La etapa actual del aislamiento obligatorio en el AMBA se acerca nuevamente a su fin y durante los próximos días los gobiernos nacional, bonaerense y porteño deberán sentarse una vez más a definir cómo encarar la lucha contra la pandemia durante las próximas semanas.
A pesar de que tanto el alcalde Horacio Rodríguez Larreta como el presidente Alberto Fernández insistieron en que mantendrán el nivel de diálogo habitual, las reuniones de coordinación de esta semana estarán marcadas por un clima de tensión política a raíz de la quita de más de un punto de la coparticipación que recibe la ciudad de Buenos Aires.
Cerca del jefe de Gobierno aseguran que “todavía no hay ninguna reunión en agenda” entre el jefe de Gobierno y el Presidente, pero adelantan que “allí estarán” si los convocan. “Cuando se trate todo lo que sea tema pandemia vamos a seguir trabajando coordinadamente”, aclararon. Queda claro que para cuestiones políticas no habrá buena predisposición.
Mientras el equipo legal del gobierno porteño se prepara para hacer su presentación ante la Justicia en un intento de frenar la reducción de recursos, la carteras sanitaria, de educación y de desarrollo económico se concentran en avanzar con el plan de flexibilización de la cuarentena.
El principal objetivo de las autoridades porteñas para esta semana será “encontrar un punto de encuentro” que permita el retorno a las aulas de los alumnos que no pudieron seguir con las clases virtuales por problemas de conectividad. La medida había sido anunciada hace varias semanas pero el ministro de Educación, que dirige Nicolás Trotta, finalmente no aprobó los protocolos necesarios.
La nueva propuesta apunta a retomar la presencialidad a partir del 28 de septiembre en espacios abiertos como plazas y parques. En una primera etapa apuntaría a los 6.500 chicos que perdieron completamente el vínculo con la escuela, y más adelante, se concentraría en los últimos alumnos de cada nivel, es decir, séptimo grado y quinto año. También se contempló la situación de los adultos que están estudiando profesiones y oficios, y necesitan dar exámenes para insertarse laboralmente.
En el plano económico, desde la cartera de Desarrollo insisten en que la prioridad es consolidar lo que ya está funcionando: el 98% de los comercios y el 100% de la industria. Por eso, descartaron la vuelta a la actividad del personal doméstico en la próxima flexibilización.
Durante los últimos días había trascendido que el gobierno porteño estudiaba la posibilidad de habilitar esta actividad únicamente para los trabajadores residentes en la ciudad. Teniendo en cuenta que la mayor parte del servicio doméstico vive en provincia de Buenos Aires, se evaluó que esa restricción podría ayudar a evitar aglomeraciones en el transporte público. Sin embargo, los últimos datos epidemiológicos terminaron de inclinar la balanza en su contra. “Por ahora no está en carpeta”, resumieron fuentes al tanto de la negociación.
Tal como explicó el ministro Fernán Quirós en la conferencia de prensa de este lunes, la curva de contagios viene “descendiendo día a día” durante las últimas “dos, tres semanas”. Sin embargo, reconoció que la cantidad de casos está amesetada en un nivel “alto” que fluctúa entre los 1.100 y 1.300 desde hace unos nueve semanas. En esa línea, la cartera sanitaria considera que los números todavía no alcanzan para activar actividades en las áreas cerradas “en ninguna de las dimensiones”.
Pero sí se intentará llevar a la práctica los anuncios hechos hace 20 días sobre el sector gastronómico. El gobierno porteño insistirá en habilitar los patios y terrazas de bares y restaurantes que quedaron vedados por decreto tras el último anuncio.
Además, buscarán seguir sumando más locales que puedan sacar mesas a las veredas. En la primera etapa comenzaron por quienes ya tenían autorización para ocupar esos espacios antes de la pandemia. Ahora será el turno de quienes no solían tener mesas afuera pero ya presentaron los nuevos protocolos.
En cuanto a los bares, que le trajeron más de un dolor de cabeza y muchas críticas a Rodríguez Larreta por las imágenes viralizadas de jóvenes amontonados, aseguran que tras la “euforia” de los primeros días ya comenzó a “moderarse”. Algo similar a lo ocurrido con los runners, señalan.
Las construcciones de más de 5.000 metros cuadrados y/o con menos de 90 días para su finalización también podrían retomar la actividad a partir del lunes si obtienen el visto bueno de Nación. Para más adelante quedarán los shoppings y los gimnasios. A pesar de que ambos sectores presentaron los protocolos correspondientes, no serán parte de la negociación esta semana.
Durante el fin de semana, también se terminará de coordinar un operativo para tener mayor “presencia concientizadora” en plazas y parques de cara al Día de la Primavera, que tradicionalmente concentra a miles de estudiantes al aire libre. El objetivo será evitar fotos bochornosas de jóvenes aglomerados sin distancia social como ocurrió el primer día en que se habilitaron los bares.
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