La Argentina desistió esta noche de presentar al secretario de Asuntos Estratégicos, Gustavo Béliz, como postulante para ocupar la Presidencia del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), debido al escaso apoyo regional que obtuvo la estrategia diseñada por Alberto Fernández.
El Gobierno adelantó también que se abstendrá en la votación y de esta manera el candidato de Donald Trump, Mauricio Claver-Carone, quedó sin competidores que puedan trabar su futura designación como titular del organismo internacional de crédito.
“Dejamos sentada nuestra coincidencia con las múltiples y respetadas voces de las más variadas procedencias políticas, académicas, sociales e ideológicas, que han expresado la inconveniencia para América Latina y el Caribe de vulnerar una tradición de gobernanza regional de la institución, que se ha mantenido durante sus 60 años de existencia como un ámbito plural, al servicio del interés de los latinoamericanos y caribeños y sin convertirse en una herramienta de intervencionismo diplomático de naturaleza alguna”, explicó la Casa Rosada en una declaración posteada en la cuenta oficial de Twitter.
Alberto Fernández cuestionó la decisión de Trump de proponer a Claver como titular del BID, y diseñó un plan diplomático destinado a frenar las aspiraciones políticas del líder republicano. El presidente argentino cerró un acuerdo con su colega de México, Andres Manuel López Obrador (AMLO), y logró el apoyo de la Unión Europea.
Pero la Casa Blanca ejerció su poder global y todo se transformó en cenizas. Alberto Fernández pensó que podía torcer el brazo de Trump a dos meses de su eventual reelección, y al final solo fue un nuevo intento fallido de la diplomacia argentina.
“Al manifestar esta posición e invitar al resto de los países miembros del BID a ejercer en el mismo sentido su abstención en la próxima Asamblea, también nos hacemos eco de la inoportunidad de su celebración, en medio de una pandemia planetaria que no ha permitido un adecuado y reposado debate sobre el futuro del BID, y que muy por el contrario corre el riesgo de profundizar la división de nuestra región”, agregó la comunicación oficial.
La abstención es una postura diplomática que apunta a un lógico control de daños. Alberto Fernández enfrió la relación con la Casa Blanca al cuestionar la candidatura de Claver, y no quiere congelar la agenda bilateral votando en contra del principal asesor que tiene Trump en asuntos de América Latina.
Las elecciones para definir al sucesor de Luis Moreno en el BID se darán entre el 12 y 13 de septiembre, y en cuanto asuma Claver-Carone se producirá un hecho histórico, ya que desde su creación en 1959 este organismo internacional regional nunca fue dirigido por un norteamericano.
Más allá de las intenciones de Alberto Fernández, la candidatura empujada por Trump cosechaba desde hace tiempo una abrumadora mayoría conformada por Brasil, Bolivia, Paraguay, Uruguay, Colombia, Ecuador, Bahamas, El Salvador, Guatemala, Guyana, Haití, Honduras, Jamaica, Panamá, República Dominicana, Surinam, y Venezuela.
Con estos números, Claver-Carone es número puesto para su designación en lugar de Luis Alberto Moreno, que está en el cargo desde 2005.
La intención más visible de esta movida diplomática de Estados Unidos, que rompe con la tradición histórica de dejar que un representante latinoamericano ocupe el primer sitial del BID, es inequívoca: fijar políticas de financiamiento desde el organismo multilateral para contrarrestar así la presencia y el financiamiento de China en la región.
Desde esta perspectiva, Claver-Carone dijo que el banco con sede en Washington podría reemplazar a Beijing como prestamista de referencia en toda la región en un momento en que la administración de Xi Jinping está retrocediendo.
Es que el año pasado, el Banco de Desarrollo de China y el Banco de Exportación e Importación de China proporcionaron USD 1.100 millones en financiamiento a gobiernos de la región y empresas estatales en comparación con más de USD 35.000 millones en 2010, según un reporte del Diálogo Interamericano y el Centro de Políticas de Desarrollo Global de Boston University.
Alberto Fernández conoce personalmente a Claver-Carone. Coincidieron en México en noviembre del año pasado cuando el asesor norteamericano mantuvo una charla con quien hasta ese entonces era presidente electo de la Argentina. “Estados Unidos quiere que seas exitoso”, le dijo Claver a Fernández en ese momento. Claro que la puja por la titularidad del BID cambió las cosas desde ese entonces.
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