “Por eso admiramos lo que hacen bien los Estados Unidos.”
Béliz fue uno de los más cautos a la hora de trazar un análisis del futuro inmediato al deslizar las dificultades económicas que la Argentina atraviesa por “problemas estructurales e históricos”.
Y el embajador Argüello destacó desde Washington el mensaje de certezas: “El gobierno argentino está elaborando un plan de medidas para reactivar la economía, basado en la producción y generación de empleo genuino y con perspectiva federal”, dijo ante los empresarios y funcionarios norteamericanos. Claro que no dio detalle alguno de ese plan de medidas que prepara Alberto Fernández para salir de la crisis.
Profundo conocedor de la agenda bilateral, Argüello destacó también que “el foco estará en aumentar las exportaciones y las inversiones, como dos motores económicos fundamentales para el crecimiento y el empleo de calidad, al tiempo que promueven la competitividad económica y la innovación”.
En contra de todo tipo de panoramas futuros agoreros para la economía, el embajador argentino en Washington remarcó también que la crisis hoy “nos coloca ante el desafío de aprovechar la actual coyuntura de cambios en las cadenas globales de valor y de suministro, provocada por la pandemia y la necesidad de muchas empresas de tener sus líneas de suministro más cerca de sus casas matrices”.
Desde el empresariado norteamericano las voces que intervinieron en la videoconferencia dejaron en claro dos mensajes: el primero tuvo que ver con la idea de resaltar “la importancia del desarrollo del capital privado, las políticas públicas para recuperar nuestras economías y garantizar la estabilidad de las reglas de juego que permitan mantener y promover la inversión privada y generar empleo genuino en el sector formal de la economía”.
El segundo mensaje del estabislhment de Estados Unidos que invierte en la Argentina apunto a que “en estos momentos, en los cuales la pandemia de coronavirus y las medidas de prevención adoptadas para tratar de minimizar sus efectos, han tenido y van a tener en el futuro impactos económicos importantes, los factores mencionados adquieren crucial importancia”.
Consultado por Infobae, el canciller Solá aclaró: "Las empresas que se van del país no se van por un elemento de inseguridad jurídica. Se van y lo dicen porque no pueden mantener buena parte de sus costos en razón de la caída de la demanda y otras se van porque la Argentina después seis meses de pandemia y semiparalisis económica tiene una demanda muy baja y una caída de ingresos muy alta. Esa es la razón principal, no la inseguridad jurídica”.
A la vez, el Canciller afirmó: "Una restricción cambiaria que afecta al ahorrista común no puede ser usada por las empresas grandes para eso. Afecta también el consumo en el exterior”. También remarcó que “con la deuda, sin haber cerrado con el FMI todavia, y con la caída de exportaciones no tradicionales, la cuestión de las reservas en un gobierno que decidió no endeudarse pasa a ser una cuestión de Estado. De todos y cada uno de nosotros. Entre 2018 y 2019 financiamos con la de todos una impresionante fuga de los más ricos. Está es la consecuencia. Y las empresas extranjeras que honran en pesos quedaron afuera del anticipo de ganancias”.
Además de Solá, Arguello, Béliz, Kulfas, Ross y Prado, participaron de la videoconferencia Neil Herrington, vicepresidente senior de la Cámara de Comercio; Alejandro Díaz, CEO de AmCham Argentina; el jefe de Gabinete de la Cancillería Guillermo Chávez y empresarios norteamericanos y argentinos con inversiones en ambos lados.
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