El gobierno argentino saludó este sábado Mauricio Claver-Carone, quien resultó electo presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), y agradeció a los países que respaldaron la postura de abstención en la Asamblea Extraordinaria de Gobernadores.
A través de un breve comunicado, la Cancillería destacó que “la postura de abstención cosechó el 31,23% de los votos emitidos, guarismo que se obtuvo a partir de la decisión de Chile, México, Perú y Trinidad y Tobago, más los países de la Unión Europea, lo que representa un total de 16 países en la misma posición, sobre los 30 que obtuvo en su favor el único candidato presentado, Mauricio Claver-Carone, a quien saludamos en su nuevo rol en la institución”.
En esa línea, el gobierno de Alberto Fernández adelantó que “continuará bregando por una agenda de inclusión social y desarrollo humano sostenible de la institución, que exprese los intereses de América Latina y el Caribe”.
Mauricio Claver-Carone es asesor del presidente Donald Trump para Latinoamérica y se transformó en el primer presidente norteamericano del BID en una elección que generó el consenso de la mayoría de los países de la región y la resistencia de un grupo liderado por Argentina.
Este abogado de origen cubano nació en Miami hace 44 años y es conocido por su línea dura hacia Cuba y el régimen de Venezuela. De hecho, antes de ser el principal asesor de Trump para Latinoamérica, era conocido por su blog “Capitol Hill Cubans”, donde criticaba fuertemente la apertura del anterior Gobierno de Barack Obama con La Habana. Ahora, con la administración republicana, es uno de los funcionarios más cercanos al presidente Trump.
Hasta hace dos días el único competidor para el puesto era el secretario de Asuntos Estratégicos argentino, Gustavo Béliz. Sin embargo, Alberto Fernández terminó por dar de baja su candidatura ante la falta de apoyo regional.
El gobierno argentino públicamente criticó la “inconveniencia para América Latina y el Caribe de vulnerar una tradición de gobernanza regional de la institución, que se ha mantenido durante sus 60 años de existencia como un ámbito plural, al servicio del interés de los latinoamericanos y caribeños y sin convertirse en una herramienta de intervencionismo diplomático de naturaleza alguna”.
La intención más visible de esta maniobra diplomática de Estados Unidos, que rompe con la tradición histórica de dejar que un representante latinoamericano ocupe el primer sitial del BID, es inequívoca: fijar políticas de financiamiento desde el organismo multilateral para contrarrestar así la presencia y el financiamiento de China en la región.
Claver-Carone adelantó que buscará que la administración del organismo “se parezca más a la región” al nombrar a candidatos centroamericanos y caribeños en los puestos más altos, junto con sudamericanos de algunos países pequeños, todos los cuales han estado subrepresentados durante mucho tiempo.
También se ha comprometido a un único mandato de cinco años y a aplicar límites de mandato para los futuros presidentes.
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