El choque fue frontal y a la vista de Alberto Fernández: el titular del Banco Central, Miguel Pesce, propuso que se terminara con la venta de los 200 dólares mensuales, mientras que el ministro de Economía, Martín Guzmán, evaluó que esa decisión financiera no terminaría con la caída sistemática de las reservas públicas. Fue un combate singular por el diseño de la política financiera, que cruzó todas las reuniones que el Presidente mantuvo con Guzmán y Pesce. Se trataba de una diferencia binaria –blanco o negro; uno o cero–, que se resolvió en Olivos cuando el goteo de los dólares-ahorro cercó a los protagonistas en disputa.
Alberto Fernández confía en los criterios técnicos de Guzmán y Pesce, y necesita a los dos en su Gobierno. Por eso fue muy equilibrado en el manejo de la crisis interna que enfrentó al ministro de Economía con el titular del Banco Central. Pero al momento de dirimir la pulseada, el Presidente optó por el criterio restrictivo de Pesce, aunque mantuvo la cuota de compra de 200 dólares-ahorro como pretendía el jefe del Palacio de Hacienda.
Alberto Fernández considera fundamental que las reservas se mantengan estables y Pesce fue más convincente al momento de presentar un plan que encajara en las necesidades políticas de Olivos.
Guzmán entendió la perspectiva presidencial, y se plegó a la idea de Pesce, aunque tenía otras alternativas que protege como un secreto de Estado. Esas ideas sólo son conocidas por Alberto Fernández, que sólo contesta enigmático cuando se le pregunta vía chat en qué consistían.
Pesce alertó de la situación de las reservas durante un cónclave que tuvo con Alberto Fernández en la quinta presidencial. Guzmán estaba concentrado en la negociación con los acreedores privados, y consideró imprudente terminar con la posibilidad de la compra de 200 dólares por mes. Fue un primer lance que preocupó al jefe de Estado: no tenía tiempo ni espacio para resolver una crisis interna entre Economía y el BCRA.
“Los dos tenían razón. Miguel (Pesce) estaba preocupado por las reservas, y Martín (Guzmán) pensaba que era una medida sólo para aguantar. Y no había forma de que se pusieran de acuerdo", reveló un miembro del gabinete que trabaja en la Ciudad y viaja todos los días a Olivos.
Pesce conoce cómo funciona el poder en tiempos peronistas y Guzmán tiene el crédito de haber cerrado la negociación con los fondos de Wall Street. Los dos trabajaron en proyectos alternativos, y los dos llegaron con sus papers y sus explicaciones al despacho presidencial.
Alberto Fernández escuchaba a los dos, mientras continuaba el goteo y en Economía se preparaba el Presupuesto Nacional 2021. No era un dato menor: lo que decidiera el jefe de Estado debía incluirse en el Presupuesto que ayer aterrizó en la Cámara de Diputados.
A principios de septiembre, Alberto Fernández convocó a Guzmán y a Pesce para cerrar las diferencias técnicas-políticas. El titular del Banco Central exigió que se terminara el dólar-ahorro, mientras que el ministro reiteró –una y otra vez– que prohibir el dólar-ahorro no era una medida para resolver el problema integral de las reservas. Fue un encuentro tenso, que el Presidente laudó en una solución política de corto plazo.
“Se mantuvieron los 200 dólares de compra para ahorro, pero se ajustó por el precio. Por eso, pusimos el 35 por ciento de Ganancias, y que todo te sume al momento de sacar las cuentas. Desde tus gastos en la tarjeta de crédito, hasta la suscripción de Netflix o Amazon”, explicó a Infobae un miembro del Gobierno a prueba de desmentidas.
—Entonces, el Presidente tuvo en cuenta la opinión de Pesce...
—Esto es un compromiso entre Pesce y Guzmán, en un contexto donde Pesce quiso prohibir el dólar-ahorro y Guzmán se opuso. Entonces, Pesce trajo una idea más elaborada, y Guzmán aceptó.
—¿Cuál fue la idea más elaborada?
—Se encareció el dólar-ahorro. El Banco Central no da acceso al 100 por ciento para amortizar capital de deuda en dólares, sino a 40 por ciento para incentivar el refinanciamiento. Y se elimina parking a la entrada del Contado con Liqui y en el MEP para que no haya riesgo cambiario para el que quiere vender dólares.
—¿Ese esquema aceptó el Presidente?
—Sí. Fueron muchas semanas de negociación, pero se llegó a un acuerdo.
La diagonal financiera que aportó Pesce quedó bajo estudio de Cecilia Todesca, vicejefa de Gabinete, y Mercedes Marcó del Pont, titular de la AFIP. Las dos hicieron un análisis técnico que elevaron al jefe de Gabinete, Santiago Cafiero. A su turno, el jefe de Gabinete viajó varias veces a Olivos para comentar las perspectivas técnicas de Todesca y Marcó del Pont.
Alberto Fernández tomó en cuenta las opiniones de Todesca y Del Pont, continuó con su mediación con Pesce y Guzmán, y en la soledad de Olivos decidió que se anunciaran ayer junto con los parámetros básicos del Presupuesto Nacional. El Presidente quería que Guzmán explicara el Presupuesto y que Pesce informara sobre las nuevas medidas que limitan la compra del dólar ahorro.
Todo el mismo día.
En ese contexto, en la Casa Rosada se acordaron de la conferencia de prensa liderada por Marcos Peña, Nicolás Dujovne y Federico Sturzenegger que sirvió para anunciar las nuevas metas inflacionarias del gobierno de Mauricio Macri. Sucedió el 28 de diciembre de 2019, Día de los Inocentes. Y sirvió de poco.
Con ese fuerte recuerdo político, en Olivos resolvieron que Guzmán y Pesce hicieran presentaciones separadas. El ministro convocó a una conferencia de prensa “embargada”, mientras que el titular del Banco Central presentaría sus iniciativas dos horas más tarde.
Y así ocurrió.
Guzmán y Pesce ahora se miran de reojo. Si el plan no funciona, uno de los dos pagará. Es lo que opinan en Olivos.