Con “bronca” y “dolor” por la decisión del Poder Ejecutivo Nacional de quitarle más de 30 mil millones de pesos de coparticipación a la Ciudad de Buenos Aires, el vicejefe de Gobierno porteño Diego Santilli, aseguró que el diálogo con Alberto Ferández está “lesionado”, y comparó con otros países de la región para cuestionar el estancamiento de la Argentina. “¿Por qué otro países pueden crecer y nosotros seguimos metiéndonos más en un camino que no tiene solución, que no nos lleva a ningún progreso ni a ningún futuro?”, se preguntó.
Santilli lamentó la transferencia de recursos de la Ciudad a la Provincia de Buenos Aires por decreto ya que debido a la pandemia había una “relación que venía funcionando” con el Gobierno Nacional más allá de las diferencias partidarias e ideológicas. “Lo del otro día lesiona ese diálogo y confianza que se venía construyendo”, expresó en declaraciones a TN.
“Veníamos construyendo diálogo en la diversidad, encontramos puntos de acuerdo que nos permitió ir resolviendo estas situaciones, y lo del otro día de manera abrupta, y no planificada, daña los recursos de la Ciudad y de los argentinos que vienen todos los días a trabajar", ahondó Santilli quien proyecta para el 2021 que la quita de coparticipación impactará en 50 mil millones de pesos.
Más allá de la profundización de grieta entre oficialismo y oposición, el Gobierno Nacional junto a la Ciudad y la Provincia de Buenos Aires deberán seguir trabajando en conjunto en medidas para combatir el impacto de la pandemia en el AMBA. Por ello, el vicejefe porteño insistió que la decisión que “lesiona” el diálogo “nos dio bronca y dolor, pero de ninguna manera -y menos en este momento- tenemos que interrumpir nuestra convicción de seguir dialogando”.
“La relación no se ha roto ni se debe romper, la gente tiene mucha angustia como para ver a la política disputando, tiene angustia de saber cómo sigue, qué va a pasar, si va a tener trabajo mañana.... Son 180 días. Tenemos que ponernos de acuerdo, vamos a tener mas meses de trabajo en conjunto”, contextualizó. No obstante remarcó que “la defensa de los derechos” de la Ciudad “será en los carriles institucionales” con la Corte Suprema de Justicia de la Nación.
“Los argentinos tenemos que encontrar un diálogo que nos permita construir consensos. A veces se logra, a veces no, pero no podemos evitar nuestras convicciones de cómo salir hacia adelante como país”, continuó. "Cuando uno mira la región, ¿Por qué nuestros vecinos pudieron y nosotros no? ¿Por qué otros países de la región pueden crecer, tener tasas diferenciadas, crear trabajo y nosotros seguimos cada vez metiéndonos más en un camino que no tiene solución, que no nos lleva a ningún progreso ni a ningún futuro?”, cuestionó y propuso el “diálogo” como respuesta. “Si hay un problema en la provincia de al lado, que nos duele como a todos, tenemos que estar todos juntos para resolverlo, no quitarles a unos para darle a otros, no sacar un problema de un lugar para ponerlo en otro”, analizó.
Santilli repasó que la pandemia afectó a la Ciudad con una caída del 13% de los ingresos, “además hemos tenido que poner más recursos en salud, y encima 9% más de ingresos se empezaron a ver afectados a partir del jueves pasado”, dijo en relación a las consecuencias de la quita de la coparticipación.
“La Ciudad no tiene una maquina de imprimir dinero, tiene una sana administración”, destacó al tiempo que cuestionó al Presidente: “No es un problema de opulencia, es de gestión. Hace 12 años que la Ciudad tiene una gestión hacia un destino de mejor seguridad, salud y educación”.
Desde el Gobierno porteño reclaman discutir el tema “de manera responsable”, ya que “están en juego los recursos de muchos argentinos que viven y vienen a trabajar”.
Con respecto a la actual etapa de la cuarentena que culmina el próximo domingo, y por la cual con Nación y Provincia deberán coordinar el porvenir, Santilli destacó que en la Ciudad “hace 9 semanas que está en un promedio de 1.100 y 1.300 casos de coronavirus” y que “en las últimas dos hay una tendencia a la baja”. Sin embargo, insistió en que posibles flexibilizaciones estarán sujetas al nivel de ocupación de camas de terapia intensiva: “Siempre han estado en el orden del 58 al 62%”.
“Tenemos que perfilar que esa curva tienda a la baja. Hay que apelar a la responsabilidad, a cuidarnos, al distanciamiento, a usar el tapaboca”, concluyó dejando en claro su postura.
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