La designación del norteamericano Mauricio Claver-Carone como presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) significó ayer una dura derrota diplomática para la Argentina que hasta último momento jugó sus fichas por frenar la embestida del funcionario de Donald Trump, y ahora Alberto Fernández decidió recalcular su estrategia de política exterior en la región.
Con la abrumadora mayoría del 66,8% de los votos del directorio, por primera vez desde su creación en 1958, el BID tendrá un representante de Estados Unidos en la presidencia y ya no habrá un latinoamericano como era tradición antes de la decisión de Trump.
Desde la Cancillería y la Casa Rosada ayer saludaron en la formalidad a Claver-Carone, subestimaron el impacto de la derrota, y en un comunicado destacaron que Alberto Fernández “continuará bregando por una agenda de inclusión social y desarrollo humano sostenible de la institución, que exprese los intereses de América Latina y el Caribe”.
El Presidente cree que la abstención que impulsó en el BID para la votación de Claver-Carone establece un nuevo bloque geopolítico que une a la Argentina con México, Chile y doce países de la Unión Europea (UE) que acompañaron la decisión de Alberto Fernández.
Pero a la luz de los hechos fácticos los planes por instalar a Béliz en el BID fracasó: primero se jugó a fondo para imponer su candidatura, cuando vieron que no reunía más que el el voto de cuatro países se buscó aplazar la votación con la falta de quórum y finalmente se optó por la abstención que cosechó el 31,23% de los votos emitidos.
“La abstención se dio por el guarismo que se obtuvo a partir de la decisión de Chile, México, Perú y Trinidad y Tobago, más los países de la Unión Europea. Esto representa un total de 16 países en la misma posición, sobre los 30 que obtuvo en su favor el único candidato presentado, Mauricio Claver-Carone”, desmenuzó la Cancillería.
No será nada fácil dejar atrás los duros cruces que hubo en los últimos meses entre la administración norteamericana y Buenos Aires por la pulseada del BID, donde el propio Claver-Carone llegó a hablar de que la Argentina quería “secuestrar” su candidatura con una jugada de aplazamiento de la fecha de elecciones.
Sin embargo, y a pesar de toda esa tormenta diplomática, el embajador argentino en DC, Jorge Arguello, recibió una instrucción inequívoca: la Argentina debe continuar con una relación madura con Estados Unidos y mejorarla en todo lo posible.
En este sentido, el canciller Felipe Solá dijo: “Esperemos que en la relación Argentina-Estados Unidos tenga poca influencia la elección del presidente del BID".
Donald Trump es imprevisible en la aritmética que a veces plantean las relaciones exteriores. Pero hay una certeza que Alberto Fernández tiene por delante: necesitará recomponer relaciones con Washington en lo inmediato porque está sumergido en medio de las negociaciones por la deuda con el FMI, donde Washington tiene un fuerte peso político.
Por lo pronto, la estrategia de recalcular la política exterior después del duro revés en el BID se enfocará no sólo en mejorar las relaciones con Estados Unidos, sino también unificar criterios en América latina y sobretodo entre los miembros del Mercosur como Uruguay, Paraguay o Brasil que votaron por Claver-Carone para posicionarlo al frente del organismo de crédito.
La votación en el BID fue secreta pero en la Cancillería ayer sacaban cálculos de ese sufragio para demostrar que la influencia norteamericana en la región no fue tan abrumadora. “Nosotros llamamos a la abstención y nos fue muy bien. Al 66% de Claver hay que restarle el 30% de EEUU. Eso en términos de capital es 30 votos a 16. Esto demuestra que Claver ganó con los votos extra regionales de Canadá y Japón esencialmente, mas algunos en Caribe”, opinó un vocero de la Cancillería.
En definitiva, Alberto Fernández tratará de mejorar los lazos con Washington y se muestra dispuesto a apuntalar el Mercosur, un espacio donde la Argentina quiere despejar la influencia norteamericana en temas tales como el cambio climático, los acuerdos con organismos multilaterales y las relaciones del bloque no sólo con Europa sino con la China de Xi Jinping.
La estrategia diplomática después del traspie en el BID buscará reforzar la relación con los socios del Mercosur. El embajador en Brasil, Daniel Scioli, busca “darle volumen” a las relaciones bilaterales. Así lo planteó ante Infobae el mismo Scioli, quien tiene en sus planes recomponer los lazos entre Alberto Fernández y Jair Bolsonaro además de darle impulso a las relaciones económicas y comerciales.
En el Uruguay de Luis Lacalle Pou sucederá algo similar que Brasil en el relanzamiento de las relaciones que buscará la Argentina en lo inmediato. Así se lo hizo saber el embajador argentino, Alberto Iribarne, al propio presidente de Utruguay en un encuentro que mantuvieron esta semana en Salto Grande durante la inauguración de un polo tecnológico. “Seguimos trabajando para acercar a nuestros países y plantear que más allá de las diferencias hay una agenda de trabajo muy amplia”, dijo Iribarne a Infobae.
Y con Paraguay también se busca redefinir la agenda en los acuerdos pendientes en el Mercosur, los proyectos conjuntos por la hidrovía y el trabajo en las fronteras. El embajador de Paraguay en Buenos Aires, Julio Vera Cáceres, mantuvo el viernes una larga charla con técnicos de la Cancillería argentina para explayarse de estos temas. “Fue una reunión muy productiva y no hay nada que empañe nuestros vínculos”, dijo el diplomático paraguayo.
Esta es la nueva “hoja de ruta” que se trazó la Argentina para las relaciones exteriores inmediatas.
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