A Sergio Massa lo comprenden las generales de la ley. Amigo personal de Horacio Rodríguez Larreta y de Cristian Ritondo no rompió nunca el diálogo con ambos. Informalmente hablaron varias veces entre este jueves y viernes, después de que el Presidente de la Nación anunciara desde la Quinta de Olivos la quita del uno por ciento de la Coparticipación a la Ciudad. En la tarde de ayer sólo había luz en los despachos del Palacio que ocupan el presidente de la Cámara de Diputados y el jefe del bloque del PRO. Cada uno con su punto de vista analizaron la situación. Y acordaron apuntar una reunión para el lunes o martes en la que conversarán oficialmente sobre la agenda parlamentaria a pesar de que en Juntos por el Cambio hay enojo, malestar y más desconfianza de la habitual.
Todas las fuerzas políticas que integran la coalición opositora acordaron una estrategia de rechazo que incluye un planteo judicial y declaraciones públicas que algunos querrían tuvieran consecuencias parlamentarias. En principio, coinciden las fuentes consultadas, “complicará todas las conversaciones”. Este lunes será el tema principal en la mesa nacional que integran Patricia Bullrich (PRO), Alfredo Cornejo (UCR), Maximiliano Ferraro (CC-ARI), Mauricio Macri, Horacio Rodríguez Larreta y María Eugenia Vidal, además de los jefes de los bloques de Diputados y del Senado.
En la sede de Gobierno porteño en Parque de los Patricios el diputado radical Emiliano Yacobitti amenazó con no votar ninguna ley en el Congreso de la Nación. Rodríguez Larreta por ahora no pide llegar a ese extremo, aunque los diputados que le responden prometen no facilitar algunas discusiones al oficialismo. Massa intentará convocar a una sesión para esta misma semana con tres temas para los que se emitiría rápido dictamen en comisiones: el Fondo de Garantía de Sustentabilidad (que piden muchos gobernadores, incluidos los de Juntos por el Cambio, porque posterga el pago de deudas); el Pacto de Escazú (votado por unanimidad en el Senado y pedido ayer por nota por los diputados de Juntos por el Cambio a las autoridades de las Comisiones de Relaciones Exteriores y Culto y de Recursos Naturales y Conservación del Ambiente Humano) y un proyecto de auxilio al sector de la Cultura, tan afectado por la pandemia como el Turismo.
“Nosotros somos una oposición más responsable de lo que fueron ellos”, respondieron desde el larretismo a Infobae y lamentaron que el oficialismo “ataque” a los más dialoguistas, precisamente el jefe de gobierno y la ex gobernadora Vidal. De todos modos Rodríguez Larreta dio señales de que defenderá su postura y los recursos de la Ciudad con todas las herramientas a su alcance sin cerrar la vía a leyes necesarias en este contexto.
Justamente el miércoles pasado el jefe de gobierno empezaba una conversación con el diputado Alvaro González, vicepresidente primero de la Cámara de Diputados, cuando los interrumpió el llamado del ministro del Interior Eduardo 'Wado’ De Pedro. Luego llegó el mensaje del Presidente prometiendo buscar una manera de compensar la situación. González se quedó con la lista de temas que tenía que charlar en la mano, entre otros el punteo de los debates que vienen en el Congreso. También pensaba contarle a Larreta los detalles de la negociación del día anterior cuando finalmente se renovó el protocolo de funcionamiento remoto con el apoyo de todas las bancadas, tras una semana de escándalos, denuncias y tironeos. Álvaro González fue de los que empujó la recuperación del diálogo, como Ritondo que en los días previos allanó el camino en charlas con Massa, antes del regreso a Buenos Aires del jefe del interbloque de Juntos por el Cambio, Mario Negri, que hacía más de tres semanas no hablaba con el presidente de la Cámara ni con Máximo Kirchner, el jefe del bloque del Frente de Todos.
