El ministro de Seguridad bonaerense, Sergio Berni, aseguró este domingo que la protesta de policías en reclamo de mejores salarios “nunca puso en riesgo la institucionalidad” y reveló que no presentó su renuncia ni tampoco se la pidieron. Además, destacó que muchos de los efectivos que protestaron frente a la residencia presidencial estaban bajo los efectos de algunos estupefacientes y drogas.
“La protesta fue hecha por unos pocos policías locales”, explicó el funcionario de Axel Kicillof en una entrevista con la periodista Romina Manguel. Sin embargo, reconoció que “se sabía” que un conflicto así podía desatarse porque los policías no tienen sindicatos y “el malestar en la fuerza estaba latente”.
En ese sentido, agregó que “no hace falta ser un especialista para saber lo que iba a pasar, estaba en las redes sociales”.
Según Berni, el problema con la policía no se gestó hace uno o dos años sino que es “estructural” y hasta ahora “nadie tuvo la voluntad, los recursos o la intención” de solucionarlo. Incluso denunció que anteriormente con reclamos similares se “extorsionaba” a los ministros de Seguridad para desactivar los conflictos.
El ministro afirmó que a pesar de todo siempre se mantuvo intacta la cadena de mandos y que no se vio comprometida la seguridad de los bonaerenses.
Respecto a quienes tomaron la calle, negó que se haya tratado de una “rebelión policial” y señaló que había una “mezcla” que incluía a policías retirados, exonerados y sumariados, “gente que no tenía nada que perder porque sabía que tarde o temprano quedarían afuera”.
Para el ministro el conflicto se gestó con los policías locales, a quienes criticó por su falta de instrucción, poca disciplina y ausencia de vocación. “No se hizo una selección, entró lo que venía, se reclutaban policías como si se dieran planes sociales”, aseguró.
No obstante, planteó que los efectivos que protestaron armados frente a la quinta de Olivos no pusieron en riesgo la seguridad del presidente, aunque reconoció que “estaban preparados” para intervenir. Incluso afirmó que sabía que se dirigirían a la residencia de Alberto Fernández.
“No tuvimos que llamar ni siquiera a la Gendarmería, nunca pedimos la intervención porque estaba todo controlado”, dijo.
Por otro lado, Berni dijo que nunca negoció con los policías que se movilizaron y advirtió que si bien “con la infantería se solucionaba todo más rápido” prefirió “no usarla para no contar muertos”.
“Había gente armada, bajo efectos de drogas, alcohol y con gente infiltrada, podía terminar en cualquier cosa. Lo podría haber resuelto en minutos con la Infantería pero podía terminar con muertos”, explicó.
Tras el fin de la movilización, el ministro dijo que nunca se comprometió a no sancionar a los policías que no cumplieron con la ley.
En el plano político, no ahorró críticas a la gestión de la gobernadora María Eugenia Vidal y recordó que no cumplió con su promesa de equiparar los sueldos de los policías bonaerenses a los de sus pares porteños. También recordó que compró chalecos de balas vencidos y denunció que abrió 36 mil sumarios pero dejó más de 30 mil abiertos. “La lucha contra las mafias era solo puro marketing”, disparó.
También negó haberse “apurado” en defender a la bonaerense en relación a la muerte de Facundo Astudillo Castro y remarcó que la Justicia todavía no imputó a ningún efectivo. A su vez, cuestionó a los organismos de derechos humanos y dijo que cuando inició su gestión los invitó a trabajar en el área de Asuntos Internos de la policía pero ninguno accedió.
“Los funcionarios que trabajan en Derechos Humanos tienen los sueldos más altos y no aportan nada, son puro bla bla, no están acostumbrados a trabajar a las 7 de la mañana”, ironizó.
También se refirió a las versiones periodísticas sobre su mal carácter: “Es una falta de respeto para el gobernador que me digan que tengo problemas psicológicos”.
Berni insistió en que responde a Axel Kicillof pero en términos políticos es “hombre de Cristina Kirchner”. Planteó que hay mucha gente interesada en que deje el cargo porque su lugar es “muy apetecible” para la política. “Para mí el peronismo no es dar planes sociales, es generar trabajo. Y eso molesta”, resumió.
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