El 28 de agosto pasado, el Presidente anunció la última prórroga del aislamiento preventivo hasta el 20 de septiembre. Lo hizo después de hablar con los epidemiólogos, los gobernadores de todo el país y luego de mantener un encuentro particular con los mandatarios del AMBA, Axel Kicillof y Horacio Rodríguez Larreta. A pesar de las tensiones generadas por la quita de la coparticipación, Alberto Fernández volverá a convocarlos y el jefe de Gobierno porteño ya decidió concurrir.
“Esto es política, no se trata de cuestiones personales. Y Horacio también sabe que la foto con Alberto, y mostrarse unido en la pandemia, le suma, así que seguro que vendrá”, dijeron cerca de Alberto Fernández. Y algo similar se asegura en la Ciudad. “Nuestra expectativa es que la gestión de la pandemia no se vea interrumpida por el tema de la coparticipación, tenemos que darle respuesta a la gente que está tan angustiada con el tema”, es lo que explicaron cerca del jefe de Gobierno porteño.
En las oficinas de Uspallata, sin embargo, no saben exactamente cómo se desarrollarán las reuniones y no quieren actuar automáticamente. El Gobierno porteño ya sufrió a fines de agosto un inesperado golpe. El jefe de Gobierno de la Ciudad había acordado una apertura de los locales gastronómicos bajo una modalidad amplia, siempre al aire libre, en veredas, patios, terrazas y jardines. Luego, Alberto Fernández viajó a Rosario junto a varios ministros y anticipó un Consejo Federal para el manejo de la Hidrovía del río Paraná, del que no dio ningún detalle. Rodríguez Larreta esperaba que el Presidente hablara antes de hacer su conferencia de prensa local, pero como se demoraba, avisó que la haría antes.
Al volver de su viaje, y tal como habían previsto, Fernández rompió con la tradición del “trío pandemia” y solo frente a las cámaras, en un mensaje grabado, dijo “el problema ya no está en el AMBA, el problema está en todo el país”. En efecto, “hace un mes y medio el 93% de los casos estaban concentrados en el AMBA y en las otras provincias solo el 7%, pero ahora ese porcentaje se multiplicó por cinco, pero que ahora habían trepado a 37%”. “El AMBA es la zona donde fue necesario mantener restricciones durante más tiempo. Parece haber algunos datos alentadores, pero estamos muy lejos de haber resuelto el problema”, explicó.
Todo parecía discurrir sobre lo hablado, pero a la noche, Rodríguez Larreta recibió un llamado de Santiago Cafiero anticipándole que la resolución que estaba a punto de publicar el jefe de Gabinete de Ministros era más restrictiva de lo esperado en CABA. Fue la primera vez que Rodríguez Larreta habló de “traición" entre sus funcionarios, aunque no lo hizo trascender. El nuevo texto les provocó problemas a una gran cantidad de dueños de bares y restaurantes que habían sido previamente contactados por el equipo de la Ciudad, incluso habían realizado inversiones en patios y terrazas, con vistas a poder abrir sus puertas a partir del 28 de agosto, lo que no fue posible. Ahora, la palabra traición sí fue hecha trascender.
Mientras en Olivos organizan la semana, y deciden cómo y cuándo convocar a Rodríguez Larreta, la preocupación del Presidente es que la tendencia que se había instalado en la última prórroga de la cuarentena se fue profundizando. En ese entonces, el 37% de los casos se generaban en el interior y el número crece, llegando al 40% en este momento y con perspectiva de seguir en aumento.
Hoy la preocupación más grande del Presidente es por Mendoza, que ayer superó los 15.000 contagios, en un proceso de multiplicación más rápido que el de otras provincias. Como se recordará, Fernández iba a viajar el lunes de la semana pasada a la capital mendocina y desistió de hacerlo, luego de conocerse que contactos estrechos del gobernador habían contraído el coronavirus. Días después, Rodolfo Suárez dio negativo en el hisopado. Aunque también existe preocupación por la manera en que Santa Fe, Jujuy y Chaco están haciendo frente a los contagios, aunque por distintas razones.
Santa Fe es considerada una provincia con un sistema sanitario sólido y con capacidad para hacer frente a las exigencias de unidades de terapia intensiva, pero en los últimos días viene superando a la Ciudad de Buenos Aires en cantidad de casos, evidenciando que las mayores restricciones impuestas no fueron cumplidas por la población.
Jujuy es una preocupación tanto por la cantidad de casos como por las dificultades de su sistema sanitario. No solo superaron los 12 mil contagios, sino que se temió que no podría llevar adelante la atención, problema que parece aventado. Chaco, otra provincia que preocupaba al Presidente, en cambio parece haber superado su pico. En total, no llegó a 7.000 contagios y el índice de fallecidos es cada vez más bajo.
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