Mientras el gobierno nacional ya consiguió una medida cautelar dictada por el juez Sebastián Casanello para intentar frenar la difusión de los archivos robados de la Dirección Nacional de Migraciones el pasado 27 de agosto y que fueron publicados en la plataforma de origen ucraniano DropMiFiles por un grupo de ciberdelincuentes, un recorrido por las distintas carpetas que tomaron estado público revelan que varios de los datos sustraídos contenían información de carácter restringido a las fuerzas de seguridad. Un ejemplo es el memorándum que la agencia regional de Interpol para la América del Sur le envió a Migraciones a fines de 2015 para prevenir el tráfico de cocaína en la región y que aparece en la carpeta “ESCANEOS”. Desde el Gobierno argentino, por el momento, se sostiene que los datos sustraídos contienen “información sensible, pero no crítica para la Seguridad Nacional”.
Con fecha 26 de noviembre de 2015 la Oficina Regional de Interpol para América del Sur le remitió un informe a la entonces directora de Información Migratoria de la Dirección Nacional de Migraciones argentina, María José Spata, donde se registraba el flujo migratorio de ciudadanos africanos involucrados en el tráfico de cocaína en la región.
Según reza el memorándum 281/15, el documento de 22 páginas debería servir “para fines de cooperación e intercambio de informaciones que pudieran contribuir en el combate de este crimen” y lleva la firma y el sello del comisario inspector Mario Daniel Ferreiro, a cargo de la Dirección General de Coordinación Internacional de Interpol. Se remarca que fue redactado para uso exclusivo de las fuerzas de la ley. Ese informe se comenzó a elaborar en febrero de ese mismo año 2015 y también figura copiado Carlos de Deus Rodrigues, oficial regional especializado de Interpol.
Con el título de “Objetivo”, desarrollado en la página 5 de ese paper, se detalla que según los números del Departamento de las Naciones Unidas sobre Drogas y Crímenes (UNODOC) el continente africano es la ruta vital del tráfico de cocaína desde América Latina hacia Europa. De allí surge que el 80% de los estupefacientes son transportados por vía marítima y que gran parte del 20% restante utiliza la ruta aérea como vía para el transporte de sustancias que son ingeridas u ocultadas por individuos que actúan como “correos o mulas”.
Un relevamiento que hizo la policía brasileña trazó el perfil de los pasajeros internacionales utilizados para transportar drogas. Y de allí aparecen las “sugerencias” para que otros países sudamericanos adopten medidas que sirvan para combatir el narcotráfico. Brasil no es un país productor de cocaína pero tiene lazos fronterizos con otros países productores y también numerosas organizaciones criminales relacionadas con el narcotráfico, según Interpol.
Entre 2012 y 2014, en Brasil, hubo 32.412 chequeos de ciudadanos nigerianos, entre ingresos y egresos. Sudáfrica y Argentina aparecen como origen y destino principales de los pasajeros de esas nacionalidades. Se produjeron 238 detenciones. En su gran mayoría los nigerianos fueron detenidos por tráfico de cocaína y casi todos eran residentes en Brasil. Se concluyó que se los seducía por la necesidad económica, ya que esa cuestión serviría para reclutarlos más fácilmente.
En el mismo lapso, 214.625 personas con nacionalidad angoleña fueron controladas. Argentina aparece en cuarto lugar después de Angola, Sudáfrica y Estados Unidos como uno de los países de origen y destino de esos pasajeros. Hubo 145 detenidos y el patrón de los angoleños, en cambio, indicaba que fueron presos por diferentes tipos de delitos, casi la mitad habían entrado como turistas y tenían múltiples ingresos a Brasil con una visa temporaria.
También los viajantes sudafricanos entraron en ese monitoreo. Se relevó a 143.588 ciudadanos sudafricanos y Argentina apareció en segundo lugar como país de origen o destino, detrás de Sudáfrica. Hubo 126 detenidos y casi la totalidad de ellos habían entrado al vecino país como turistas.
Toda la información contenida en el informe que se hizo pública el jueves de esta semana por el hackeo en Migraciones está respaldada por el detalle de qué tipo de documentos, visas o medio de transporte utilizaron esas personas para trasladarse. Y se señala que la droga llegaba a Brasil desde Bolivia, Perú y Colombia.
En el punto 6 como conclusión y bajo el ítem “Sugerencias” aparece lo más sustancioso. Allí se remarca que los métodos de acción de los traficantes cambian todo el tiempo y que el trabajo de inteligencia previa puede ayudar para desbaratar ese accionar delictivo.
Se cita como ejemplo al primer encuentro del INTERCOPS (Programa de Cooperación Policial Internacional en Aeropuertos) en Brasil del que participaron 11 países y dos observadores de Interpol. Allí se presentaron innumerables ejemplos en la adulteración de visas para el ingreso y egreso de los países donde se trafican estupefacientes. Por eso se pide especial atención y dedicación en el control de las fuerzas de seguridad en los aeropuertos y asimismo de las autoridades responsables de emitir documentos de viaje y de los consulados en el otorgamiento de visas.
Seguí leyendo: