El gobernador Axel Kicillof anunció que el nuevo salario mínimo de bolsillo de los integrantes de la Policía bonaerense será de $44 mil. Además, aumentarán la compensación por uniforme (hoy en $1.130) a $5000, por lo que ningún efectivo percibirá menos de $49 mil mensuales.
El mandatario informó que también se triplicará el valor que se abona por las horas extras: pasará de $40 a 120 pesos. Según cálculos oficiales, esto elevará el salario de los efectivos que presten servicios adicionales a $60 mil.
Con estos anuncios, la administración bonaerense busca descomprimir la tensión que se generó en las calles con protestas de diversos sectores de la Policía. “Hemos visto imágenes espantosas frente a la Quinta de Olivos, frente a la residencia donde vivo con mi familia; esas imágenes no deben volver a repetirse”, aseguró.
“Si esto es un reclamo salarial y de condiciones de trabajo, estamos dando una respuesta contundente e histórica. Si no, en otro caso vamos a comprender que es una cuestión política y una cosa distinta", aseguró Kicillof.
Un suboficial de la bonaerense recién egresado cobraba hasta hoy $37 mil de bolsillo. Es un 37% que lo que cobran los integrantes de la Policía de la Ciudad ($59.000), una de las cuestiones que explica el malestar. Un suboficial de la Policía Federal percibe alrededor de 50 mil pesos.
El gobernador también adelantó que serán muy exigentes con los policías: “Vamos a dar, pero vamos a pedir; vamos a ser muy exigentes”.
Los anuncios fueron celebrados con aplausos por funcionarios de su gabinete y por intendentes oficialistas, que mantuvieron un encuentro previo con el gobernador. Los jefes comunales de Juntos por el Cambio decidieron no asistir al encuentro pese a que fueron convocados, aún molestos por los recortes promovidos por el Presidente a la coparticipación de la Ciudad de Buenos Aires, fondos que se utilizarán para financiar los aumentos.
De hecho, junto a su vice Verónica Magario y el ministro de Seguridad, Sergio Berni -que hoy fue respaldado por Alberto Fernández-, Kicillof dedicó parte de su mensaje a apuntalar una vez más un mensaje sobre la presunta “opulencia” que tiene la Capital Federal en virtud de los recursos que recibe.
Los policías que realizan las protestas decidirán en asambleas si aceptan el aumento y vuelven a sus tareas. Exigían una suba de 56 por ciento.
En una primera reacción, uno de los líderes de la revuelta en La Plata planteó: “Esto es positivo, pero no es lo que habíamos acordado”.