El cordobés, como muchos dirigentes macristas, apunta a la responsabilidad de Cristina Kirchner en la quita a la Ciudad. “Ella gobierna”, repiten molestos con el Presidente de la Nación y más aún con su Vice. “Cuando el kirchnerismo habla de federalismo ‘verdadero’ está diciendo látigo, chequera y alineamiento automático. Esto ya lo vimos entre 2003 y 2015, no es ningún secreto”, apuntó el cordobés después de que 19 gobernadores respaldaran la decisión presidencial con una solicitada.
La figura de Máximo Kirchner, respetado meses atrás por la oposición, quedó lastimada en los últimos días. Primero le atribuyeron, a pesar de que en el oficialismo lo niegan, la responsabilidad por la falta de acuerdo con Juntos por el Cambio diez días atrás. Su encendida defensa a la quita de coparticipación y el respaldo a Axel Kicillof lo alejan de sus interlocutores de Juntos por el Cambio.
En ese marco aún queda en pie el puente Massa-Ritondo. Los dos alinean posiciones pero no unen todo lo que se rompe. “Vamos a tener que seguir trabajando”, aseguraba ayer el ex ministro de Seguridad bonaerense sobre el funcionamiento del Congreso aunque también admitía que se “complican” las negociaciones.
Otro legislador opositor reflexionaba que “se pone en juego el valor de la palabra” al graficar la desconfianza en el Presidente después de meses en los que Rodríguez Larreta trabajó codo a codo por la pandemia. Desde marzo no hablaban de la reducción de la coparticipación que se reactivó imprevistamente después de que la Bonaerense rodeara la quinta de Olivos y la residencia de la Gobernación en La Plata.
“El martes hicimos todo para que las cosas vuelvan a tener su normalidad”, reprochó uno de los diputados que participó de la reunión de Labor Parlamentaria en el Salón de Honor donde se consensuó por unanimidad la continuidad de las sesiones remotas y la posibilidad de presencialidad en debates conflictivos.
En el Senado el clima es muy similar. Con quórum y mayoría propia, el bloque del Frente de Todos ha impuesto debates, más allá de los temas que se trataron por consenso o hasta de los que fueron votados por unanimidad. “Se hace muy difícil la convivencia”, remarcaron en la bancada de Juntos por el Cambio ante el nuevo escenario. Pesa la figura y la palabra de Martín Lousteau, radical de Evolución que venía intentando sin éxito acercar posiciones a ambos lados de la grieta. Se frustró frente al debate en la Cámara alta respecto a la reforma judicial y los intempestivos cambios de último momento. Se lo reprochó cara a cara a Cristina Fernández. Y esta semana devino en estratega de la defensa de las partidas porteñas que encara Rodríguez Larreta que sufrió la misma desilusión. Es además quien define posturas en materia económica en el bloque de senadores opositores: Presupuesto, Movilidad Jubilatoria, Fondo de Garantía de Sustentabilidad e impuestos son algunos de los temas donde puede ayudar tanto como incomodar al oficialismo.
La confrontación no dinamitó al Parlamento. En la primera reunión de comisión post anuncio presidencial, la de Salud el jueves 10, hubo acalorados cruces entre diputados del Frente de Todos y de Juntos por el Cambio. La diputada kirchnerista Vanesa Siley, que reside en Capital pero fue electa por la Provincia, celebró “una redistribución mucho más justa de los recursos de todos los argentinos”. Le contestó Carmen Polledo, vice de la comisión y ex presidenta del bloque de legisladores del PRO en la Ciudad: “Yo defiendo a los porteños, y los porteños en el día de ayer hemos recibido un golpe fenomenal”. A pesar del alto voltaje de la discusión, a la que se sumaron otros diputados, a la hora de votar un proyecto para regular el ejercicio de la fonoaudiología lo hicieron por unanimidad. Hasta Polledo festejó el dictamen y las coincidencias.
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